Debemos plantear una estrategia diplomática firme para afrontar retos que representa Donald Trump: Luis Humberto Fernández


Intervención en tribuna del senador Luis Humberto Fernández Fuentes, del Grupo Parlamentario del PRD, para referirse al inicio del gobierno de Donald Trump.

 

Luis Humberto Fernández Fuentes (LHFF): Con su venia, señor presidente.

 

Y, bueno, la patria se hace con los que estemos.

 

Iniciará el gobierno de Donald Trump, que sin duda será una nueva era de desequilibrios en el orden mundial y con claras consecuencias para nuestra patria.

 

El optimismo de que no va a pasar ya se agotó, y pensar que va a cambiar en el poder o que no logrará las mayorías no compartiría yo ese optimismo porque su reelección depende de que en efecto deporte a los mexicanos o construya el muro, que además tiene una agenda clara y específica.

 

El gobierno de Trump no se trata de un hecho aislado, ni siquiera de una pesadilla de cuatro años, es posible que tenga consecuencias de largo plazo y  trascendencia global.

 

Es un cambio en el poder que significará el realineamiento de las fuerzas económicas y sociales en todo el mundo, una nueva geopolítica basada en visiones diferentes de lo humano y lo público.

 

Trump no está solo en esta lucha, pero no serán los aliados tradicionales de Estados Unidos, como sería México, quienes lo acompañen. Hoy parece más cómodo con Putin que con Europa, y los organismos internacionales les tiene un profundo desprecio y no le representan utilidad.

 

La designación de su equipo cercano, como Stephen Bannon y Priebus muestran un contenido ideológico ultraconservador, racista, antisemita, islamofóbico y mexicanofóbico.

 

Pero sin embargo me preocupa más lo que pasa en México y es la suma de tres fuerzas resestabilizadoras que nos van a llevar a una condición delicada: la debilidad y falta de credibilidad de las instituciones, en particular del gobierno; la fragilidad de la economía, que ya ha sido abordad; y el elemento que tendrá Trump.

 

Pero, frente a esta tormenta, y lo que nos preocupa es de aquí a dónde y qué tenemos que hacer, tenemos un gobierno que mantiene un optimismo tan peligroso como absurdo.

 

En este escenario, coincidimos, no hay espacio para la ocurrencia ni la estridencia ni la sentencia ni epigrama, pero tampoco para la tibieza o la omisión.

 

En esta delicada hora de la nación, el Gobierno no ha tenido más que un papel de víctima, sin propuesta ni acción, salvo la humillante y torpe visita del señor.

 

Más allá de esto ha decidido seguir una política errónea. Un grave error, apostar a la simpatía y la cercanía de quien nos desprecia.

 

El credo de Trump es la fuerza y la ventaja y con eso seguimos esperando su benevolencia.

 

Y la muestra de esto es el nombramiento del señor Videgaray, quien no tiene mayor credencial ni experiencia que la amistad con la familia Trump. No ubicamos en su expediente capacidad negociadora o diplomática. Él mismo reconoce su carácter de novicio.

 

¿Cómo va a negociar sin autoridad moral, patriotismo?, ¿cuándo ha negociado él en condiciones de desventaja?, ¿cómo va a estar negociando él el futuro del país si lo más probable es que esté pensando en él acaba en unos meses y que se va a ir a trabajar a una empresa norteamericana?

 

¿A quién va a representar, a México o a la familia de sus amigos?

 

Sus declaraciones lo acreditan, ya que mientras Trump amenaza a las empresas que invierten en México, él ve en él  un hombre amable y negociador, creo que es una evidencia que no ve la realidad o no la quiere ver.

 

Y lo digo con claridad: no hay firmeza, ni la habrá del canciller, sólo habrá silencio, vacío y condescendencia.

 

Lo sensato es construir una posición de negociación sólida basada en principios y diplomacia, pero eso no lo hemos visto.

 

Es momento de pasar a la acción con dignidad y sentido de oportunidad y patriotismo. Mostrar que México busca la prosperidad compartida, pero que no responde ni se amedrenta frente amenazas, que cree en la igualdad de los Estados y los principios de la política exterior.

 

México debe iniciar la acción,  ¿por qué no pensamos en los espacios del Derecho Internacional donde se deben litigar las decisiones que nos afecten, teniendo una posición clara?

 

Por ejemplo, pasó el foro de Davos y no hubo ninguna posición ni un cabildeo  del Gobierno mexicano.

 

La negociación se tiene que realizar con respeto a los principios de política exterior y del Derecho Internacional.

 

México debe convocar a un debate internacional sobre el libre comercio, la libre empresa, la economía global y el derecho a la igualdad de los pueblos.

 

La negociación puede ser en dogmas, sino tiene que ser lo más conveniente para ambos países.

 

Por eso es de la mayor trascendencia –y pido un minuto más, señor presidente- la mayor trascendencia, integrar un foro binacional con académicos destacados que muestren cuál es la razón de estas lógicas.

 

Por la delicadeza del asunto, también consideramos que es importante que el Senado de la República defina y apruebe los límites e integración de las delegaciones.

 

Porque los equipos de negociación deben integrarse por la gente más competente y con lo que tengan las mejores credenciales, no los puede prestigiar la única cercanía o incondicionalidad con el Presidente.

 

Además de esto, es fundamental que no sólo sean negociadores expertos, que hasta la fecha no lo han mostrado, también tiene que ser gente íntegra, imagínense qué vergonzoso que el knock out de entrada sea que sean descalificados por corrupción o porque no puedan aplicar sus bienes o sus casas.

 

Al final del día, México debe pasar al activismo y tener principios,  fortaleza y dignidad.

 

México representa hoy el mayor dilema en el orden mundial entre lo que prevalecerá, si el Derecho Internacional o el abuso del poder, el libre mercado o el proteccionismo, los derechos humanos o las políticas de Estado.

 

Hoy México debe de tomar el liderazgo en estos principios.

 

México, y en especial su pueblo, somos grandes, hemos remontado terribles tragedias y momentos difíciles, terremotos, inundaciones, invasiones, dictaduras, asonadas, revoluciones y muchos malos gobiernos.

 

Pero siempre, el pueblo ha salido adelante y ha salido antes que el Gobierno.

 

Hoy, como órganos del Estado, estamos obligados a plantear de manera urgente a plantear y aprobar una agenda de fortalecimiento de las instituciones, un paquete de medidas económicas, pero también una estrategia diplomática para enfrentar el reto, que hasta ahora no está sobre la mesa.

 

Ya las contrapartes ya plantearon sus agendas y sus demandas, nosotros seguimos en el vacío.

 

Estoy seguro que saldremos de esto más fuertes y más orgullosos, con mayor prosperidad, pero tendremos que trabajar en ello, la estrategia actual no funciona.

 

Y quiero concluir con que seamos muy claros, México no va a pagar ese muro no hoy ni fiado, no va a pagar el muro ni hoy ni nunca.

 

Y al final del día, refrendo el pronunciamiento de nuestra compañera, México ni se quiebra ni se dobla, y a México se le respeta.

 

Muchas gracias.

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