Lupita, la historia de tantos migrantes / Excélsior


¿Qué pasaría si un día me despertara y me arrebataran sorpresivamente a mi mujer, a la madre de mis hijos, y de la noche a la mañana tuviera que desempeñar el papel de padre y madre, y tuviera que reinventarme y aprender a vivir con el dolor de su ausencia?

Escuchar la voz de Aaron, el esposo, de Guadalupe García de Rayos, la mujer de 36 años, originaria de Guanajuato, madre de dos hijos, que llegó a Estados Unidos desde los 14 años, y quien fue deportada este jueves pasado de Arizona a Nogales, Sonora, es una historia más que me conmueve y desgarra el corazón, porque antes que ser político, soy ser humano, soy esposo y padre de una niña de seis años y un niño de nueve, quienes son mi fuente de inspiración permanente.

En medio de la terrible noticia sobre la deportación de Lupita, precisamente me encontraba en Phoenix, Arizona, junto con otros compañeros legisladores, en el segundo foro #AgendaMigrante. Ahí, nuestros paisanos nos compartieron el horror e incertidumbre que están viviendo con la política persecutoria del gobierno de Donald Trump en contra de los migrantes y nos suplicaron, como representantes del Estado mexicano, impedir la separación de más familias.

Nuestros hombres y mujeres rompen en llanto ante el miedo de ver sus hogares desgarrados y ante la zozobra de tener que abandonar el patrimonio que han construido con tanto esfuerzo y sacrificio para ser merecedores de una vida digna.

Por desgracia, el caso de Lupita representa el drama de tantas familias migrantes y, como políticos, tenemos la obligación de ponernos en los zapatos de cada una de esas “Lupitas”, de sus hijos, esposos y familias. El simple hecho de pensar en la posibilidad de vivir esa experiencia me obliga a trabajar de forma más enérgica y entregada para apoyar a nuestros connacionales.

Durante la visita a Arizona, que realizamos varios senadoras y senadores de #Operación Monarca, además de tener la oportunidad de escuchar los testimonios de nuestra gente, nos reunimos con legisladores norteamericanos, entre ellos el Senador republicano, Jeff Flake, quien ha apoyado una iniciativa de ley que busca extender la protección de los dreamers —jóvenes migrantes que fueron llevados por sus padres a Estados Unidos a edad temprana— para seguir trabajando conjuntamente en medidas de apoyo a la comunidad migrante.

A su vez, tuvimos la posibilidad de encontrarnos con líderes y activistas excepcionales, entre ellos los representantes de Chicanos por la Causa, una organización que ofrece protección a la comunidad latina, brindando servicios de salud, educación, vivienda, desarrollo económico, entre otros.

La última semana ya sumaron más de ciento sesenta detenciones de inmigrantes, tan sólo en el estado de California, quienes no son criminales y cuyo único pecado ha sido trabajar, sin documentos, para forjarse un mejor futuro y contribuir al desarrollo de nuestra nación vecina.

Actualmente, no sólo estamos ante una crisis diplomática, sino ante una crisis mayúscula de derechos humanos, que debemos enfrentar con unidad, inteligencia, estrategia y determinación.

Por eso, hoy más que nunca estamos obligados a unir esfuerzos entre servidores públicos, empresarios y activistas, de ambos lados de la frontera, en apoyo a los migrantes. Para empezar, debemos empoderarlos con la difusión masiva de información sobre sus derechos, a través de los medios de comunicación, internet y redes sociales, porque el conocimiento es poder, y así podrán ser menos vulnerables ante los posibles abusos de las autoridades.

En segundo lugar, del lado mexicano, destinaremos mil millones de pesos para fortalecer la red consular y estamos trabajando en la elaboración de un paquete integral de iniciativas de ley que incluyen: 1. Una política pública de protección, recepción e integración en la sociedad mexicana, que facilite el reconocimiento a los mexicanos, connacionales y sus familias, así como proporcionarles una identidad y el reconocimiento de su patrimonio al ingresar a territorio nacional, 2. Revalidación y certificación de sus estudios, 3. Apoyo focalizado a los mexicanos deportados del sector rural y 4. Bolsa de empleo emergente.

Nosotros fuimos los primeros en fallarles a nuestros paisanos al ser incapaces de brindarles oportunidades y esperanza en su propia tierra. Hoy, nos les podemos volver a fallar.

Twitter:  @RiosPiterJaguar