El derecho al matrimonio igualitario / Revista Siempre


Es ya una realidad

Angélica de la Peña Gómez

Nuestro país atraviesa por una crisis muy compleja, enfrentamos muchos problemas que debemos resolver y para ello debemos lograr acuerdos, sobre todo en muchas leyes que tienen el propósito de asegurar mejores condiciones de vida para quienes hoy padecen, desafortunadamente, situaciones muy complejas.

Yo pienso que a este escenario, ya de por sí difícil, no debemos agregarle un factor más de inestabilidad; por ello me preocupa mucho que todas estas manifestaciones y marchas en contra del matrimonio igualitario provoquen una fractura, una división más en nuestro país.

Es un peligro que se empleen falsedades para generar temor y animadversión contra la comunidad LGBTTTI y de esta manera coaccionar a las instituciones del Estado laico para impedir el reconocimiento de un derecho que existe en nuestra Constitución; la insensatez de quienes organizaron las marchas a favor del modelo de familia tradicional llegó al grado de acusar al gobierno de pretender quitar la patria potestad a los padres de familia para que no puedan oponerse a la ideología de género.

Los discursos de odio e intolerancia desencadenan crímenes de odio, especialmente en México, el cual penosamente ocupa el segundo lugar mundial en materia de crímenes de odio por homofobia al registrar mil 218 casos en la última década, acorde a datos de organizaciones de la sociedad civil.

EUM20160910NAC19.JPG GUADLAJARA, Jal. Protest/Manifestación-Jalisco.- Aspectos de la marcha convocada por el movimiento Frente Nacional por la Familia en esta ciudad, 10 de septiembre de 2016, en contra de los matrimonios igualitarios. Foto: Agencia EL UNIVERSAL/JMA
Aspectos de la marcha convocada por el movimiento Frente Nacional por la Familia en esta ciudad, 10 de septiembre de 2016, en contra de los matrimonios igualitarios. Foto: Agencia EL UNIVERSAL/JMA
El odio contra la comunidad LGBTTTI lamentablemente ha encontrado un nicho entre la población mexicana y es importante enfrentar la intolerancia social.

No debemos omitir que la Iglesia católica está detrás de la organización no sólo de las marchas sino de la integración del Frente Nacional por la Familia; con cuánta facilidad tiraron la piedra y hoy esconden la mano, recordemos que abiertamente llamaron a la ciudadanía a votar en contra del partido del Presidente de la República en las pasadas elecciones, luego de la presentación de las iniciativas sobre matrimonio igualitario.

En el fondo del debate se encuentra la exigibilidad de los derechos de las personas que se reconocen como parte del movimiento de la diversidad sexual, una lucha que ha logrado que desde hace muchos años sean reconocidos como sujetos plenos de derechos, y que hoy están exigiendo el reconocimiento de uno de esos derechos.

El derecho a poder decidir casarse, no solamente vivir como pareja, sino como una unión con todos los derechos reconocidos y garantizados por la ley.

Este debate debe ocurrir desde un contexto distinto, el de la hermenéutica de la Constitución y los principios pro persona, de igualdad y no discriminación; el de la historia y de la antropología social; del Estado de derecho; debemos comprender cuál ha sido nuestro caminar como país para instaurar en todas las instituciones el principio de no discriminación; cómo se están organizando las familias diversas; cuáles son los vericuetos que tienen que remontar, que tienen que resolver, que tienen que enfrentar.

En el Senado de la República continuaremos debatiendo y nos seguiremos escuchando, porque lo peor que nos puede pasar en México es que no sean escuchadas todas las voces.

Invitaremos a otras personalidades, porque nos importa atender la voz a otras personas incluso aquellas que no coinciden con nosotros, porque así como exigimos nuestro derecho a ser escuchadas y a ser escuchados, tenemos que dar la voz y los espacios también para que nos digan lo que piensan.

La peor decisión que podemos tomar es fomentar el odio, ahí sí tenemos que cerrar las puertas, nuestros oídos, a todo aquello que significa violencia y discriminación.

Lo que no aceptaremos es retroceder en lo que ya hemos ganado. El derecho al matrimonio es de todas y todos los mexicanos, en igualdad de condiciones.

@angelicadelap

Presidenta de la Comisión de Derechos del Senado