Intervención en tribuna de Senadora Dolores Padierna sobre la ratificación del nombramiento de Ricardo Treviño chapa como administrador general de aduanas


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA VICECOORDINADORA DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD EN EL SENADO, DOLORES PADIERNA LUNA SOBRE LA RATIFICACIÓN DEL NOMBRAMIENTO DE RICARDO TREVIÑO CHAPA COMO ADMINISTRADOR GENERAL DE ADUANAS

Sen. Dolores Padierna Luna: Gracias presidente; en la Comisión de Hacienda, el PRD se pronunció en contra del nombramiento de Ricardo Treviño Chapa para ocupar el cargo de Administrador General de Aduanas.

 

Un estudio de Transparencia Internacional, indica que México ocupa el segundo peor lugar en América Latina en el Índice de Percepción de la Corrupción 2014. Las aduanas del país siguen constituyendo una pieza central en esa percepción negativa.

 

No es extraño, en consecuencia, que en el ranking del Foro Económico Mundial para 2013-2014, México ocupe el lugar 76 de 148 economías respecto al grado de eficiencia de los procedimientos aduaneros relacionados con la entrada y salida de mercancías, por debajo de países como Kazajstán o Indonesia.

 

No pasa un mes sin que expertos u organismos empresariales nos recuerden que a pesar de que el nuestro es uno de los países que ha firmado más acuerdos y tratados comerciales, tenemos uno de los más deficientes procesos aduanales y contamos con aduanas que facilitan la corrupción, el robo, la entrada de mercancías subvaluadas e ilegales.

 

A los problemas que se padecen desde tiempos inmemoriales, en los últimos años se ha agregado la incursión del crimen organizado, que se probó en el caso del puerto de Lázaro Cárdenas, por donde salían y salen miles y miles de toneladas de mineral manejadas por la organización criminal conocida como Caballeros templarios.

A fines de 2013, como se sabe, el gobierno militarizó ese puerto e incautó 119 mil toneladas de hierro. Aunque el volumen parezca alto, era sólo una pequeña parte del mineral exportado ilegalmente, que algunos cálculos cifran en cinco millones de toneladas, cuyos ingresos públicos pierde el país.

 

A pesar del tiempo transcurrido, no hemos visto que se ejerza acción penal contra los jefes policiacos y los funcionarios aduanales que no registraron ni vieron los enormes camiones que depositaban sus cargas en los barcos, tal parece que se confía en que los escándalos solo durarán unos días en los medios y después todo seguirá igual. Mientras esto ocurra, la impunidad seguirá yendo de la mano con la corrupción y juntas seguirán siendo uno de los principales obstáculos para el crecimiento de México.

 

Con esa lógica, tendremos pocas herramientas para enfrentar desafíos tan importantes como la importación ilegal de vehículos o la subfacturación que afecta fuertemente a industrias como la alcoholera, la zapatera o la textil y del vestido.

 

Con esa lógica, tampoco podremos solucionar el grave problema de la extorsión a los migrantes que retornan y dejan en las aduanas buena parte del dinero que ganan con grandes sacrificios del otro lado de la frontera.

 

Los paisanos, como se sabe, enviaron el año pasado 23 mil 645 millones de dólares al país. Pero aparte de lo que envían, más dinero viene con ellos en sus viajes sobre todo de fin de año. La desgracia es que se topan con la corrupción de los cuerpos policiacos y las aduanas. Un estudio de la Cámara de Diputados reveló que en una sola temporada vacacional, el total de paisanos puede traer a México alrededor de tres mil millones de dólares en efectivo y regalos. De estos, entre el 2 y el 3 por ciento lo utilizan para pagar extorsiones.  Se van de 75 a 90 millones de dólares en mordidas al personal de las aduanas.

 

 

 

La Constitución dota al presidente de la facultad de nombrar, con aprobación del Senado, al administrador general de aduanas  que depende del Servicio de Administración Tributaria, a su vez órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda; este cargo es de la mayor relevancia por la cantidad de recursos que maneja, la complejidad de sus operaciones y las enormes posibilidades de corrupción que sus actividades entrañan.

 

Para poner números: en 2014, el valor total de las exportaciones y el de las importaciones, ambas suman poco más de 797 mil millones de dólares.

 

Las cifras anteriores son resultado del trabajo de un grupo integrado por el Banco de México, el INEGI, el SAT y la Secretaría de Economía, por lo que no únicamente se obtienen de los registros de la Administración General de Aduanas, sino que se concilian con otros datos como entradas y salidas de divisas y estadísticas de comercio exterior de la Secretaría de Economía, encargada de expedir los permisos para la exportación e importación de mercancías.

 

La Administración de Aduanas es responsable de verificar que las mercancías que ingresan o salen del país cuenten con permisos, cumplan con la normatividad aplicable y paguen impuestos.

 

En la estadística sobre la balanza de pagos a cargo del Banco de México se incluye un rubro llamado errores y omisiones, en el cual se contabilizan entradas y salidas de divisas cuyo concepto específico no se identifica. En 2014, este rubro reflejó una salida neta de divisas por 13 mil 088 millones de dólares, que corresponden a compras de mexicanos en el exterior, en su mayoría en la frontera, que la Administración General de Aduanas no detectó y, por lo tanto, no registró como importaciones, dicho de otro modo ahí no se combate el contrabando

La Administración General de Aduanas tiene a su cargo la recaudación de impuestos del comercio exterior.

 

En 2014, el SAT captó 33 mil 928 millones de pesos por concepto de impuestos a las importaciones, en ese monto va el IVA y el IEPS, pero no se desglosa igual que la proporción de estos impuestos que se derivan exclusivamente por las importaciones.

 

Pese a la importancia de la labor de la Administración General de Aduanas y la proverbial corrupción en los puntos de entrada y salida de mercancías, se ha evitado endurecer los controles, ni siquiera  la Auditoría Superior de la Federación emprendió alguna revisión a esa dependencia en la Cuenta Pública 2013.

 

Este panorama nos lleva a la conclusión obvia de que el Administrador General de Aduanas debe ser un funcionario con amplia experiencia en el tema y con un elevado nivel de probidad demostrado.

 

El Ejecutivo federal propone ratificar el nombramiento de Ricardo Treviño Chapa, actual administrador de evaluación del SAT, cargo donde pudo haber adquirido alguna experiencia en materia aduanera o de comercio exterior, aunque su labor estuviese centrada en vigilar, entre otras cosas, el área que ahora pretende encargar y no lo hizo, donde hay los problemas que he señalado, entre muchos otros.

 

Un puesto de la importancia de la Administración General de Aduanas requiere, como de una cabeza con probidad sin tacha. Para demostrar tal condición, sería preciso que el funcionario que aspira al cargo presentara al Senado de la República su declaración patrimonial, las declaraciones de impuestos de los últimos cinco años y su declaración de intereses, elementos que ofreció a la Comisión de Hacienda y que a la fecha no hemos visto.

 

 

De ahí que nos quede claro que la propuesta de  Ricardo Treviño Chapa se funda solamente a su pertenencia al grupo mexiquense y a su cercanía con  el  titular del SAT.

 

No encontramos en la propuesta a alguien que pueda enderezar el barco aduanero del país, que termine con la falta de transparencia que caracteriza a ese sector, que contribuya a remontar el escaso uso de tecnologías de la información y la baja eficiencia en logística, factores todos que colocan al comercio exterior mexicano en un lugar muy bajo en los listados mundiales.

 

Por eso, nuestro voto en  la ratificación de Ricardo Treviño Chapa será en contra.

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