Las mujeres debemos la cotidianidad para hacer efectivos los derechos que la Constitución nos reconoce: de la Peña Gómez


Versión Estenográfica

Ciudad de México, a 17 de octubre de 2017

 

Las mujeres debemos la cotidianidad para hacer efectivos los derechos que la Constitución nos reconoce: de la Peña Gómez

 

Discurso de la senadora Angélica de la Peña Gómez, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la inauguración del Seminario “La participación política de la mujer rural”.

 

Angélica de la Peña Gómez (ADLPG).-

Buenos días a todas y a todas.

Honorable presidium que nos acompaña.

Hace 63 años por fin se logra que el voto de las mujeres en este país sea reconocido; fue tan importante que se reconociera el voto de las mujeres, el derecho a ser votada un poco después, o mucho después, ¿saben por qué? Porque ya cambio o empezó a cambiar el discurso, no solamente de los Congresos sino también de quienes buscaban el voto de las mujeres, ya empezaron a plantearse propuestas para las mujeres, porque ya las mujeres votaban y contaba su voto.

Los cambios en la actualidad para lograr que las mujeres seamos reconocidas como sujetas plenas de derechos nos ha llevado muchísimo tiempo, muchísimo; si nos remontamos desde que existe la humanidad o los primeros indicios de la transformación de la evolución del hombre y la mujer a ser lo que hoy somos, fíjense, 64 años apenas a tras las mujeres son reconocidas en su derecho a votar y a ser votadas, ¿no les parece algo verdaderamente increíble que miles de años después, finalmente, apenas 64 años atrás seamos reconocidas en nuestro derecho a votar, no solamente en México, la mayoría de los países del mundo justamente en esa primera mitad del siglo pasado, cambian sus constituciones y reconocen el derecho de voto a las mujeres.

Algunos, muy pocos países lo tuvieron a principios de siglo y así hemos venido evolucionando, apenas hace unas cuantas decenas de años atrás para que en este boom que desata el reconocimiento de los derechos políticos de las mueres también venga la dinámica en la exigibilidad de los otros derechos, económicos, sociales., culturales (inaudible) civiles, es decir, los derechos humanos de las mujeres.

Todos, no hay Tratado Internacional que no lo diga tienen que ser reconocidos de manera integral porque son interdependientes y nuestra Constitución apenas hace cinco años, se reformó la Constitución para establecer que todos los derechos de las personas, hombres y mujeres de todas las edades son derechos humanos, fíjense nada más.

Si le pidiéramos a alguien que rescatara este documento que nos entregaron, que no tiene desperdicio, donde cada una de ustedes, me refiero a nuestras invitadas, las mujeres rurales que vienen representando a sus organizaciones, pusieron una palomita en cuántos derechos fundamentales reconocidos en la Constitución a las mujeres, ¿cuántos realmente están ejerciendo? Palomita, ¿cuántos de esos agravios mínimo (inaudible) conforme a la ley agraria se reconocen?

Y pues también aquí sería interesante ver las palomitas que ustedes pondrían en estos derechos agrarios mínimos de ejidataria; y luego, los derechos políticos electorales, ¿cuántos derechos políticos electorales ustedes palomearían aquí? Quien rescate esta encuesta, y yo les propongo la lleven a la mesa, ahora que se reúnan ustedes en sus mesas de trabajo, para que realmente pueda reflejarnos la realidad que ustedes viven.

Quienes están acá en el presídium representan, la mayoría de las personalidades representan a las autoridades jurisdiccionales a las que ustedes recurrirían ya como prácticamente una última instancia en la exigibilidad de sus derechos, acá están, el señor Presidente del Instituto Nacional Electoral nos acaba de recordar algo muy importante, por cierto que no debemos olvidar, hace apenas dos años, tres años, tres años creo que fue cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación, Eufrosina una mujer joven indígena de Oaxaca que tuvo que enfrentar terribles presiones y amenazas en su pueblo, en su aspiración para ser presidenta municipal y que por fin logra ya salir de allí, seguir su empoderamiento, regresa y regresa en otras condiciones, es diputada local, es diputada federal, y cuando llega a la Legislatura federal llega con una encomienda: cambiar la Constitución, a pesar de lo que dice el primer constitucional, cambiar la Constitución para que su artículo 2 se reconozca explícitamente para los pueblos indígenas el derecho de las mujeres a la igualdad.

Ya la Constitución había sido reformada para establecer que los sistemas normativos, que comúnmente conocemos como usos y costumbre, no podían estar por encima de los derechos humanos (inaudible) la Constitución para asentar en ese artículo que los usos y costumbre de los pueblos indígenas no podían estar por encima de los derechos humanos.

La realidad es muy distinta y aquí lo vamos a escuchar de nuestra compañera de Coahuila, pero fíjense que, me puedo equivocar, pero Coahuila, particularmente esta zona del país tiene mejores condiciones que la mayoría de los pueblos rurales y, sobre todo, indígenas de nuestro país, esa es la verdad, la marginalidad, la exclusión social, la gran discriminación clasista, aparte de étnica, en este país sigue siendo un grave problema y obstáculo para el ejercicio pleno de los derechos humanos, pero cuando se trata de los derechos humanos de las mujeres (inaudible) es una situación (inaudible).

Entonces, yo celebro mucho que ustedes estén aquí, que este Seminario esté aquí, que ustedes regresen empoderadas, pero, sobre todo, más allá de lo que hemos avanzado en la legislación y lo que nos hace falta resolver, es importante señalar que todavía tenemos un gran pendiente, el más invisible y, por lo tanto, el más pernicioso, los micro machismos, las discriminaciones cotidianas que se viven permanentemente y se padecen permanentemente, que evitan que las niñas tengan las mismas condiciones que los niños, a la educación, a la alimentación, a ser niños, al igual que los niños, en su desarrollo humano.

Y así vamos a enfrentar a todos los demás que conocemos; queremos participar nuestros derechos civiles no podemos; queremos participar ejerciendo nuestros derechos políticos y tampoco se puede; entonces, las amenazas, las terribles presiones que ustedes viven también de parte de sus compañeros es terrible, lo sabemos, lo constatamos todos los días, se resuelve por los organismos juridiccionales.

Y sabemos que tenemos muchas por hacer; yo espero que quienes salgan de aquí efectivamente lleguen allá, a seguir con esta ruta de discusión y, sobre todo,  diciendo fíjense que hicimos un avance y de nuestros derechos pues todos ellos los tenemos asegurados, pero todos estos otros derechos tenemos que seguir trabajando más.

Ojalá, y ese es el gran mérito de esta reunión, ojalá (inaudible) solas, porque si lo hacen solas ya sabemos cómo les va, ojalá que estuviera aquí Rosa Pérez, presidenta municipal de Chenalhó, para que nos diga -Rosa, no te vi amiga- van a escuchar a Rosa, toda la gran, es una gran política Rosa, pero todo lo que ha tenido que enfrentar, incluso amenazas a su vida.

Bueno, pues esa es la cotidianidad que tenemos que cambiar, porque si no se cambia, pues de nada sirve que hace 64 años haya quedado en la Constitución el derecho de las mujeres a votar a y a ser votadas.

¡Qué bueno que están aquí!

 

 

 

 

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