Política exterior sin contenido


  LA NETA

 

México perdió influencia, liderazgo y rumbo

La visita de Enrique Peña Nieto a Naciones Unidas es un recordatorio de la situación de la diplomacia mexicana. En su mensaje con motivo del Tercer Informe de Gobierno afirmó con respecto a las relaciones exteriores: “Con acciones como éstas, en tres años México ha logrado reposicionarse en el mundo como una nación confiable, atractiva y comprometida con las mejores causas de la humanidad”.

Frente al mundo, México no es confiable, no se presenta como un país atractivo, más bien se muestra peligroso e impune, y de ninguna manera al gobierno le alcanza para afirmar que está comprometido con las mejores causas de la humanidad.

El prestigio de México, la defensa de los intereses nacionales y la protección de los mexicanos en el exterior están en su punto más bajo. México es conocido en el mundo como el país de la corrupción y la impunidad; la tierra de donde se fuga el enemigo público número uno, sin consecuencias. Donde los normalistas mueren y sus instituciones se muestran incapaces y cómplices. Donde las casas blancas son símbolo de vergüenza, del crimen sin castigo.

Los principales medios de comunicación del mundo han cubierto de manera detallada y amplia estos hechos, y han dado testimonio de la incapacidad o la falta de decisión del gobierno mexicano para enfrentarlos.

El caso de Ayotzinapa y su torpe manejo han hecho de éste un tema internacional. No hay un actor político en el mundo que no esté atento. Desde el Papa, el Parlamento Europeo, hasta los organismos internacionales relacionados se han pronunciado por el esclarecimiento del crimen.

Nuestros símbolos culturales ya no son los que nos dan identidad. Hoy se identifica a México con la debilidad del Estado y la violencia.

Más allá de la deteriorada imagen de nuestro país, debemos reconocer la pérdida de influencia, liderazgo y rumbo. México ha dejado de tener una posición de vanguardia en temas clave como derechos humanos, buen gobierno, cambio climático, etcétera. Hoy su papel es testimonial, sin propuesta ni contenido; cuando no de descalificación o refutación de organizaciones y organismos internacionales.

La agenda internacional del actual gobierno se ha centrado en giras internacionales del Presidente y las que hacen mandatarios de otros países a México. Las fotos, las comitivas, las ferias gastronómicas, los viajes de impostura no son una política de Estado, son sólo la parafernalia, la pose y el oropel. Más allá de eso no hay nada. Entendámoslo, la revistaHola no es un texto de relaciones exteriores.

Más allá de la frivolidad de la política exterior, es de la más alta preocupación el juego torcido del gobierno, al negar realidades que todo el mundo ve; las recomendaciones y las observaciones de organismos internacionales como la del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos o Amnistía Internacional que han externado su preocupación por la violencia y transgresión de las garantías fundamentales que ocurren. Frente a esto, la respuesta “diplomática” ha sido descalificarlos y cuestionarlos. El gobierno se ha cerrado al escrutinio internacional y a la colaboración.

En cuanto a la relación con Estados Unidos, es clara y pública la desconfianza de ese país en el gobierno mexicano. El debate electoral tiene como eje el agravio y la discriminación a los mexicanos. La respuesta: tibieza, pasividad e indolencia. Sin acción, ni estrategia.

Frente a estos retos, la Secretaría de Relaciones Exteriores se encuentra burocratizada con un marco legal anticuado e inoperante. Vale la pena revisar los viajes y las giras de los altos funcionarios de la cancillería, la cantidad y condiciones, pero sobre todo cuestionamos cuál es el valor público y la utilidad específica de cada uno de ellos.

Ahora hay que recuperar el prestigio, y esto no depende de la contratación de otro publicista u otra campaña. La clave está en cambiar la orientación, reconocer que quien señala la realidad no ofende, ni agravia. Se necesita replantear la estrategia. Si hay una propuesta cimentada en la soberanía, la honestidad, la cooperación, los derechos humanos y la defensa auténtica de los intereses de los mexicanos, sería un gran servicio para la nación.

@LuisHFernandez

Senador de la República.