Una ley que le dé un marco regulatorio al Ejército, es fundamental


Intervención del Senador Armado Ríos Piter, para referirse a la propuesta que solicita la opinión de la CONAGO sobre iniciativas de seguridad interior

  • ·         Sinceramente me parece que es un debate que está a muy poca altura de lo que una discusión como la de seguridad interior requiere. 
  • ·         No logra dimensionar la coyuntura, la fragilidad institucional, y la terrible preocupación que seguramente debe de sentir la sociedad. 
  • ·         Hay que tener visión de Estado y hay que entender que en esta encrucijada, lo que está en el futuro es que el poder civil claudique o no 
  • ·         Una institución que es hoy, aún más valorada del país, ve cómo el poder civil no tiene respuestas; respuestas constructivas, respuestas que nos permitan decir: una ley que le dé un marco regulatorio al Ejército, es fundamental, es indispensable. 
  • ·         Representamos un poder que hoy le está fallando a la nación, y creo que es indispensable que dialoguemos con el Ejército.  

 Armando Ríos Piter (ARP): Con su permiso señor presidente.

Compañeras y compañeros, he seguido el debate que han dado varios senadores y senadoras, y sinceramente me parece que es un debate que está a muy poca altura de lo que una discusión como la de seguridad interior requiere, y quiero sentir mi pesar, porque el poder civil, la verdad es que en un debate tan pequeñito como el que he logrado escuchar, pues la verdad es que no logra dimensionar la coyuntura, la fragilidad institucional, y la terrible preocupación que seguramente debe de sentir la sociedad, cuando escucha un debate entre precandidatos partidistas, entre quien fue mejor o peor en la administración de seguridad, muy chiquito y muy pequeñito el debate, cuando pues las representaciones son 200 mil muertos, si sumamos los de Felipe Calderón, con los que lleva Enrique Peña Nieto.

O con estar tratando de identificar con una posición de Estado el resbalón de Andrés Manuel López Obrador.

Andrés Manuel López Obrador se debate en esas discusiones entre si es hombre de Estado o si es activista de chacaleo, bueno, eso no le dice nada a la gente.

Y no le dice nada al futuro del país y me preocupa que ése sea el tipo de debate que responde el poder civil a las fuerzas militares, al Ejército, y me explico.

En Guerrero –mi Estado- no hay policías, y tal vez alguien lo podría decir en otros rincones, tal vez alguien en Veracruz lo podría decir igual, o lo podríamos decir en Tamaulipas, o lo podríamos decir en tantos lugares, en donde las policías civiles son un verdadero fracaso.

¿Quién nos queda como país? ¿Quién? El Ejército o las fuerzas armadas. Es al Ejército al que le hemos pedido que esté ahí presente, es el Ejército –y hablo porque he hablado con los guerrerenses- quien les da la mínima sensación de que su fragilidad y su vulnerabilidad, tiene por lo menos a alguien del Estado ahí presente.

¿Esto es falso? No. Pregúnteselo a cualquiera en su estado, ahí donde están los militares hoy.

¿Esto significa que por esa presencia no haya violaciones a los derechos humanos? Obviamente que las hay. Están documentadas.

Entonces poner un planteamiento de blanco y negro, frente a una discusión que tendría que ser del Estado mexicano, y ridiculizarlo a ver qué es lo que opinó Andrés Manuel, o qué es lo que opinó Felipe Calderón, pues la verdad que es muy chiquito compañeros y compañeras.

Hay que tener visión de Estado y hay que entender que en esta encrucijada, lo que está en el futuro es que el poder civil claudique o no. Que el poder civil tenga la capacidad de decir: hemos perdido la oportunidad de darle seguridad a la gente o no. Ésa es la pregunta que nos tenemos que hacer.

Yo escuchaba recientemente a quienes decían: es que va a haber una prórroga de seis meses, y después otros seis meses, y después otros seis meses, y luego se le dan facultades de investigación al Ejército.

¿Para qué pensamos entonces en una fiscalía autónoma, para qué seguimos pensando en esos absurdos? O el discurso fácil de que regrese el Ejército a los cuarteles; ambos son igual de limitados y pequeñitos. Ambos.

Porque no reconocen la realidad de violencia que hoy vive la gente, y en la cual, el problema es que tenemos un poder civil que no se está respondiendo a sí mismo respecto a sus fallas.

Y eso lo ve el Ejército; eso lo escucha de Andrés Manuel, pero también lo ve del Partido Acción Nacional, o lo ve del PRI.

Una institución que es hoy, aún más valorada del país, ve cómo el poder civil no tiene respuestas; respuestas constructivas, respuestas que nos permitan decir: una ley que le dé un marco regulatorio al Ejército, es fundamental, es indispensable. Porque le hoy le hemos pedido como poder civil al Ejército, que esté llevando a cabo actividades que el poder civil no ha podido desarrollar correctamente.

¿Cómo lo resolvemos? Es la pregunta, y he escuchado alrededor de 15 planteamientos previos, no hay una sola propuesta.

Hay que escuchar a la CONAGO, sí, pero tal vez hay que preguntarle a la CONAGO  ¿Cómo funciona que el crimen organizado participe de manera, compartida a veces en los municipios, o incluso en los espacios de las gubernaturas, con esos gobernadores? Hay que preguntarles eso.

Hay que preguntar por qué el crimen organizado se vuelve parte de la toma de decisiones de seguridad. Esas son las preguntas que hoy tiene que responder México, y aquí representamos al poder civil.

Representamos un poder que hoy le está fallando a la nación, y creo que es indispensable que dialoguemos con el Ejército.

No el discurso fácil de que vuelva el Ejército a los cuarteles, ni tampoco el discurso absurdo, de pensar que una ley, que le dé todas las capacidades al Ejército, sea lo que va a resolver el colapso que hoy tiene el poder civil en el país.

Es cuanto señor presidente.

 

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