La Ciudad de México fue la primera en toda América Latina en garantizar el matrimonio igualitario. Es la izquierda la que en congruencia ideológica desde el Gobierno y su agenda legislativa impulsó el tema no como un asunto de coyuntura, sino como un avance en los derechos de los capitalinos.
Fue la mayoría de los ciudadanos que desde 1997 decidió tener un Gobierno de izquierda en el Distrito Federal, que a lo largo de 17 años ha impulsado reformas para que los capitalinos tengan más derechos y libertades que se reflejan en la pensión de los adultos mayores, la interrupción legal del embarazo, que reconoce el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y la legislación del matrimonio igualitario, entre otros.
El esfuerzo para legislar sobre el matrimonio igualitario inició en la ciudad desde 2006, cuando se creó la Ley de Sociedades de convivencia. Sin embargo, aunque reconocemos que se trata de un tema polémico debemos tener muy claro que no es un asunto de convicciones, sino de derechos.
Fue la Legislatura anterior de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en la que un Gobierno de izquierda y una mayoría legislativa del PRD, se impulsó y modificó el artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, reconociendo el derecho de cada persona de contraer matrimonio con la persona que ama, sin importar el género.
El vínculo matrimonial, genera derechos y obligaciones para las partes, proporciona un sistema de protección para los cónyuges particular. Hablamos de derechos como el sucesorio, a la pensión y la seguridad social, entre otros, que ningún otro contrato podría producir de forma similar.
Por ello, es importante reconoce la realidad social, la existencia de una sociedad plural y diversa que requiere del reconocimiento legal.
La SCJN ha dado un paso importante en este camino, que obligará a los estados a reformas su legislación para reconocer que el matrimonio es la unión de dos personas.
