Corrupción y crimen organizado / Revista Siempre


México está enfermo

Quiero compartirles que hace unos días presenté, ante la Mesa Directiva del Senado de la República, una iniciativa con Proyecto de decreto que busca tipificar los actos de corrupción como delincuencia organizada, para lo cual propuse modificaciones al Código Penal Federal, a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, así como al Código Federal de Procedimientos Penales.

Esta propuesta parte de la urgencia de reconocer que México está enfermo de corrupción e impunidad. Actualmente la capacidad del Estado para cumplir sus obligaciones constitucionales está comprometida. No puede retener delincuentes de alta peligrosidad, ni garantizar el cumplimiento generalizado de los derechos humanos o la seguridad de los ciudadanos, además de que actividades económicas reservadas para la nación hoy están dominadas por grupos delincuenciales.

La naturaleza de este problema está en las redes de corrupción que vulneran el Estado de derecho, la democracia y el libre mercado. Estas redes constituyen una industria integrada, que cubre desde la planeación, la operación, el manejo financiero, el blindaje jurídico, hasta la cobertura política.

El problema de la corrupción se potencia por la interacción de dos vectores: a) el uso del imperio del Estado para la lucha y la conservación del poder, y b) la apropiación y el uso de bienes públicos para la generación de condiciones ventajosas de negocios.

La presencia de las redes de corrupción y las prácticas de impunidad generan desconfianza de la ciudadanía hacia quienes son responsables de sancionar actos corruptos. De acuerdo con el Barómetro Global de la Corrupción, en México 87% de los encuestados asocia a los servidores públicos con la corrupción.

Sabemos que la respuesta del Estado frente a esta corrupción que todos vemos y conocemos es nula. Si revisamos los reportes de la Secretaría de la Función Pública observaremos que el número de sancionados es ínfimo y está centrado en operadores de bajo nivel del escalafón.

Es más eficiente centrarse en combatir la corrupción y la impunidad, que seguir tirando dinero en una estrategia de seguridad fallida y torpe, que sólo ha logrado debilitar el Estado.

Atacar esta grave enfermedad que padece México es justamente hacia donde se dirige la iniciativa presentada, que de aprobarse:

  • Daría mayor potencia a las instituciones de combate a la corrupción y constituiría un desincentivo importante para la comisión de este tipo de delitos, por parte de los servidores públicos y los particulares.
  • Mostraría la semilla de un pacto político para limitar las acciones criminales y antiéticas, que fortalezca la democracia y el tejido social.
  • Obligaría a las empresas a tener un mayor control y una vigilancia más cercana de las acciones de sus empleados.
  • Sería una acción racional para la preservación y el crecimiento del Estado Mexicano.

Estimados lectores, ésta es la pri