¿Qué opinas del conflicto entre Carmen Aristegui y MVS? / El Universal


Existen conflictos entre particulares Lque por su relevancia, trascienden el ámbito privado y se colocan en el centro de atención para la vida nacional. Tal es el caso del conflicto entre el grupo MVS y la periodista Carmen Aristegui, cuyo despido ha tenido repercusiones que van más allá de la llana rescisión del contrato de una trabajadora dentro de una empresa.
Además del momento social y político en el que se desarrolla, la trascendencia de este conflicto radica en los alcances que tiene para la vida pública de nuestro país. Carmen, a lo largo de los años ha consolidado un espacio informativo importante. Y es innegable que las investigaciones especiales que presento en el noticiario en el que se desempeñaba hasta hace unos días, generaron no sólo trascendencia periodística, sino que lograron marcar la agenda nacional.
Desde hace ya muchos meses, hemos venido trabajando por sentar las bases para la competencia plural en los medios de comunicación. Hemos creado instituciones y leyes para ello.
El despido de Carmen Aristegui es una terrible noticia para quienes tenemos el ímpetu de ofrecer mejores contenidos y más plurales a la ciudadanía.
Existen conflictos entre particulares que por su relevancia, trascienden el ámbito privado y se colocan en el centro de atención para la vida nacional.
Es cierto que existen otros comunicadores, otros medios, es más, desde hace una semana otra persona ocupa el espacio del noticiero, generando información, sin embargo, no sólo necesitamos voces. La calidad de nuestra democracia se debe medir por la diversidad de éstas, por grado de participación de la sociedad en la toma de decisiones, por el acceso a la información y por la rendición de cuentas.
Carmen para muchos mexicanos, es precisamente esta fuente de información, ya que no sólo se ha dedicado a informar, sino que se ha atrevido a ir más allá para evidenciar muchas de las cosas que están mal en el ejercicio del poder público.
Por ello, el espacio i nformativo de Carmen Aristegui no sólo es necesario, sino fundamental para el pluralismo de ideas en nuestra sociedad.
Un conflicto por razones empresariales se ha convertido en un escándalo a nivel nacional. Ello es reflejo de los tiempos que vivimos, tiempos donde los aires de regresión política no están en el imaginario, sino que se perciben contundentemente como hechos de corrupción, autoritarismo, estancamiento económico, clientelismo y ahora, hasta censura.
Desde luego que MVS tiene razón en señalar que es indebido que colaboradores comprometan el nombre o acciones específicas de la empresa y de todos sus trabajadores.
Lo alarmante del caso son los actores que están involucrados y las coincidencias. El despido de dos periodistas del equipo de investigaciones especiales del noticiero de Carmen Aristegui, en particular, los dos que elaboraron la investigación de la Casa Blanca del Presidente y la primera dama genera sospechas.
Las posturas hasta el momento aportan poca claridad, la empresa niega la censura; Carmen alega lo contrario. El margen de especulación es todavía muy alto. Lo que no debemos permitir, sea cual sea la circunstancia, es que regresen las épocas del control a los medios de comunicación, del amago del Gobierno o de los intentos de acallar a las voces disidentes. No podemos permitir que se vulnere nuestra democracia, el derecho a expresarse libremente y nuestro derecho a la información.
Estamos urgidos como sociedad, de voces, de crítica constructiva, de opiniones Loque no deber objetivas y permitir, sea cual se tambien.de amencia, es que n responsa- iaS épocas delcontr P,ili1da,d- . medios de comunii Habrá quien coincida o no con Carmen, pero lo que es un hecho es que hoy, es la voz que exhibió uno de los principales y más profundos casos de corrupción y que era seguida por muchísimos radio-escuchas ya no está. Es una época en la que debemos sumar y no restar. MVS ha sido una empresa caracterizada por su compromiso de informar oportuna y profesionalmente.
Por el bien de la empresa, de Carmen y de nuestra sociedad confiamos en que este conflicto se resuelva. Confiamos en que este caso quede como una anécdota y no como la probable reinstalación de una práctica sistemática que tanto daño nos causó en el pasado.
Lo que no debemos permitir, sea cual sea la circunstancia, es que regresen las épocas del control a los medios de comunicación.