Plantea Verónica González mecanismos para preservar valores culturales y étnicos de México


Intervención en tribuna de la senadora Verónica González Rodríguez, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar iniciativa con proyecto de decreto por el que se adicionan dos fracciones al artículo 67 de la Ley General de Educación.

Verónica González Rodríguez, (VGR): Con la venia de la presidencia; compañeras y compañeros senadores.

Desde 1992, nuestro país se reconoció como pluricultural a nivel constitucional, expresando en el artículo 2 que “La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas”.

Esta reforma nos ha hecho voltear hacia nuestra diversidad lingüística y cultural que merece la protección, preservación y, sobre todo, reconocimiento dentro del Sistema Educativo Nacional.

Por ello, en los últimos años, ha sido una inquietud constante el reconocer dentro de la política educativa la importancia del valor de nuestros espacios geográficos históricos, preservando su identidad y tradiciones desde una perspectiva académica.

Sin embargo, la baja calidad en la educación que se tiene en la mayoría de escuelas públicas y el desplazamiento de valores nacionalistas por valores de mercado ha tenido como consecuencia el que no se imparta una instrucción sobre la riqueza e identidad con que se cuenta en cada rincón de nuestro país.

Esto ha degenerado al grado de que muchas festividades de profundas raíces históricas hoy son identificadas como eventos llenos de espectáculos que poco o nada tienen que ver con razones históricas y únicamente son utilizados como parte de un slogan comercial.

Las fiestas populares en nuestro país son resultado del sincretismo que nos dejó la herencia de nuestra cultura prehispánica y el fervor religioso impuesto por el colonialismo español. En un espacio que plasma los sentimientos más profundos de nuestra gente y el valor social que cada región les otorga.

Sin duda que el objetivo esencial de estos eventos, además de fortalecer la estructura social, es evitar la pérdida de la identidad, valores y desintegración comunitaria.

Cuando se organizan, participan todos los sectores de la sociedad sin importar su status social, cada uno de ellos ejerce el rol que le fue asignado por una Asamblea.

Un censo que puede encontrarse en internet contabiliza alrededor de 137 ferias regionales, cifra que en términos generales coincide con el directorio de ferias y festivales que elabora el Sistema de Información Cultural de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Regional del CONACULTA, sin embargo, es un hecho que a lo largo de los 2 mil 445 municipios, más la Ciudad de México, que integran a nuestro país hay al menos una festividad al año.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, uno de los fines de la reciente reforma educativa, es erradicar los usos y costumbres que distraen a profesores, directivos y alumnos de la tarea central de la escuela, entre ellos, el participar en eventos fuera de la escuela promovidos por autoridades locales. Se calcula que este tipo de actividades llegan a quitar hasta un 40 por ciento del tiempo efectivo para clase.

En este punto es donde nace la idea central de la presente Iniciativa, se trata de integrar académicamente los eventos que formen parte del arraigo histórico de una localidad como una herramienta pedagógica para enaltecer los valores de cada pueblo y sus logros con el paso del tiempo, haciendo de lado aspectos comerciales que hacen perder la esencia misma de la festividad y que llega a ser la causa de perder tiempo de clase en las aulas.

Lo anterior puede alcanzarse si dentro del objeto de las asociaciones de padres de familia que se encuentran establecidas en la Ley General de Educación, incorporamos el que ellos tengan que presentar ante las autoridades educativas y los Consejos Escolares de Participación Social, el calendario de actividades de la localidad en función de acontecimientos históricos, usos y costumbres; y en donde propongan acciones educativas que fomenten la identidad histórica y valores de cada región.

Además, con esto puede establecerse una planeación anticipada para evitar la suspensión de actividades en determinados espacios educativos, y, sobre todo le da una importancia académica alejada de los fines comerciales con que llegan a ser promocionados estos eventos.

Cabe destacar que existen distintas organizaciones de la sociedad civil que han hecho este tipo de planteamientos y se han dedicado a trabajar junto con maestros, directores, padres y madres de familia para crear ambientes culturales de calidad en el marco de festividades específicas que se dan en la localidad.

Este tipo de experiencias han ido más lejos ya que tenemos el caso de las acciones que han emprendido padres de familia del estado de Tamaulipas con autoridades de seguridad para evitar robos en periodos de festividades; esto se dio a partir de que en varias escuelas de educación básica se saqueaban los equipos de cómputo mientras se llevaba a cabo un festejo.

En opinión del Consejo Nacional de Fomento Educativo, es importante la participación dinámica de la familia en la educación y se considera uno de los principales factores de éxito académico de los alumnos.

Para esto fue desarrollado el Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica, cuyo objetivo es propiciar y orientar la participación dinámica, colaborativa e incluyente de padres, madres y ciudadanos en los procesos de aprendizaje y desarrollo, así como en la gestión escolar mediante estrategias, acciones y recursos que promuevan el vínculo entre la familia y la escuela.

Dicho Modelo, dentro de sus vertientes de intervención coloca a la familia como una institución social de gran valor y que desempeña importantes funciones en la vida de los alumnos.

Por ello, no podemos dejar de lado la parte que corresponde al arraigo e identidad histórica de cada lugar, sin embargo, éste debe abordarse y llevarse de una manera comprometida en términos académicos y alejada de usos de mercado.

Decía Octavio Paz: “El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas(…). Somos un pueblo ritual (…). El arte de la fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva intacto entre nosotros. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas de México, con sus colores violentos, agrios y puros y sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas (…) y objetos que se venden esos días en plazas y mercados.”

En suma, buscamos reivindicar uno de los valores más altos, que nuestra nación está obligada a fomentar en nuestras aulas si pretende tener viabilidad y amor a nuestra identidad histórica.

Éste es un objetivo que puede parecer distante, si no es que inalcanzable, a la luz de la voracidad con que las políticas de mercado destruyen las raíces de los pueblos.

Estamos ante un tema de discusión a nivel nacional que debe involucrar a diferentes actores, abrirse al debate público, donde cada sector defina claramente su postura.

A todos los sectores deber interesar el destino de nuestro gran país y de nuestro modelo educativo.

Es cuanto, señora presidenta.

Gracias.

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