Propone la senadora Lorena Cuéllar aplicar tamiz neonatal para evitar complicaciones a largo plazo en los menores


Intervención en tribuna de la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar iniciativa que reforma el artículo 61 de la Ley General de Salud.

 

Lorena Cuéllar Cisneros,  (LCC): Compañeras y Compañeros senadores.

 

La iniciativa que hoy pongo a su consideración tiene el objetivo de establecer en la Ley General de Salud la aplicación de Tamiz neonatal para la detección de cardiopatías congénitas complejas como parte de las acciones que se llevan a cabo para la protección materno infantil y la promoción de salud materna.

 

Como ustedes saben el tamiz neonatal es una prueba médica que desde hace más de cincuenta se lleva a cabo en nuestro país todos los recién nacidos.

 

Conforme  ha avanzado la medicina, se ha utilizado esta prueba para identificar otras enfermedades  y en 2010, el Comité Consultor sobre Trastornos Hereditarios en los Recién Nacidos y la Infancia, recomendó agregar la detección de cardiopatías congénitas complejas mediante la oximetría de pulso al grupo de pruebas analíticas del tamiz neonatal.

 

Lo anterior tiene sustento de acuerdo con investigación del Instituto Nacional de Pediatría, mismas que arrojaron evidencias sólidas que demuestran la utilidad de realizar de manera sistemática una prueba de saturación de oxígeno a todos los recién nacidos durante las primeras 48 horas de vida.

 

Especialmente, la prueba llamada “tamiz neonatal para cardiopatías congénitas complejas” sirve para detectar oportunamente anomalías cardiacas importantes que podrían indicar síndrome de corazón izquierdo hipoplásico y problemas congénitas de la válvula ´pulmonar, entre otras.

 

Esta adición al tamiz neonatal, se ha incorporado al conjunto obligatorio de pruebas para el tamiz neonatal en muchos países y su generalización a todo el mundo es una necesidad urgente.

 

Desafortunadamente, en nuestro país, la mayor parte de los recién nacidos no son evaluados de esta manera, ya que se sigue utilizando el tamizaje en un esquema anterior,  situación que pone en riesgo a los niños que, sufriendo una cardiopatía congénita no diagnosticada, tienen riesgo de morir en los primeros días o en las primeras semanas de vida.

 

En México, la mayor parte de los recién nacidos son egresados de los cuneros sin este tipo de diagnóstico, lo que los pone en riesgo de discapacidad o muerte.

 

Es importante reconocer que desde el 2011 existen experiencias en nuestro país por parte de autoridades estatales que han puesto en marcha el Programa de Tamizaje Cardiaco a través del cual, a partir de 2011, se han detectado más de  74 mil niños con algún grado de daño, a los cuales se les ha brindado atención oportuna.

 

Este tipo de proyectos ha sido operado por distintas Instituciones de Educación Superior, y su costo llega a presupuestar alrededor de 14 millones de pesos al año, cifra que resulta muy accesible si consideráramos aplicarla en el resto del país, lo que evitaría todo tipo de complicaciones e incluso de gastos hospitalarios en los que actualmente incurre el sistema público.

 

Al detectar oportunamente este tipo de enfermedades, es posible evitar complicaciones y tratar las cardiopatías oportunamente, y en consecuencia reducir la mortalidad infantil.

 

En el caso de la experiencia con que ya se cuenta en nuestro país, es oportuno señalar que se logró disminuir la mortalidad de menores de 1 año en un 13 por ciento, y  se evitaron los fallecimientos en menores de 5 años en un 15 por ciento.

 

Estas cifras rebasan por mucho la meta del milenio, a través de las cuales nuestro país se comprometió a reducir a 15 el número de defunciones por cada mil menores de 5 años.

 

De acuerdo con investigadores del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez,  las malformaciones congénitas más frecuentes son las cardiopatías congénitas y son la sexta causa de muerte infantil en menores de un año y la tercera causa en menores de entre uno y cuatro años.

 

La tasa de natalidad de nuestro país, estima que de 10 mil a 12 mil niños nacen al año con algún tipo de malformación cardiaca y en promedio tres mil 239  menores de cuatro años fallecieron por malformaciones congénitas del corazón.

 

Por lo tanto,  llevar a cabo este tamizaje es una necesidad impostergable, ya que a través de la detección de enfermedades que no son evidentes al nacer, se podrá modificar la alimentación y dar medicamentos específicos que no son costosos y que  evitarán muchas complicaciones a largo plazo.

 

Estoy convencida de que acciones como ésta, favorecen sustancialmente el derecho a la salud nuestras niñas y niños, mejorando considerablemente su calidad de vida y en consecuencia nos permitirá brindarles mejores herramientas para su desarrollo.

 

Es cuanto, señor presidente.

 

0-0-0