Segunda entrevista realizada al senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, sobre la autorización de la extradición de Joaquín Guzmán Loera.
Pregunta, (P): Yo quería preguntarle su opinión respecto a esta extradición que ya está autorizando la autoridad mexicana.
Miguel Barbosa Huerta (MBH): Bueno, es una decisión que todos sabíamos iba a ocurrir así, es parte de, diría yo, de un proceso natural de llevar a un peligroso delincuente a un lugar más seguro para ser juzgado.
Yo personalmente hubiera querido que primero fuera juzgado de sus causas pendientes en México para conocer datos sobre sus cómplices, sobre el esquema político, económico, que le permitió construir todo un imperio en el crimen.
Hoy poco vamos a saber.
Sabemos que en las extradiciones hay una presión política muy fuerte de gobierno a gobierno, y si la hubo en el caso de esta decisión del Gobierno mexicano para extraditar al “Chapo” Guzmán ante las cortes de Estados Unidos. Sí la hubo.
Es una muestra de debilidad también de la autoridad mexicana, del sistema penitenciario mexicano que se declara débil para poder contener a un delincuente tan peligroso.
Así es que Joaquín Guzmán Loera tendrá 30 días para poder promover su amparo y el tiempo que dure el desahogo del amparo será el tiempo en el cual siga permaneciendo acá en territorio nacional para ir a territorio americano ante una Corte americana.
P: ¿Es mejor que sea extraditado o que esté aquí, senador? Bueno porque aquí se escapó dos veces.
MBH: Bueno, a ver, un Estado con todo su sistema legal para poder aplicar su ley debe ser capaz para ello, debe de aplicar las sanciones sobre hechos delictivos en sus territorio nacional y debe de tener la capacidad de tener la seguridad en la prisión del detenido; inclusive con los propósito que ya ni se ven en casos de delincuentes de este tamaño, de reinserción social.
Pero no podemos estar a expensas de que haya un país que sea todavía igual de poderos hasta en la aplicación de la ley.
Yo sí creo en que el Estado mexicano debe tener mucho más firmeza y capacidad en que aplique la ley que fue violada en el país donde estaba.
P: ¿Es positivo o negativo?
MBH: Mira, a ver, ya se fugó dos veces, todos tenían temor de que sucediera una tercera ocasión, para mí es un asunto que no hay que celebrar.
No hay que celebrar que el Estado mexicano no fue capaz de procesar al mayor delincuente que ha existido en México y no fue capaz de garantizar su aprisionamiento.
Eso no hay que celebrarlo, es una realidad.
Va a estar fuera ya y vamos a ver cómo va a ser juzgado con otro procedimiento legal en un país en el que es más importante la negociación que la determinación de responsabilidad.
Si llega a negociar, Joaquín Guzmán Lorea, pues vamos a ver todavía si tiene 20 o 30 años de vida más en la calle. Con 20 o 30 años más pero en la calle, son las llamadas penas racionales que le permiten al delincuente alcanzar la libertad con vida.
Digo, hay que tener vida para tener libertad, pero alcanzar la libertad (inaudible) es un asunto así, repito, desde mi opinión hoy ya no vamos a conocer muchos datos de los que corresponden a la información que Joaquín Guzmán Loera debió rendir ante autoridades mexicanas.
No vamos a conocerlo. O sea, cuando alguien es extraditado ya está sujeto a un régimen sin comunicación, de control de acceso, que no es el que tendría TV Azteca, por ejemplo, en los expedientes de Joaquín Guzmán Loera.
P: (Inaudible) van a solicitar que estos montos de recursos se queden en el país.
MBH: Intacto. Al Chapo no le han quitado un peso, intacto. Y ya no estará sujeto al procesamiento ante autoridades mexicanas. Es ante autoridades americanas, estadounidenses, así es que toda la incautación a su imperio económico será allá, no acá.
No digamos cosas que fueron parte de un punto de acuerdo en la Comisión Permanente, de hace ocho días, pero es de imposible cumplimiento cuando ya no esté sujeto a las leyes y a las autoridades mexicanas.
P: (Inaudible).
MBH: Irá a la incautación que haga el gobierno americano para hacerlo llegar a su Tesorería, no a la Tesorería de la nación.
P: Senador, muchísimas gracias.
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