Las relaciones económicas Estados Unidos-México en los tiempos de Donald Trump / Siempre


El arribo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos hará evidente la necesidad de desplegar una estrategia en por lo menos cuatro temas: relaciones económicas y comerciales; migración y derechos humanos; seguridad fronteriza y cooperación; y política exterior del Estado mexicano.

 

En lo que se refiere a las relaciones económicas entre Estados Unidos y México existen varias áreas que deben seguirse con atención, como son el tipo de cambio peso-dólar; los tratados y acuerdos comerciales; la inversión y establecimiento de compañías estadounidenses en México; la movilidad laboral y acuerdo de trabajadores temporales México-Estados Unidos.

 

El tipo de cambio peso-dólar. A partir de que Donald Trump fue electo candidato del Partido Republicano y hasta hoy, el peso se ha depreciado alrededor de 20% frente al dólar. Las medidas anunciadas por la SCHP y el Banco de México son insuficientes. La extrema volatilidad del peso afecta negativamente decisiones de consumo e inversión en México, tanto adentro como afuera de nuestro país. Por supuesto, no es sólo a causa del efecto Trump, sino del endeudamiento gubernamental y otros factores.

 

¿Qué pasará con el TLCAN y con los aranceles a las exportaciones mexicanas? Trump ha dicho que va a “mejorar” el TLCAN siguiendo los intereses estadounidenses, y que de no aceptar Canadá y México los cambios que él diga, podría retirar a Estados Unidos del tratado. De acuerdo con la legislación estadounidense, el TLCAN es un acuerdo comercial ejecutivo, no un tratado internacional, no fue ratificado por mayoría calificada de dos tercios en el Senado y, por lo tanto, el Presidente puede sustraer a su país notificando a Ottawa y a la Ciudad de México con 180 días de anticipación. Si Estados Unidos se retira del TLCAN impondría aranceles de 35% a los productos mexicanos.

 

En lo que se refiere al destino del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), Trump ha anunciado que en el primer día de su gobierno retirará a Estados Unidos del TPP. También tiene facultades para hacerlo. El gobierno mexicano está considerando seguir empujando su ratificación por parte de los otros once países, aunque Australia, Vietnam, Japón y Canadá han dicho que no tendría sentido sin la presencia de Estados Unidos.

 

En lo que respecta a la inversión y establecimiento de compañías estadounidenses en México, Trump está presionando por el regreso de compañías estadounidenses establecidas en México, y también para que aquellas que tengan planes de mudarse hacia el sur los abandonen. Cuenta con mecanismos fiscales e incluso de seguridad nacional para hacerlo; falta saber cómo responden las grandes corporaciones que ahorran mucho dinero invirtiendo en México. Otro aspecto que también será afectado es la movilidad laboral.

 

El Gobierno de nuestro país debe convocar a los poderes de la Unión y al conjunto de la sociedad mexicana para determinar los intereses nacionales. Estos no pueden ni deben formularse sólo con referencia a las élites económicas y políticas, sino al conjunto de la nación mexicana. Esta definición no puede darse por sentada, ni tomarse como un supuesto. Tiene que ser una declaración explícita, conocida y asumida por todos los mexicanos.

 

El Gobierno de México debe hacerle saber al gobierno estadounidense que la construcción del muro fronterizo y la deportación sumarísima de ciudadanos mexicanos son actos hostiles a la nación mexicana.

 

Por otra parte, 64 millones de electores estadounidenses sufragaron por Hillary Clinton, 2 millones más que por Donald Trump. La política de alianzas de México no debe conceder que todos los estadounidenses son hostiles a nuestro país. Por el contrario, ahora más que nunca debemos identificar aliados, amigos, interlocutores para multiplicar vínculos con nuestros homólogos y contrapartes estadounidenses en todos los ámbitos de la vida pública: política, negocios, academia, iglesias, sociedad civil, arte, cultura, deporte, entre otros muchos.

 

Dada la campaña de odio e insultos de Trump contra México, las elecciones estadounidenses se convirtieron en los hechos en un asunto mexicano. Decir que no debemos intervenir en asuntos políticos estadounidenses es desconocer que el gobierno de Estados Unidos interviene en México todo el tiempo de múltiples maneras. Tenemos que subirles el costo a los legisladores estadounidenses que promueven actos hostiles contra México y retirar inversiones mexicanas en su distrito, o presionar a empresas estadounidenses originarias de tal o cual estado para que cabildeen a favor de sus inversiones en México como generadoras de empleo en ambos lados de la frontera.

 

Es necesario hacer política transnacional con funcionarios, legisladores, profesores, académicos, estudiantes, artistas, deportistas, tanto mexicanos como estadounidenses, tanto en México como en Estados Unidos, de manera inteligente y concertada con nuestros aliados. XXX TWITTER @MBarbosaMX