Intervención en tribuna del senador Benjamín Robles Montoya del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar iniciativa que reforma el artículo 10 de la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Benjamín Robles Montoya, (BRM): Senadora, presidenta, con su venia.
Quisiera que mis primeras palabras también fuesen para expresarle a mis compañeras, compañeros legisladores nuestros mejores deseos para que este 2015 sea un año mejor para ustedes y por supuesto, para nuestra nación.
La iniciativa que vengo a presentar acá presidenta, tiene los siguientes antecedentes:
Como todos aquí sabemos, compañeras y compañeros, en México el poder Ejecutivo, el titular del poder Ejecutivo puede nombrar y destituir libremente a la mayoría de los integrantes del gabinete y a otros colaboradores cercanos.
Así, diría yo, en la teoría existen tres categorías de facultades presidenciales respecto de los nombramientos, nombramientos para los que no existe restricción, nombramientos en los que se requiere la aprobación del Senado de la República y nombramientos que deben hacerse conforme a las Leyes Secundarias que rigen el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea Nacional.
En este contexto, compañeras y compañeros cabe señalar que, si bien es cierto que el Presidente de la República tiene la facultad de nombrar libremente a los integrantes de su gabinete y demás colaboradores cercanos, también lo es, creo yo, que tiene la responsabilidad de colocar en esos puestos, en esos espacios a las mujeres, a los hombres que posean los mejores perfiles, que tengan un vasto conocimiento de la materia sobre la cual se le delegarán responsabilidades y sin duda, pues una probada experiencia en dicho ramo; además, claro está que deben cubrir cabalmente con los requisitos de nuestra legislación que se señala de manera general en algunos casos en la propia Constitución y en algunos se señalan también temas muy particulares, a saber por ejemplo, pues ser mexicano o mexicana de nacimiento en algunos casos, estar en pleno goce y ejercicio de los derechos civiles y políticos, no haber sido condenado por delito que merezca pena corporal, en fin, hay requisitos que mínimamente exigen que para ocupar un puesto de importancia deben ser cubiertos.
Ahora bien, en el caso específico compañeras y compañeros, en el caso específico de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, resulta primordial desde nuestro punto de vista, que la persona que encabece dicha dependencia además de conocer los temas sensibles para los pueblos y comunidades indígenas, sea también indígena.
¿Por qué considero que la CDI debe ser dirigida por una persona indígena? Pues creo que es innegable el derecho que les corresponde a los pueblos y a las comunidades indígenas de encabezar y participar en las instituciones de gobierno encargadas precisamente de elaborar y ejecutar las políticas públicas destinadas precisamente a ello y quién mejor, compañeras y compañeros que ellos para formar alianzas entre sí que les permitan salir del rezago histórico en el que se encuentran, quién mejor de ellos, me pregunto, que saben lo que han padecido para generar y para ejecutar políticas públicas que los impulsen precisamente al desarrollo respetando, respetando, lo quiero subrayar y salvaguardando sus lenguas, sus canciones, su cosmovisión, como ellos mismos lo refieren.
Creo que la respuesta está clara. Nadie, nadie mejor que ellos.
En este sentido, respetuosamente expongo que si este gobierno continua avanzando sin mirar, sin escuchar y sin tomar en cuenta a las y los mexicanos pertenecientes a las minorías y a los grupos vulnerables, seguirá caminando sin rumbo, sin un crecimiento sostenible y sin afianzar un sistema democrático que promueva la participación y sobre todo, que sea incluyente.
Por ello, senadora presidente, pongo hoy a consideración de esta soberanía esta iniciativa que de ser aprobada, reivindicará sin duda la dignidad de los pueblos y de las comunidades indígenas de nuestro país.
Es cuanto, muchas gracias.
