Marea roja en Chiapas / Revista Siempre


Ayuda a mirar el dolor de la tragedia

Zoé Robledo

Hace poco menos de dos semanas, la Secretaría de Gobernación emitió lo que técnicamente se denomina una Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en una región del estado al que represento en el Senado.

Este hecho es sin duda importante, pero a decir de los grupos de mujeres que desde hace más de tres años levantaron la voz para demandar a las autoridades de los tres niveles que atendieran esta emergencia, es también, una acción insuficiente.

El Sistema Nacional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres determinó declarar la AVGM en San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Comitán de Domínguez, Villaflores, Tonalá, Chiapa de Corzo y Tapachula. Esto si bien es positivo, resulta insuficiente. Las promotores levantaron la voz de inmediato para solicitar su inmediata ampliación al resto del estado.

La situación de emergencia en Chiapas, en algunos otros estados y en su conjunto en el país. Tan solo en el primer semestre de este año se contabilizan 39 mujeres muertas en condiciones de violencia y 30 de ellas podrían tipificarse como víctimas de violencia de género.

Las historias de violencia de género que concluye en muerte son, pues, numerosas. Son tragedias que preocupan pero que también comprometen.

¿Pero por qué traer el tema a esta columna que habitualmente trata de asuntos culturales? Porque a lo largo de la historia de la humanidad, la creación ha sido producto no solo de la alegría sino también del dolor o la tristeza.

Marea RojaY este es el caso. Un par de días después de que se declarara la AGVM para Chiapas, se presentó en el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa, en Tuxtla Gutiérrez, la ópera en un acto titulada Marea Roja.

Creada especialmente para el colectivo Túumben Paax, con un libreto de la autoría de Alejandro Román Bahena y música de Diana Syrse, esta ópera utiliza como eje, como mecanismo narrativo, un poema dramático para seis voces, acompañadas de nueve instrumentos, además de utilizar apoyos de videomapping, escenografía, iluminación y diseño de vestuario para expresar con más fuerza la denuncia y la preocupación ante este inadmisible problema.

La puesta en escena se desarrolla en tres sitios, en tres historias y en tres víctimas, una de ellas, la chiapaneca Nadia Vera, a quien me refiriera en una columna poco después de su trágico asesinato.

Marea Roja tiene lugar en Veracruz, Guerrero y Michoacán, sitios que se unen por su alto índice de violencia contra las mujeres.

Los casos relatados son pues, los de Nadia Vera, antropóloga social, activista y promotora cultural quien huyó de Veracruz, para terminar asesinada en la Colonia Narvarte de la Ciudad de México, junto a otras tres mujeres y el periodista Rubén Espinosa.

Kassandra Bravo, joven enfermera violada por su padrastro y desaparecida en Michoacán, y quien fuera hallada desollada y con lesiones de arma blanca en el pecho, y Blanca Montiel, una mujer que transitaba en un taxi en Chilpancingo y recibió un disparo mortal de aquellos que perseguían a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014.

Marea Roja se presentó en Tuxtla, pero también en Comitán, honrando la memoria de Nadia. Esto representó un esfuerzo operativo, financiero y sin duda también emocional para todas las mujeres y los grupos de mujeres y hombres que trabajan la causa de erradicar la violencia de género.

El arte es el mecanismo de expresión que nos hace humanos. En el arte plasmamos la felicidad y la tristeza desde hace muchos siglos. Hoy, Marea Roja nos ayuda a mirar el dolor de esta tragedia que atraviesa a muchísimas familias en las que queda un vacío, pero más aún, debiera permitir mirar la tragedia colectiva en la que estamos inmersos y que hay que detener y que, para ello, no basta con encarcelar a los culpables de estos asesinatos.

Hace falta reconstruirnos como sociedad y construir un modelo de convivencia en auténtica igualdad de género.

Hoy las mujeres son un grupo vulnerable. Marea Roja y quienes están detrás de ella trabajan para cambiar esta triste realidad. Desde aquí mi compromiso para dialogar, para acompañar, pero especialmente para aprender de ustedes lo que haya que aprender para reconstruir nuestro paradigma de convivencia.

Mi reconocimiento al esfuerzo artístico y mi compromiso con la igualdad de género. Revisemos y reconstruyamos lo que sea necesario. Empecemos ya.

@zoerobledo

Senador