Gasolinazos y Trump / Publimetro


Arrancó el 2017 y lo hace con mucha incertidumbre. Por un lado, estamos a unos días de que inicie el período de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, quien insiste en situar la relación con México, alrededor de un muro, y amenaza a las empresas transnacionales para alejar sus inversiones de nuestro territorio.

Por otro lado, nos encontramos con un país enojado. El fenómeno económico y social desatado por el #Gasolinazo, acapara las redes, siembra incertidumbre en las calles y ocupa grandes espacios en medios de comunicación.

El enojo de la población corre en manifestaciones callejeras, en su mayoría pacíficas, aunque por desgracia también observamos brotes de saqueo y vandalismo, que desvirtúan las muestras públicas de legítimo malestar.

El discurso oficial sigue divorciado del sentir ciudadano. Por más argumentos lógicos y técnicos de porqué era insostenible un precio subsidiado de las gasolinas, y declaraciones del tipo “entendemos la situación de todos ustedes frente a medidas difíciles”; es más, en límite de encontrar empatía nos preguntan “¿Qué hubieran hecho ustedes?” sólo incrementan la distancia entre gobernados y gobernantes y, en un contexto de múltiples brotes de violencia, abren más posibilidades a escenarios catastrofistas.

Y es que para que el pueblo esté con su gobierno, primero el gobierno tiene que estar del lado del pueblo. Hoy más que nunca son necesarios los actos de austeridad y de humildad de parte de los servidores públicos de todos los niveles.

Entonces nos toca a todos los demás inspirar al cambio en nuestro entorno más inmediato.

Con este ánimo propositivo, y entendiendo que las soluciones que necesita nuestro país ya no pueden venir de acciones aisladas ni de cálculos electorales mezquinos, este fin de semana dimos inicio formalmente a los trabajos de Operación Monarca, para enfrentar una amenaza adicional al gasolinazo: Donald Trump.

Desde Los Ángeles, California, con mis compañeros senadores, el perredista Benjamín Robles del estado de Oaxaca, el priista Jesús Casillas de Jalisco y el panista Juan Carlos Romero Hicks de Guanajuato, nos reunimos con autoridades consulares mexicanas, con senadores del estado de California y con paisanos de nuestros estados para fijar una agenda de corto plazo, mediano y largo plazo para enfrentar la incertidumbre de los migrantes. Nuestro compromiso es brindarle a cada paisano todo nuestro respaldo como representantes del Estado mexicano.

La creación de bloques unificados, con senadores de distintos partidos, y la suma de esfuerzos bilaterales con autoridades y connacionales en la Unión Americana, son el tipo de metas que debemos perseguir.

Para la siguiente fase de Operación Monarca, tenemos que articular acciones que mejoren nuestra posición negociadora frente al nuevo gobierno en Washington. Como lo he mencionado en diversos foros, podemos hacer uso de varios recursos para sentarnos en la mesa con firmeza frente a Trump. Para empezar, hay que ampliar y consolidar en México y Estados Unidos sectores a favor de la integración comercial y la defensa de los derechos humanos.

 Pero hay algo que debe privilegiarse, necesitamos unidad y organización. Es imprescindible una sola visión de Estado, divididos somos vulnerables. Requerimos que todos los esfuerzos fluyan por un solo canal.

Debemos actuar con una postura digna y sólida. Es obligatorio hacer valer el respeto que nos hemos ganado como socios comerciales y naciones amigas.

A partir de ahora, la elección en México es clara. De un lado estarán los funcionarios y ciudadanos que siguen creyendo en las actitudes soberbias, impunes y la repartición de culpas; y del otro, los que creemos que llegó el momento de poner el ejemplo de humildad, actitud constructiva y trabajo colectivo.