Paquete económico 2017 ejemplifica una verdadera política de simulación: Rabindranath Salazar


Intervención en tribuna del senador Rabindranath Salazar Solorio, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar en contra del dictamen con proyecto de decreto por el que se expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2017.

 

Rabindranath Salazar Solorio, (RSS): Con el permiso de la Mesa.

 

Buenas tardes senadoras, senadores, compañeros.

 

El paquete económico que se somete a esta Cámara de Senadores ejemplifica una verdadera política de simulación. Una economía nacional fijada con alfileres, en donde se ha vuelto una costumbre aspectos como la sobrestimación sistemática e irresponsable del crecimiento, el descontrol y endeudamiento y con ello generando un gasto insostenible y una deuda cada vez más grande.

 

Prueba de ello es que el nivel de crecimiento que se proyecta oscila entre el 2 y 3 por ciento del Producto Interno Bruto, una sobreestimación con la que ni las instituciones más representativas del neoliberalismo como el propio Banco Mundial coincide.

 

Resulta inobjetable el freno en el crecimiento económico del país para cada padre o para cada madre de familia, hoy no se necesita un alto grado económico en economía para saber que la previsión del gobierno es una y la realidad de las familias mexicanas es otra.

 

En la proyección económica del gobierno federal vivimos en dos universos totalmente diferentes, el de los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y el de los millones de mexicanos afectado por cada gasolinazo, por cada alza en los productos y servicios y por la incontrolable depreciación de la moneda frente a otras divisas.

 

Simulación porque de todas las proyecciones de crecimiento de este gobierno no han atinado ni una sola. El año 2013 pronosticaron un crecimiento del 3.5 por ciento y el crecimiento fue de apenas 1.1 por ciento.

 

En el 2014 la historia se repitió y aunque se anticipaba que íbamos a crecer a niveles del 3.9 por ciento, el resultado fue de 2.1 por ciento.

 

En 2015 la imaginación de los funcionarios de Hacienda llegó al 4.3 por ciento de crecimiento, sin embargo nos despertamos con un 2.5 por ciento.

 

Y para este año, las cuentas alegres nos estimaban un crecimiento del 3.6 por ciento, que literalmente se estrelló con una realidad del 2.1 por ciento.

 

Es una constante que a cada estimación del gobierno federal hay que restarle el margen de optimismo infundado, para tener número reales hay que calcularle un 75 por ciento menos de lo estimado en promedio.

 

Cuando las cuentas son tan alegres llega un momento en que las mismas no cuadra, ejemplo de ello es que la estimación de 2017 el costo de la deuda alcanzará el 2.8 por ciento del PIB y la inversión será del 2.7 por ciento del mismo.

 

Es un gobierno caro e ineficiente, lo que lo vuelve doblemente caro.

 

Para sostener este mito de crecimiento se le ocurrió un recorte en aspectos sensibles sin sacrificar un espacio en las nóminas gubernamentales.

 

El costo de la irresponsabilidad va con cargo directo a la política social y los programas cuya afectación es directa a los más necesitados.

 

El obsequio gubernamental es la disminución al programa de becas, la desaparición de programa social para jefas de familia, una reducción de casi el 12 por ciento en el seguro popular, la disminución del 30 por ciento de los programas que tienen que ver con la reforma educativa laboral.

 

Afectación directa también a los pequeños comerciantes una carga fiscal abusiva a las empresas productivas a las empresas productivas del Estado como Pemex, donde ésta llega arriba del 70 por ciento, acompañada por la liberación de los precios de la gasolina disfrazada de libre mercado, pero sin retirarle la carga fiscal, a pesar de que la propia Cofece ha mencionado que no existen las condiciones para la competencia en este mercado.

 

La brillante solución ha sido quitar de una manera muy práctica reformando la ley, y quitarle la facultad a la Cofece en este tema.

 

Señoras y señores senadores, en economía no es simulación más grande que gastar lo que no se tiene, heredándole problemas al de la fila.

 

Nos preocupa la tendencia de imaginar recursos ilimitados en la que caen los diseñadores de esta propuesta.

 

Sin embargo, hago un llamado a la responsabilidad legislativa para que se corrijan las cifras y las estimaciones planteadas en este paquete económico.

 

Es cuanto señor presidente.

 

 

 

 

 

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