Me siento muy contento de estar en este evento, le agradezco enormemente a mi amiga, a Marcela Guerra, senadora que con su liderazgo en la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, pues está coadyuvando, buscando tejer puentes de contacto de alianzas que son estratégicas, en este caso con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que son muy fructíferas.
Si la logramos plantear y definir en un horizonte de resultados, de corto, de mediano y de largo plazo.
A Blanca Alcalá, un saludo también al presidente Pablo Escudero que ha sido un gran aliado de Operación Monarca, fue pieza fundamental para garantizar la gestión de los 50 millones de dólares para los consulados que ya se han logrado y pues a todos mis amigos y amigas senadoras. A Silvia, a Lucero, a Yolanda, a Fidel, a Jesús, David, Marco, a todas y todos los que están aquí presentes.
Quiero compartir con ustedes algunas reflexiones de lo que escuché de los que me antecedieron, porque yo estoy convencido que en este momento, México vive una de las encrucijadas más importantes de su historia reciente. Difícilmente yo podría encontrar en la historia de las últimas décadas un momento en el cual estén al desnudo tantas cosas para el país, y en el cual haya tantas oportunidades para definir, relanzar, proyectar el liderazgo que México puede tener, no solamente en la región, sino en el mundo entero.
Y estar hablando hoy de derechos humanos en un contexto de migración, sin duda alguna es poner el dedo en una de las llagas más importantes, más dolorosas, pero sin duda alguna, también de las más pertinentes a revisar, si es que México verdaderamente quiere entender a la nueva administración en los Estados Unidos como una oportunidad.
No solamente como un riesgo, no solamente como una actitud hostil, irritante, que reiteradamente va en contra de nuestro país y de los intereses de nuestros connacionales, sino que en ese discurso de xenofobia, de racismo, de misoginia, que tanto se ha comentado, México tiene la oportunidad de convertirse en un líder a nivel mundial.
México hoy es pieza de atención día con día, diariamente México está en la atención del mundo entero y sin duda alguna, de nuestros vecinos en la parte sur del continente, pero de todo el mundo, todo el mundo está atento a cómo está cambiando la fisonomía de liderazgo de Estados Unidos.
A mucha gente que ese liderazgo, antes se le consideró un liderazgo ético, moral, en muchos sentidos, especialmente en la parte de los derechos humanos, hoy está en duda. Hoy está en entredicho, después de haber visto a 3 millones de mujeres marchar en más de 64 países, pues me parece que si las mujeres están saliendo a la calle a demostrar su molestia, su rechazo, a un discurso, a una posición política que hoy está en la oficina oval de la Casa Blanca, me parece que hay que poner muchos oídos y mucha atención.
México en ese escenario sigue siendo blanco de ataques continuos, ya sea por el tema del ataque a nuestros connacionales, con operaciones tipo militar, dicho por el propio presidente Trump, o el tema de la redefinición de la relación comercial, cualquiera que sea hoy, México está en el ojo del huracán, en el ojo de la atención. Cómo podemos nosotros aprovechar este contexto para poner a México al frente para poder contrastar con una posición que estoy convencido que muchos no compartimos pues los derechos humanos sin duda alguna, son pieza clave, son pieza articuladora de ese posible liderazgo.
Sin embargo, ya lo dijo Raúl, a quien le agradezco enormemente, porque sé lo que importa la trascendencia de que esté aquí, El presidente de la Comisión de Derechos Humanos, como decía Raúl, tenemos que ser consecuentes con lo que pedimos del otro de la frontera con lo que pasa en la frontera sur.
He teniendo la oportunidad de platicar con gente que viene de los de los países de Guatemala, El Salvador, de Nicaragua, es terrible escuchar a mujeres que cuando llegan a la frontera lo que piden es una píldora anticonceptiva, porque reiteradamente van a ser violadas a lo largo del camino, y no van a ser violadas por ciudadanos comunes y corrientes, muchos de ellos van hacer funcionarios, tal vez el Instituto Nacional de Migración, tal vez de las policías estatal, municipal, federal, esa es la realidad, y esa realidad es la que tenemos que poner sobre la mesa, aunque parezca un elefante incómodo, si no, hablar de derechos humanos es utilizar un discurso que muchas veces en la evidencia empírica termina siendo un discurso.
México tiene que tener un mapa de ruta, precisamente para acabar con esa condición si lo que quiere es aprovechar la oportunidad y poner el discurso de los derechos humanos al frente como una visión civilizatoria, en contra de una de una posición tribal y que reina en la administración de los Estados Unidos.
De ese tamaño es la oportunidad que tenemos y de ese tamaño es el reto.
De tal forma que contar con un mapa de ruta, una definición concreta con la Comisión de los Derechos Humanos al frente, con el Senado de la República y las distintas piezas de articulación con las distintas senadoras y senadores que podamos involucrarnos en un proceso de este tipo, nuestros países hermanos, donde las preguntas tal vez ninguna de ellas, va tener solución cómoda.
Sí, “los derechos humanos ¡perfecto! sí, vamos a tener un muro” que para mí es más un espejo, pero no quiero rayar en eso, pero si vamos a tener un discurso de derechos humanos, cómo vamos a enfrentar el reto qué significaría una amplia oleada de gente llegando a nuestro país. Tal vez algunos llegando de la parte sur, tal vez algunos regresando de la zona norte, voluntaria o involuntariamente, cómo vamos hacer para enfrentar un exceso de mano de obra para que no nos impacten los salarios en este país.
Cómo vamos a pensar fuera de la caja para que se convierta en una oportunidad para generar un modelo de riqueza, a partir del capital humano, a partir de la gente, a partir de un planteamiento donde los derechos humanos planteen una posición de prioridad, pues sea poner al frente a educación, la salud, la alimentación de esa gente y que puedan convertirse en la prosperidad de México.
Yo creo que el diálogo sin duda alguna, con nuestros vecinos del norte y ojalá que nos invite el señor presidente, a estos encuentros, que habrán de darse con Guatemala, con el Salvador, con Nicaragua, será sumamente importante.
Por lo pronto, yo cierro agradeciéndole enormemente a la Senadora Marcela Guerra. La oportunidad estar aquí presente, comentándoles que en la parte específica de población, en la Operación Monarca lo comentábamos, estaremos seguramente, reuniéndonos el día de mañana, porque hay preguntas que hay que darles respuesta inmediata.
Cómo vamos hacerle para que nuestra gente que está en retorno pues tenga condiciones mínimas en los 11 puntos para tener asistencia psicológica, asistencia legal capacidad de que el Instituto Nacional de Migración se vincule con el Sistema Nacional del Empleo, pues una masa crítica, que no es lo mismo el destino, si te regresas a un lugar que esté creciendo al 1%, como puede ser mi tierra, Guerrero, o te regresas Aguascalientes o Querétaro, donde estamos creciendo al 8 o 9%.
Son preguntas concretas qué hay que empezar a resolver para aprovechar este regreso y convertirlo como una oportunidad y como un verdadero bono de capital humano, son planteamientos que merecen la reflexión de todos
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