La política del sentido común / Crónica


El último fin de semana tuve curiosidad por releer la edición de Cátedra de El Quijote de la Mancha que conservo en mi biblioteca. No me fue difícil encontrarla, con sus portadas negras, dos tomos y letra pequeña. A propósito de todo lo que pasa en el mundo, y en especial en nuestro país, quise recordar cómo el gran capitán Cervantes en su creación del entrañable Sancho Panza y su amo, el Caballero de la Triste Figura, en el episodio de la ínsula, Barataria, enfocaba el sentido común en la política.
En este episodio, como todos sabemos, los duques le hacen una broma muy elaborada a los dos personajes de Cervantes y mandan a Sancho a ejercer el poder, que para sorpresa de todos, no lo hace mal y da pruebas de poseer el más preciado y agudo de los sentidos en la vida, que es el sentido común.
Veamos lo que encontré, que con mucho placer les comparto. Hablando del poder, se dice:
“—Si una vez lo probáis, Sancho —dijo el Duque— comeremos heis las manos tras el gobierno, por ser dulcísima cosa el mandar y ser obedecido”.
Más adelante, refiriéndose a los grandes cargos que con tanto ahínco se buscan, se dice:
“…de este mar proceloso donde vas a engolfarte que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.”
Para rematar con otra manera de decir la sentencia que tanto repitieron los griegos, en referencia al poder:
“…has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse.”
Como soy médico de profesión, no dejó de sorprenderme este consejo que don Quijote da a Sancho como gobernante:
“Come poco y cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la cocina del estómago”.
Sentencia que se completa con esta perla:
“Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día; y advierte ¡oh, Sancho! que la diligencia es madre de la buena ventura; y la pereza, su contraria, jamás llegó al término que pide un buen deseo”.
Tanto entusiasmo despierta la agudeza de Sancho como gobernador que don Quijote le escribe una carta, donde le dice, entre otras cosas, algo que hoy, siglos después, en realidades tan distintas, tan distantes, queda claro lo poco que cambia la condición humana. Lean esto:
“Para ganar la voluntad del pueblo que gobiernas, entre otras, has de hacer dos cosas: la una, ser bien criado con todos, aunque esto ya otra vez te lo he dicho; y la otra, procurar la abundancia de los mantenimientos; que no hay cosa que más fatigue el corazón de los pobres que el hambre y la carestía”. ¿Ese sentido común o esa sensibilidad en el gobierno, no es la que necesitamos  hoy día y siempre?
Los duques terminan la broma con Sancho y lo hacen salir del gobierno, casi desnudo, y Cervantes pone en boca de un estudiante algo sobre los gobernadores que es para reflexionar:
“De esta manera habían de salir de sus gobiernos, todos los malos gobernadores, como sale este pecador del profundo del abismo: muerto de hambre, descolorido, y sin blanca, a lo que yo creo”.
Y con esto finalizo, que me dejó muy pensativo y estoy seguro a ustedes también:
“No te enojes, Sancho, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres, que será nunca acabar. Ven tú con tu segura conciencia, y digan lo que dijeren; y es querer atar las lenguas de los maldecientes lo mesmo que querer poner puertas al campo. Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen dél que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un parapoco y un mentecato.”
Esta idea sobre el ejercicio del gobierno, al menos en nuestra tradición por su parte hispana, ¡ya existía en el siglo XVI! Cervantes la escribe y retrata como ninguno.
En esta nota en la que quise compartir con ustedes mi primera lectura de El Quijote, transcribí el lenguaje que él uso y en el que escribió; de allí las palabras arcaicas. Es un lenguaje con el que tenemos que esforzarnos. Al final, queda una gran satisfacción como lectores.

Senador del PRD por Tabasco
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