La causa y lo causado: Constituyente y Constitución de la Ciudad de México – Milenio


La Ciudad de México merece una Constitución de avanzada, progresista, liberal y de un alto contenido social.

Una vez que la mayoría de los Congresos de los estados aprueben la reforma política del Distrito Federal, se publique en el Diario Oficial de la Federación y el Instituto Nacional Electoral (INE) emita la convocatoria, se iniciará el proceso para la elección de un Congreso Constituyente y la posterior discusión y aprobación de la Constitución para la Ciudad de México, que se desarrollará durante todo 2016 y enero de 2017.

La integración y el hecho de que el Congreso Constituyente de la Ciudad defina sus resoluciones con la votación de las dos terceras partes del total de sus integrantes (100 diputados constituyentes), obligarán a la construcción de bloques legislativos para aprobar acuerdos.

De conformidad con los transitorios de la reforma, se necesita un bloque de dos terceras partes de los diputados constituyentes para que avance cualquier decisión o, por el contrario, lograr un bloque de un tercio o más para impedir que cualquier medida sea aprobada.

¿Cómo pueden construirse estos bloques? El PRI puede hacerlo con sus aliados o el PRD con los suyos.

Estas posibilidades, prefiguradas desde estos momentos, conllevan el riesgo de que en aras de lograr un bloque de dos tercios o más, el Jefe de Gobierno considere la opción de presentar para su discusión una propuesta de Constitución mutilada en sus aspectos más vanguardistas.

El Jefe de Gobierno debe arriesgarse a integrar y presentar al Congreso Constituyente, a los habitantes de la Ciudad y al país, la mejor propuesta. Un planteamiento que vaya más allá del cálculo de las mayorías parlamentarias necesarias para su aprobación. Debe poner sobre la mesa un proyecto de Constitución que honre la historia de la Ciudad y la lucha de sus habitantes por defender y ampliar sus derechos y libertades.

Resultaría lamentable que el Gobierno capitalino se conformara con administrar una propuesta “chiquita” o disminuida en sus objetivos y metas, con tal de lograr un bloque de dos tercios.

La discusión y aprobación de la Constitución de la Ciudad de México debe darse en medio de un debate nacional y de la participación activa de la población. El Jefe de Gobierno debe hacer fuerte su propuesta en los espacios vivos y participativos de la Ciudad.

La sociedad capitalina es la más consciente de nuestro país. No debemos olvidar que el motor de la democracia se encuentra en la participación ciudadana y nuestra Ciudad afortunadamente cuenta con una de las poblaciones más activas y conscientes de sus derechos.

En la Ciudad de México existe una sociedad que sabe alzar la voz ante las injusticias, solidarizarse con las causas nobles, demandar sus derechos a las autoridades, exigir el pleno respeto de sus libertades y ahora, definir con claridad la Constitución que necesita. Una actitud y un temple que proviene de una larga tradición de lucha; del enfrentamiento constante a la adversidad, como ocurrió después de los sismos de 1985; de un crecimiento poblacional y de una diversidad social única en nuestro país.

Es el momento de alzar la mira, de atreverse a verdaderamente vislumbrar y construir la Ciudad del futuro desde la elaboración de su Constitución. XXX Twitter @MBarbosaMX

ENTRESACADO: El Jefe de Gobierno debe arriesgarse a integrar y presentar al Congreso Constituyente, a los habitantes de la Ciudad y al país, la mejor propuesta. Un planteamiento que vaya más allá del cálculo de las mayorías parlamentarias necesarias para su aprobación.