La causa y lo causado: Un nuevo embajador en Estados Unidos / Milenio


Las relaciones bilaterales con Estados Unidos viven una situación crítica, quizá equiparable con las intervenciones extrajeras o a la crisis vivida durante la expropiación petrolera de 1938. México requiere un embajador en Estados Unidos que no sólo represente a un gobierno, sino una persona comprometida con la defensa de nuestros connacionales y con los intereses de México. Se necesita un embajador verdaderamente patriota. De esta manera los retos de Gerónimo Gutiérrez, nuevo embajador de México en Estados Unidos, son enormes.

 

Surgen varias preguntas ¿Cuál  será la visión y la estrategia del nuevo embajador respecto del futuro de la relación bilateral México-Estados Unidos en el escenario de que el presidente Trump cumpla con sus promesas de campaña, construya un muro fronterizo, termine con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y deporte a millones de inmigrantes indocumentados?

 

Para la sociedad mexicana la construcción del muro es una afrenta racista y una grave violación de los derechos humanos de los mexicanos y de latinoamericanos. Hasta el momento, el gobierno mexicano se ha negado a caracterizar formal y oficialmente la orden ejecutiva de la construcción del muro como un acto hostil, uno de los retos del nuevo embajador será llamar a las cosas por su nombre y denunciar, con las herramientas de la diplomacia, este acto en contra de nuestro país. Por ejemplo, cuál será la declaración de nuestro embajador el día, no lejano por cierto, que inicie la construcción del muro, cuando se corte el listón o se coloque la primera piedra. ¿Qué hará nuestro embajador, denunciará el hecho, permanecerá callado o dirá que es una acto soberano de Estados Unidos?

 

Muchos de los trabajadores mexicanos indocumentados prefieren litigar su deportación frente a un juez de migración antes que aceptar el llamado retorno voluntario a México. La idea es saturar el sistema legal estadounidense con demandas. El embajador Gerónimo Gutiérrez tiene el reto de contribuir a la coordinación de los apoyos de la red consular, de las organizaciones de defensa de derechos de los migrantes y de los despachos  de abogados defensores de migrantes. Asimismo, el gobierno mexicano ha anunciado que se destinarán recursos adicionales a este propósito, así que el nuevo embajador no sólo tiene el reto de coordinar el ejercicio de estos recursos, sino también de maximizarlos y garantizar la transparencia en su ejercicio.

 

Desconocemos si el nuevo embajador está acorde con la política conciliadora que ha manifestado sistemáticamente el gobierno mexicano respecto a Donald Trump, sin embargo, nuestro representante en Estados Unidos enfrentará una serie de desafíos que entraña la permanente amenaza de Trump, un presidente racista, que ha demostrado de manera abierta un absoluto desprecio a nuestro país.

 

Ante el inminente clima que ha enrarecido la relación binacional afectando los derechos humanos de nuestros compatriotas, documentados e indocumentados, el Embajador Gerónimo Gutiérrez debe de asumir una postura firme y sólida, congruente con los principios de política exterior, para exigir al gobierno de Estados Unidos respeto a México y a los mexicanos, a sus empleos, remesas, integridad, seguridad, educación y rechazar  las deportaciones masivas.

 

Tal vez  exigimos mucho al nuevo embajador, pero los momentos de crisis también son momentos de grandeza. Tampoco es imposible, basta recordar la actuación digna y valiente de Don Gilberto Bosques como nuestro representante en Francia, cuando desde la representación mexicana ayudó a miles de refugiados españoles a huir de la persecución franquista y a disidentes políticos a ponerse a salvo de los órganos de represión nazis. XXX Twitter @MBarbosaMX