Hay competencias locales que deberían de estar atendiendo el tema de trabajo infantil: Zoé Robledo


Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo A., del Grupo Parlamentario del PRD, para manifestarse a favor del dictamen con punto de acuerdo por el que se exhorta al Ejecutivo a fortalecer las políticas públicas para proteger a los niños víctimas de explotación laboral y erradicar el trabajo infantil.

 

Zoé Robledo A., (ZRA): Muchas gracias, Senador Presidente.

 

Simplemente para respaldar el voto positivo por este dictamen, que como bien señaló el Senador Demédicis no debe, ni puede ser un llamado a misa más, una nueva exhortación que se la lleve el viento, que nos deje la conciencia tranquila durante un día; pero que después el tema siga exactamente igual y las cosas no cambien.

 

Recientemente Thomas Wissing, de la OIT, hizo un llamado, una alerta, y particularmente hizo una alerta en lo local.

 

Es cierto, hay responsabilidades del gobierno federal. Sí las hay y muchas, pero también hay competencias locales que deberían de estar atendiendo el tema de trabajo infantil.

 

Lo digo porque en este diagnóstico de la OIT se estableció que solamente en los tres estados más pobres, los sospechosos de siempre, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, hay casi medio millón de niños trabajando, y que un gran número de ellos son explotados y están en una condición de trata para explotación laboral, en particular con fines de comercio ambulante.

 

Miren, esta es una imagen que cualquiera que vaya a cualquier ciudad de Chiapas va a ver de manera recurrente. Esto no es algo que escape de la realidad de un estado de nuestra República, el chiclerito, es un emblema de la oprobiosa pobreza de mi estado.

 

El chiclerito es un símbolo de las injusticias que frente a los gastos frívolos a gobiernos obesos, a muchos excesos que tenemos, no hemos logrado que ese niño entienda su realidad, su felicidad, su libertad, desapegado de esta caja de madera.

 

Niños que están por toda la ciudad vendiendo dulces, vendiendo cigarros, y desafortunadamente se ha encontrado casos en donde forman parte de las redes de narcomenudeo.

 

Éste, el chiclerito, debería de ser una fotografía de museo, algo como un fenómeno que ocurrió en algún momento en México y que nos indignó. Porque si esto no nos indigna, si no podemos pensar que éste podría ser nuestro hijo, nuestro nieto, pues entonces vamos a seguir haciendo estos llamados y no va haber presupuesto.

 

Vamos a seguir haciendo estos llamados y no va haber acciones específicas; vamos a seguir haciendo llamados que nos dejen tranquilos, pero que no cambien la realidad de esta persona.

 

En Chiapas hay 164 mil 678 niños trabajando, es el 10% de la población entre 5 y 17 años.

 

De verdad, las comparaciones siempre son odiosas, pero estoy convencido de que si esto estuviera ocurriendo en otro estado de la República, en la Ciudad de México, en Nuevo León o en Puebla, estaríamos alarmados de la situación.

 

Pero de repente hay este desdén de decir: “Pues es que como es Chiapas, o como es Guerrero, o como es Oaxaca, eso es parte de su normalidad”.

 

No, señores. No debería de ser parte de nuestra normalidad.

 

No debería de ser normal tampoco que de estos 164 mil niños, 70% no sean remunerados.

 

Muchos, efectivamente, están en la zona agropecuaria, están en las zonas rurales, están trabajando en el campo, quizá por la necesidad que tiene su familia. Pero hay muchos que tienen su trabajo en el sector de los servicios, en el comercio, en centros turísticos que nos maravillamos y visitamos y hablamos de ellos en el mundo, y donde están trabajando sin ser remunerados.

 

¿Qué no se llama eso esclavitud?

 

Entonces. Enhorabuena por este dictamen.

 

Yo a Martha le reconozco que el tema lo ha puesto sobre la mesa y ha sido insistente sobre él, pero si después de esto, volvemos a tener la misma respuesta, pues entonces elevemos el nivel de la exigencia.

 

Elevemos el  nivel de la exigencia a lo digno que merece un mexicano como él, a quienes se le están negando todas las oportunidades justamente de ser mexicano.

 

Muchas gracias, señor Presidente.

 

Es cuanto.

 

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