Embestida Jurídica del Gobierno Federal pretende anular carta de derechos de la Constitución CDMX


Intervención de la senadora Dolores Padierna Luna, Coordinadora del Grupo Parlamentario del PRD, en la presentación del número 203 de la revista “El Cotidiano», de la UAM sobre “La Nueva Constitución de la Ciudad de México.

 

Dolores Padierna Luna (DPL):Gracias señor Rector.

 

Felicitar y agradecer mucho a mi alma mater, la Universidad Autónoma Metropolitana, de interesarse en este magnífico e importantísimo tema de la Constitución de la Ciudad de México.

 

Agradecer también al director de la revista “El Cotidiano”, Miguel Ángel Romero, por este esfuerzo y por la invitación.

 

Nosotros presentamos como Partido de la Revolución Democrática una amicuscuriae para fundamentar y ahí damos 10 falacias en las que incurre la PGR, el Ejecutivo, el Senado y los que han impugnado esta Constitución.

 

Primero quisiera yo decir que haber sido Constituyente ha sido uno de los retos mayúsculos que me han tocado vivir, no solamente por la importancia, la gran envergadura y el contenido de esta Constitución, sino también por su grandeza y la constitución tan plural, que era verdaderamente un reto poder sacar conclusiones nuestras, del lado de la democracia, del lado de la versión progresista y avanzada como se refleja la Ciudad de México.

 

Las Constituciones reflejan muchas cosas, pero ésta, la Constitución de la Ciudad de México es un proyecto colectivo, tiene como fin último alcanzar la vida digna o entender la dignidad humana como el máximo logro de esta Constitución.

 

Es también un itinerario de cambio, es una transformación paulatina a través de la progresividad, es un proyecto de ciudad país, porque muchas de los anhelos, sueños, que hemos tenido como izquierda para la nación, la pusimos en esta Constitución.

 

Nos decían que raya en la utopía, y sí. Muchas de nuestras utopías alimentaron los argumentos y los fundamentos que se hacen realidad en esta Constitución.

 

Esta primera Constitución de la Ciudad tiene un cambio radicalmente diferente a todas las constituciones conocidas; pone en primer plano a la sociedad y en un segundo plano aparece el Estado.
Si uno revisa, y en el artículo de la revista “El Cotidiano” lo traté de hacer, si uno se va hasta los orígenes: Platón y va pasando por toda la historia, uno ve cómo está siempre el Estado por encima de las sociedades, ésta no.

 

Aquí consideramos que el viejo constitucionalismo que prevaleció todavía en la primera mitad del Siglo XX quedó atrás y los intereses del Estado quedan todavía por debajo de los intereses de la sociedad.

 

Esta Constitución está basada en los derechos humanos. Una de las litis que trae el Procurador dice que solamente debemos reglamentar –lo decía Alejandro Encinas- lo que tiene la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nada más.

 

Primero, la Asamblea Constituyente es para hacer una Constitución, no para hacer leyes reglamentarias.

 

Y segundo, si ya está en una Constitución debemos asumir parte de ella, nos trajimos parte de los derechos que ha conquistado la capital y los constitucionalizamos, nos trajimos los derechos más importantes que tiene la Constitución mexicana y los aterrizamos, nos trajimos la convencionalidad, todos los tratados e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos y los trajimos para acá y fuimos todavía más allá de nuestra propia Constitución en materia de libertades, en libertad de expresión, en considerar una ciudad refugio, en tener un sistema de medios de comunicación autónomo, los derechos de los periodistas, la ciudad global, la exigibilidad de los derechos, la democracia directa, la revocación de mandato, el referéndum constitucional, la progresividad como método para alcanzar la universalidad de los derechos.

 

Y si se concretara la universalidad es un duro golpe al neoliberalismo, porque el neoliberalismo concibe los derechos sólo para los grupos de élite, focaliza los derechos donde excluye a las inmensas mayorías de la población.

 

Y puedo hablar media hora o más de cómo fuimos mucho más allá de lo que hoy existe.

 

Y por eso esta Constitución es literalmente histórica y tenemos la responsabilidad de defenderla.

 

En el contenido de la Constitución de 1917, para irme más acá, ya se colocó al Estado como quien tiene la obligación de construir una sociedad igualitaria; la educación, el derecho al trabajo, los derechos agrarios, una nueva concepción de la propiedad aparece en la Constitución Mexicana de 1917.

 

Ahí la función del Estado es el promotor activo de los derechos y de la protección de los derechos; esto lo salvamos y lo trajimos a nuestra Constitución.

 

El Estado perdió pasividad, como lo ha querido hacer desde hace 30 años el neoliberalismo o desde mucho antes, desde el liberalismo de Adam Smith de considerar un Estado ajeno, lejano, prácticamente inexistente o dedicado de florero.

 

Acá no, aquí el Estado no es florero, aquí el Estado es el responsable de generar, no sólo de respetar la Constitución sino de generar todas las políticas públicas necesarias para la consecución de los grandes objetivos que tiene nuestra Constitución.

 

Una, nuestra Constitución, la de la Ciudad de México, pocos, porque muy pocos, consideraban que la Asamblea Constituyente por la complejidad de sus constitución, lograría su cometido.

 

Y yo diría, no sólo se logró el objetivo de tener esta Constitución. Decía Jaime Cárdenas que debimos haber respetado cada palabra, cada coma, cada título, cada letra del proyecto del Jefe de Gobierno; no se necesitaba una Asamblea Constituyente para repetir, para remedar, para copiar un texto.

 

Era necesario entrar a fondo de cada concepto; el reto aquí era que el grupo redactor entregó un documento muy superior, muy importante y el reto era no perder ningún concepto, y al contrario nuestro reto fue ir incluso por encima del texto del grupo redactor que aprobó el equipo de evaluación, el equipo de académicos que incluso tuvo un cedazo adicional donde estuvo nuestro Rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente y otros más.

 

Y desde luego, nosotros nos comprometimos a respetar el trazo presentado por el Jefe de Gobierno, pero ir más allá. Aquí la gran conclusión es erradicar la pobreza, proteger el medio ambiente, alcanzar la prosperidad para las mayorías, la promoción de todas las culturas.

 

Es la primera Constitución que hace consulta a los grupos, pueblos indígenas y me gustó mucho lo que dijo Profirió Muñoz Ledo en el país hay muchos pueblos, él hablo de 32, por hablar de los 32 estados de la república, pero hay muchos más.

 

Tan sólo en nuestra ciudad hay muchos pueblos y hay muchas identidades, y muchas idiosincrasias y se procuró considerarlas, respetarlas a todas y cada una; pero al final, final hay un objetivo alcanzar la vida digna.

 

Esta Constitución tiene nuevos modelos, no se puede analizar, y ese es el error en el que incurren  los impugnadores que quieren analizar este documento con os viejos esquemas, con los viejos cánones, no se colocan en la modernidad, ni dan un paso al futuro, al siglo XXI; están en el siglo XIX o en la primera mitad del siglo XX y entonces se equivocan porque leyéndola así no la van a entender.

 

Este es un nuevo modelo de Estado, es un nuevo modelo económico, un nuevo modelo social, un nuevo modelo político de entender la democracia, un nuevo modelo de Poder Judicial, entre otros muchos aspectos muy relevantes.

 

Pero todo tiene el trazo de los derechos humanos en todas partes, incorpora nuevos derechos -ya hable de ellos-, se asegura un gobierno al servicio de las personas y se visibiliza quienes son los responsables de prestar los servicios y le da las herramientas a la ciudadanía para destituir a quien no cumpla con todos los objetivos aquí propuestos.

 

En pocas palabras este trabajo es un verdadero orgullo para la ciudad, no sólo para quienes participamos como Asamblea Constituyente, es un verdadero orgullo de los redactores, de los evaluadores, de la Asamblea Constituyente, pero también es un orgullo para esta ciudad.

 

Y es un texto de alta calidad, establece uno de los capítulos más importantes que tiene los contenidos esenciales de la Constitución, -tenemos que entenderlo-es el principio de progresividad como un esquema evaluable, tenemos todo un capítulo de cómo se prospera que es nuestro modelo económico a través del desarrollo económico de esta ciudad; cómo se hace una planeación de corto, mediano o largo plazo.

 

Todo el tema de la exigibilidad y la justiciabilidad de los derechos, la acción de protección efectiva de los derechos que es la única que respetan; la que impugnan es el juicio de restitución obligatoria de  derechos.

 

Hay todo para defender como desde una solicitud oral o escrita en 10 días las autoridades tienen que ser capaces de responder a la sociedad porque esa es una justicia expedita, esa sí es una justicia de a deberás, no está que se tarda años y que luego se les olvida, etcétera; tenemos el derecho a la reparación integral de cualquier daño.

 

Podemos afirmar pues que no sólo la Constitución de la Ciudad de México, no sólo la ciudad tiene una constitución sino la sociedad capitalina tiene su constitución porque  está pensada en las personas, en todas las personas.

 

Por ello preocupa esta embestida jurídica y el gobierno Federal intenta expulsar de este documento, por ejemplo la carta de derechos, evitar la garantía de los derechos a las personas y considera inconstitucional es los mecanismos de exigibilidad de los derechos o que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos diga que los derecho son se deben exigir, la verdad raya en lo inaceptable.

 

Nosotros tenemos 10 tesis, que le llamamos primera falacia, segunda falacia, tercera falacia; 10 falacias que demostramos cómo  con la Corte misma, con los argumentos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación misma, se defiende todo lo impugnado en este Constitución.

 

El concepto de autonomía que tanto alega el Procurados General de la República viene desde el 122 constitucional, y aquí pudiéramos hablar qué esa autonomía, qué es soberanía, que en todos los meses hablamos mucho con Morena, pero lo que sí quisiera decir aquí es que nuestra Constitución Mexicana el 122 no hace autónomas a 31 entidades, y menos autónoma a la otra, no. La autonomía es igualita para todas las entidades y la soberanía radica en el pueblo, y hay muchos pueblos, y aquí está, entendidos todos.

 

En fin en materia de competencias habría  que analizar muy bien el 122 y el 124 donde no hacen distinción entre estados y Ciudad de México.

 

Y cómo la propia Constitución mexicana  obliga a que todas las autoridades -dice: todas-, estén obligadas a garantizar los derechos.

Bueno, hay  muchísimas cosas que decir, yo quisiera terminar esta parte diciendo que las entidades federativas, la nuestra puede legislar en nuevos derechos para sus habitantes, aunque no tengan un referente constitucional.

 

Los derechos humanos pueden tener fuente local, fuente federal o fuente convencional, y todos esos están garantizados ya, defendidos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación; que parece ser que el Procurador General de la República no ha leído esas tesis, el senador Escudero, tampoco porque en sus argumentaciones no se acuerdan de estas tesis de la reforma de Derechos Humanos, de junio del 2011 y la tesis de convencionalidad de la Corte de la Nación.

 

Finalmente,  decir que la Constitución de la Ciudad de México es un nuevo paradigma, es un cambio revolucionario en el derecho, en la jurisdicción, en la democracia y que se ha incorporado nuevas dimensiones en todos los sentidos y que nos sentimos muy orgullosos de tener estos derechos.

 

Gracias.

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