El derecho a elegir / Excélsior


Nunca aprendí a fumar cigarrillo, ni mucho menos mota. Y no pretendo hacerlo porque la verdad es que no me gusta meter humo a mis pulmones, nunca fue algo atractivo para mí.

Sin embargo, tengo todo el derecho a hacerlo, si así lo quisiera y, más aún, tengo derecho a exigir que se termine con una prohibición inútil que lo único que está generando es muerte en las calles, pero por razones que van más allá de los efectos que genera una yerba en el organismo.

Hace unos meses promoví un amparo con la finalidad de que la Suprema Corte permita a una sociedad adulta el uso de la mariguana con fines medicinales y recreativos o lúdicos.

México está preparado para una concesión legal de esta naturaleza, porque quienes usan esta sustancia son dueños de sus propias vidas y, por consiguiente, de sus decisiones para conducirse como mejor les parezca, siempre y cuando no perjudiquen a terceros.

La cannabis ya es usada para paliar diversas enfermedades. Además, hay estudios que señalan que combate la migraña, trata el alzheimer, combate el glaucoma y alivia síntomas de enfermedades crónicas. Sin embargo, conseguirlo para estos usos, entraña riesgos innecesarios.

La prohibición de la mariguana para uso recreativo, conduce a la venta ilegal y esta práctica, a la competencia, que degenera en violencia. Mexicanos se matan unos a otros a diario por el control del mercado.

Más allá de una libertad individual de elegir, ya es tiempo de cambiar la estrategia para combatir la violencia producto del narcotráfico. La prohibición de la mariguana mantiene al país lleno de sangre y de pequeños consumidores en prisión.

Mientras en muchos países del mundo, como Uruguay y Holanda, se ha despenalizado el consumo, y en las pasadas elecciones varias entidades de Estados Unidos -destacando California- entraron en la dinámica de permitir el uso lúdico, nuestro país continúa con un debate rancio y lleno de prejuicios.

Ha llegado al momento de olvidarse de arcaísmos, de las añejas épocas de la prohibición a raja tabla. Si bien se dio un avance al permitir el uso para fines medicinales y científicos de la mariguana, en la reforma aprobada en diciembre pasado, el debate se estancó sólo en eso. Requerimos perder el miedo a la evolución acelerada y entrar en la discusión seria e informada de su uso recreativo. En este marco, debemos pensar también en la legalización de la amapola y los opiáceos para fines medicinales.

Al finalizar el 2015, la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART), fundada en 2013 por cuatro abogados y empresarios, interpuso un amparo contra actos de la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ante la que solicitaron autorización para uso de mariguana con fines lúdicos o recreativos, que les fue negada.

Posteriormente, el ministro Arturo Zaldívar, encargado de revisar el documento en la Suprema Corte, encontró una serie de conceptos, tanto de nuestra Constitución, como de tratados internacionales, que “reconocen un catálogo de derechos de libertad, que se traducen en permisos para realizar determinadas acciones que se estiman valiosas para la autonomía de las personas”.

Zaldívar interpuso razonamientos que hablan de una política de drogas basada en la prohibición, y del uso del Derecho Penal para contener y reprimir la oferta y la demanda de sustancias de uso ilegal. Señaló que “los resultados de la prohibición, en términos de reducir el consumo y el tráfico, han sido mínimos –por no decir nulos y, por el contrario, sus costos han sido muy altos, sobre todo en términos humanos”.

La misma lógica utilizada en esa ocasión, cabe perfectamente en el amparo que como ciudadano he interpuesto, en el que se solicita que el uso de la yerba, para fines curativos y lúdicos, sea estudiado concienzudamente por los ministros de la Corte en quienes recaiga la responsabilidad.

Los razonamientos empleados en aquella ocasión se ajustan a cualquier fecha, después de dictada la sentencia que concedió autorización a SMART, para consumo de los cuatro promoventes.

En tanto, el Congreso de la Unión y el Poder Ejecutivo se han visto sumamente conservadores en torno a esta discusión, espero que la Corte dicte sentencia favorable en el amparo que he promovido, para sentar jurisprudencia eventualmente, y transformar la situación actual. México debe dar pasos hacia adelante confiando en la inteligencia de su gente, y no condenarlos a una prohibición que, literalmente, nos está matando.

Twitter: @RiosPiterJaguar