Reconoce Senado de la República al pueblo de Japón


Discurso pronunciado por el senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la visita del embajador de Japón en México, Akira Yamada, para la develación de una placa alusiva a la gesta heroica de la legación japonesa, por la acogida y refugio de familiares de Francisco I. Madero.

 

Miguel Barbosa Huerta (MBH). Agradezco la presencia de tan distinguidos hombres y mujeres del Imperio de Japón.

 

Es Imperio, ¿verdad? ¿Sí es así, verdad? La condición política, hay que ser cuidadoso.

 

Al Excelentísimo Embajador, bienvenido, señor Embajador Akira Yamada; y a toda esta delegación de importantes personalidades que lo acompañan.

 

Gracias, señor senador Teófilo Torres Corzo, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico.

 

Gracias, senador Patricio Martínez, autor de la iniciativa de decreto que hoy en su concreción nos tiene reunidos.

 

Y quiero referirme de manera muy sencilla a este hecho y cómo se genera. Queremos tener un órgano del Estado, el Senado de la República Mexicana, sensible, sensible a la visión de la gente; sensible a los hechos que ocurrieron en nuestra historia; sensible a destacar acontecimientos que están casi ocultos en nuestra historiografía, casi ocultos, poco conocidos.

 

Pero hablan del sufrimiento –como ha mencionado el senador Torres Corzo–, pero de la gloria con la que se viven los momentos difíciles de una nación.

 

En el año de 1913, la incipiente democracia en nuestro país fue atropellada por un Golpe de Estado. Los intereses que había afectado esta transición política o este choque de estructuras políticas a principios del siglo XX provocó una enorme crisis para nuestro país; afectación a los intereses nacionales y afectación a intereses extranjeros de una Nación que se encontraba en el arranque de su desarrollo económico, político y social.

 

Y hablo de los intereses extranjeros afectados, porque hablo de la reacción que se provocó de países en México para también ser partícipes de este Golpe de Estado. Desde una de las embajadas de un país extranjero en México se confabuló y se ejecutó y se ordenó ese Golpe de Estado.

 

Japón y México, no había entre ellos unas relaciones diplomáticas totalmente consolidadas; había lo que en términos diplomáticos se conoce como legación diplomática.

 

¿Quién la encabezaba? Kumaichi Horiguchi. Un diplomático japonés que estando aquí en México percibió lo que estaba ocurriendo en nuestro país y en lealtad absoluta a la ética, a la moral, a los principios de política exterior, y desde luego a la visión que sobre la autodeterminación de los pueblos tenía su país, Japón, no tuvo dudas en abrir las puertas de su casa de la legación para la esposa de Francisco I. Madero y sus familiares.

 

Hasta las puertas de ese lugar llegaron cañones del ejército golpista de Victoriano Huerta. La amenaza de ser cañoneada la casa, cañoneada, estuvo hecha por parte de ese ejército para entregar a la esposa del Presidente de la República legalmente Electo, Francisco I. Madero y sus familiares. Y la gallardía, la hombría, el honor de la legación japonesa cobijó a la familia de nuestro patricio, de nuestro héroe, Francisco I. Madero.

 

Ese dato yo en lo personal no lo conocía. Quien me lo relata en un vuelo de avión fue Patricio Martínez y con él concebimos que pueda hacerse un reconocimiento a este enorme japonés, Komaichi Horiguchi y al pueblo de Japón.

 

Me comuniqué con el embajador de Japón para poder concretar este evento y procesamos, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, el punto de acuerdo para expedir un decreto; el decreto que en el Senado se instale una placa de reconocimiento a estos hechos dramáticos, dolorosos, de sufrimiento, pero de gran gloria en el tiempo en que ocurrió.

 

Estos hechos que parecen ocultos y relatados solamente en algunas menciones de la historia de México, pero que resaltan la relación entre México y Japón y, desde luego, la gallardía de una legación japonesa para poder ponerse enfrente de un ejército golpista que venía a atropellar nuestra reciente democracia a principios del siglo pasado.

 

Es el valor de lo que estamos haciendo el día de hoy. Es el valor de que podamos construir un Senado de la República Mexicana sensible, que nos desproveamos de la a veces arrogancia que se instala en este tipo de instituciones, para pensar que nuevamente se debe fijar en temas de muy alto perfil muy conocidos y de reconocimiento de todos.

 

Va a ser un hecho que demos a conocer, Patricio, Teófilo, que sea un hecho que también ustedes destaquen en Japón. Aquí lo vamos a destacar. Quisimos hacer nuestro, en el Senado de la República, este hecho, mediante la develación de una placa, para poder inmortalizarlo.

 

De verdad que sí, con esa sencillez, con esa sensibilidad es por lo que actuamos de esta forma.

 

Compartan con nosotros este hecho importante para el Senado, para la historia de México y para la historia de Japón.

 

Gracias por su presencia y de verdad nos sentimos muy halagados con que estén aquí, entre nosotros.

 

Gracias.

 

0-0-0