La causa y lo causado: Los ataques a AMLO / Milenio


  • López Obrador disputa realmente la Presidencia de la República, entre otras cosas, porque ha sabido conservar su carácter de opositor al régimen, primero ante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Caderón, y ahora ante la administración priista de Enrique Peña Nieto.

Los recientes ataques a Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de MORENA y aspirante a la Presidencia de la República por tercera ocasión, son una vacilada. Se trata de un intento más para desprestigiarlo y minar sus aspiraciones rumbo al 2018. En el escenario político que se definió después de las elecciones del 5 de junio, López Obrador se consolidó como uno de los actores protagónicos de las próximas elecciones federales. A estas alturas del proceso, una cosa resulta segura, el nombre de Andrés Manuel López Obrador aparecerá en la boleta para Presidente de la República, por lo cual es obvio que, desde ahora, se convierta en el blanco de múltiples ataques y descalificaciones.

 

Estoy convencido que López Obrador es el político mexicano más vigilado de los últimos 25 años por gobiernos priistas y panistas, que han hurgado en su vida pública y privada; en sus finanzas, en sus relaciones personales, en su estado de salud, en sus viajes, en sus gastos, en sus propiedades y aficiones, en quiénes y por qué lo ayudan o le hacen favores, pero no han encontrado nada con lo cual puedan presionarlo. Los ataques y escándalos han sido desmentidos o han llegado únicamente a personas y colaboradores de su entorno, nunca a él. No han encontrado nada que comprometa a López Obrador por un hecho que debería ser la regla en la clase política y que por desgracia, se ha convertido en una excepción: es un político honesto y con un comportamiento austero.

 

López Obrador disputa realmente la Presidencia de la República, entre otras cosas, porque ha sabido conservar su carácter de opositor al régimen, primero ante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Caderón, y ahora ante la administración priista de Enrique Peña Nieto. Para nadie es un secreto que en estos momentos, la clase política padece uno de sus peores momentos en materia de credibilidad y confiabilidad, por la situación del país en materia económica y de seguridad; por la vinculación de servidores públicos a actos de corrupción, negligencia o ineptitud; así como, por la impunidad con la que actúan.

 

La campaña de Andrés Manuel se favorece de la ineficacia de las autoridades ante el aumento de la violencia y de la inseguridad en varias regiones del país, del deterioro del nivel de vida de los sectores mayoritarios de la población ante la ausencia de resultados por las reformas estructurales, de la falta de liderazgo para defender a México y los mexicanos ante personajes como Donald Trump, de los hechos de corrupción en los cuales se encuentran involucrados representantes de todos los partidos y de la frivolidad con la que algunos políticos y representantes populares se comportan. Todos estos hechos ocasionan que sectores importantes de la sociedad consideren a López Obrador como una alternativa. El problema es que no entienden, no comprenden el malestar social que se ha incubando en la sociedad.

 

Los ataques seguirán, son parte de una estrategia política. Mejor no le busquen, por el lado de la deshonestidad no podrán agarrar a López Obrador. XXX TWITTER: @MBarbosaMX