27 de marzo, 2017 173 viewsen Opinión, Opinión Senadores PRD
En 2006, año en que se tomó la decisión de iniciar una guerra contra el crimen organizado, había en el territorio nacional siete cárteles; al final del sexenio, el número había crecido a 84. La resolución sirvió para que los grupos se fragmentaran y multiplicaran su presencia violenta. Evolucionaron para convertirse en una amenaza seria, no sólo para las autoridades, especialmente las locales, sino para la población civil, que se convirtió en víctima de la terrible ampliación de actividades delictivas como el secuestro, la extorsión y el cobro de piso.