La causa y lo causado: Cambios en el gabinete / Milenio


  • No existe en el entorno del Presidente otro funcionario con el nivel de Meade en la interlocución con los órganos financieros internacionales. Es un hombre honesto, un técnico y un conocedor de la economía mexicana. A José Antonio Meade le tocará enfrentar situaciones muy complicadas en los dos años que faltan.

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, realizó ajustes a su gabinete en dos áreas fundamentales: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL). Como siempre, cuando ocurren este tipo de movimientos en los puestos más altos de la Administración Pública Federal, se genera una larga lista de preguntas. Los recientes ajustes al gabinete presidencial no son la excepción.

 

De la larga lista de preguntas y especulaciones posibles, destaco una que por sus probables implicaciones para lo que falta de la presente administración puede ser importante: ¿La salida de Luis Videgaray de Hacienda cerró el triste episodio de la visita de Donald Trump a México?

 

Preocupa la debilidad del Presidente. Los yerros del titular del Poder Ejecutivo comienzan a dejar de ser un problema del Gobierno para convertirse en una cuestión de gobernabilidad y de estabilidad del Estado mexicano.

 

Desde la oposición, algunos quisiéramos apoyar al Presidente para que, como Jefe de Estado, emitiera una posición firme y digna ante personajes como Donald Trump. La salida de un destacado integrante del gabinete no cierra este triste episodio; la situación cambiaría si el Presidente tuviera una nueva actitud y una posición respecto a este tema. Una posición de Estado, una actitud de dignidad.

 

Para nadie era un secreto el nivel de influencia que Luis Videgaray ejercía sobre el presidente Peña. Su papel en algunas de las reformas estructurales impulsadas por el actual gobierno fue notable. Era el integrante del gabinete con más visión de Estado.

 

Su renuncia fue una decisión propia. Considero que su relación con el Presidente le hubiera permitido quedarse en su puesto, que todo se mantuviera como estaba. En su renuncia existe un factor de dignidad que es necesario mencionar; también advierto la intención de cuidar al presidente Peña, de contribuir con su salida al control de daños que la visita de Trump ocasionó.

 

Si Luis Videgaray era el secretario más cercano al presidente Peña, José Antonio Meade es uno de los servidores públicos más eficiente de la pasada y de la presente administración. Su llegada a Hacienda resulta positiva, no porque vaya a cambiar algo, nadie puede suponer eso, sino porque ayuda a la estabilidad económica.

 

De hecho, no había otro integrante del gabinete que pudiera sustituir a Videgaray. No existe en el entorno del Presidente otro funcionario con el nivel de Meade en la interlocución con los órganos financieros internacionales. Es un hombre honesto, un técnico y un conocedor de la economía mexicana. A José Antonio Meade le tocará enfrentar situaciones muy complicadas en los dos años que faltan.

 

A SEDESOL llega el principal operador político del peñismo. Luis Enrique Miranda es el encargado de las maniobras oscuras, lo hizo en el gobierno del Estado de México y ahora, con los cambios a nivel federal, se instala un escenario en donde los programas sociales se utilizarán descaradamente con fines electorales. Es una mala señal, no fue una decisión de estadista. XXX TWITTER: @MBarbosaMX