Las mujeres representamos mas de la mitad de la población en nuestro país pero en ningún otro indicador alcanzamos un porcentaje similar. En prácticamente todos los sectores que conforman a nuestra sociedad persiste un importante rezago en las mujeres.
Aún vemos con mucha frecuencia mujeres que ganan menos que los hombres por hacer el mismo trabajo, tienen poco acceso a puestos de dirección y no se diga de los espacios de representación política.
Como sociedad, se sigue relegando el desempeño y el desarrollo de la mujer, cuando en realidad somos un factor determinante para el desarrollo de la misma.
No obstante, aun bajo estas condiciones, las mujeres nos hemos abierto paso en un mundo dominado por los hombres y hoy, de cara a las elecciones de junio, tenemos por primera vez la oportunidad de ocupar 50% de los cargos por partido a la Cámara de Diputados.
Con esto, se abre una nueva oportunidad para que, desde el Congreso, podamos impulsar una agenda que nos lleve a generar condiciones para una verdadera igualdad entre hombres y mujeres.
La agenda es amplia, debemos eliminar por completo las carencias institucionales de protección a la mujer, para evitar, por ejemplo, que sigan despidiendo a las mujeres de su empleo por el simple hecho de estar embarazadas, lo cual constituye la primera causa de despido laboral en la Ciudad de México.
Si hoy tenemos la oportunidad de avanzar a la igualdad entre hombres y mujeres, ha sido gracias a la lucha de miles de mujeres que impulsaron el denominado feminismo, por ello, no es que debamos de optar por igualdad o feminismo.
Necesitamos tanto feminismo como sea necesario para generar verdaderas condiciones de igualdad.
Como sociedad, se sigue relegando el desempeño y el desarrollo de la mujer, cuando en realidad somos un factor determinante para el desarrollo de la misma.
