Se lo demando, señor Presidente / Excélsior


Ayer se cumplieron dos años desde que usted lanzó un Decálogo como respuesta a la tragedia de Ayotzinapa, con medidas como una ley contra la infiltración del crimen organizado en los municipios, el fortalecimiento del combate a la corrupción y un operativo especial en la región de Tierra Caliente.

De entonces a la fecha existen avances, gracias al trabajo conjunto entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Pero desde cualquier ángulo por el que se le mire, este esfuerzo ha sido dramáticamente insuficiente.

Para muestra un botón, de color negro. El fin de semana antepasado, conocido comercialmente como el Buen Fin, en Guerrero se llamó el Mal Fin por el hallazgo de 24 cuerpos sin vida. De nuevo, el terror corrió por Acapulco, Teloloapan, Zitlala, Tixtla, Arcelia y San Miguel Totolapan.

Pero este cáncer se ha regado por todas partes, presidente Peña. Vivimos en un país donde cada cierto número de días se acumula un saldo de dolor similar al que se gestó aquella terrible noche en Iguala. De acuerdo con cifras de UNICEF, cada día mueren cuatro niños mexicanos víctimas de homicidio; esto es, cada 11 días, 44 pequeñas vidas dejan de existir. En el caso de las mujeres, en su sexenio se ha alcanzado una cifra récord en feminicidios, que se han convertido en la primera causa de muerte en mujeres de 15 a 29 años, de acuerdo con el Inegi. Según los datos disponibles —sin contar la cifra negra— cada 7 días, 45 mujeres mueren violentadas.

Este nivel de deterioro social se gesta en lo local, pero requiere una figura nacional que lo asuma y sea capaz de reconducirlo. Usted no ha sido ese líder empático y eficaz. La gente desaparece, o muere, y sus discursos y promesas no son capaces de llenar el vacío. Frente a esta situación, usted está ausente, y no acepta la realidad. Le rehúye.

Tenemos ahora la llegada del señor Trump a la Casa Blanca, con sus amenazas de deportaciones masivas, la posible salida de EU del TLCAN y la construcción de un muro fronterizo.

Frente a un fenómeno que promete cimbrar profundamente la realidad nacional, ahora no responde con un Decálogo, lo hace con un Endecálogo. Y es que hasta al día de hoy, la única estrategia puesta en papel ante el resultado electoral estadunidense, es el programa de 11 puntos “Estamos Contigo”, con acciones en apoyo a los migrantes que básicamente se tratan de: activación de líneas telefónicas, una app gratuita, y horarios especiales de oficina y trámites de servicios consulares. Medidas tradicionales y obvias. No hay visión integral, ni postura enérgica.

¿Dónde está un fondo especial de recursos presupuestales para enfrentar esta contingencia?, ¿dónde un programa de acciones inmediatas por parte de un gabinete que actúe unido?, ¿dónde la prisa para tener acercamientos con los líderes de América Latina para formar un frente común? ¿dónde la búsqueda de alianzas aquí y allá para enfrentar las agresiones?

De Ayotzinapa a Trump. Dos eventos radicales que reciben respuestas tibias de su parte. Y esto no hace sino abrir un hueco gigante por el que siguen avanzando los problemas.

Como Senador de oposición ya no quiero criticarlo estérilmente. La crítica, constructiva o no, ha probado recibir oídos sordos durante su administración. Así que desde aquí, le lanzo ahora una exigencia.

Señor Presidente, México está metido en un reloj de arena que avanza cada vez más rápido. Ahora más que nunca necesitamos que usted se comporte a la altura. Sin excusas. No más Decálogos, Endecálogos o Dodecálogos. No más llamados a la unidad nacional cada que toma la palestra en un aniversario patrio. Eso – no – sirve – para – nada.

Usted es, todavía, el que lleva el timón del Poder Ejecutivo, y el rostro que nos representa legalmente en el mundo. ¡Párese firme y agarre el timón como jefe de Estado!

Es tiempo de que nos convoque, a todos, políticos, empresarios, ciudadanos, para crear en conjunto, y firmar con el puño y letra de cada quien, una lista de compromisos irrenunciables para sacar adelante a nuestra nación frente a los tiempos que está viviendo. Estos compromisos deberán comenzarse a ejecutar de inmediato, y deberán continuarse, gane quien gane las elecciones de 2018.

Le demando que actúe con el temple de un líder en momentos críticos. De otra forma, créame, la historia, y su conciencia, le harán pagar el precio.

Twitter:@RiosPiterJaguar