Un mal año y no solo en derechos humanos


Las crudas expresiones del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la entrega de su informe de labores anual. El 2016, dijo el ombusdman, “no fue un buen año para los derechos humanos”.
Podríamos agregar que tampoco lo fue para nuestra moneda, para nuestro petróleo, para la justicia ni para las mesas de los mexicanos, a las que cada día llegan menos alimentos.
El ombusdman puso el índice en las llagas de la corrupción, el abuso de autoridad y la impunidad, además de decir, frente al presidente de la República, que la presencia de las fuerzas armadas en las calles no es la solución a la inseguridad y violencia, rubros en los que Enrique Peña Nieto ha conseguido lo que parecía imposible: superar a su antecesor, Felipe Calderón, en el número de homicidios y otros delitos de alto impacto.
Las expresiones de Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH, no hicieron sino confirmar la grave crisis de derechos humanos de un país donde la impunidad, la corrupción y la oscuridad con la que se manejan los asuntos públicos confirman “la falta de ética y valores” que definen la actuación de muchas autoridades.
Los dichos del titular de la instancia pública encargada de velar por los derechos humanos confirman también lo que han sostenido a lo largo de estos años diversos organismos nacionales y extranjeros. “México ha tocado fondo en su crisis de derechos humanos”, dijo hace poco José Manuel Vivanco, director de Human Rights Watch, para quien la impunidad y la falta de justicia son la norma en nuestro país. Vivanco recordó un dato: entre 2006 y 2014 no hubo un solo funcionario público condenado por el delito de desaparición forzada, pese a las pesadas evidencias en numerosos casos. (El organismo con sede en Washington ha documentado 149 casos de desaparición forzada, es decir, perpetrada por autoridades, sólo en el gobierno de Calderón).
Unos días atrás, en un acto con miembros de la fuerzas armadas, el presidente Nieto había dicho que la crisis sólo existe “en las mentes” de algunos mexicanos.
Tiene razón la repetida frase que define a los poderosos de hoy: no entienden que no entienden. Y la cosa es peor, porque no sólo no entienden, sino que creen que la realidad sólo está en la mente de algunos. Y puede ser: porque al parecer el país con empleo, justicia y paz sólo existe en la mente de los gobernantes.
Sen. Dolores Padierna Luna
Coordinadora del Grupo Parlamentario PRD