La causa y lo causado: El honor de Humberto Moreira / Milenio


Humberto Moreira, ex gobernador del estado de Coahuila y ex presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue capturado y después de unos días, puesto en libertad por las autoridades españolas. Volvió a México. En sus primeras declaraciones dijo a los cuatro vientos: “han dañado mi honor”. ¿Qué impresión queda en México después de estos hechos? Permanece el sabor amargo de la impunidad, que por desgracia se ha convertido en uno de los males que aquejan a la justicia mexicana.

 

En España, el proceso contra Moreira seguirá su curso de acuerdo a las leyes, procedimientos y protocolos de aquella nación en materia de lavado de dinero, malversación de fondos, cohecho y organización criminal. La circunstancia de que las autoridades españolas hayan liberado a este ex gobernador no significa necesariamente que sea inocente de los delitos que se le acusa. Ya veremos hasta dónde llegan los jueces ibéricos, un sistema judicial que lo mismo investiga a empresarios, que a integrantes de la Casa Real o a estrellas del fútbol.

 

En México, mientras diversos medios de comunicación literalmente se amotinaron para recibir a Moreira en el Aeropuerto de la Ciudad de México, con la finalidad de tener sus primeras impresiones, o que después lo busquen para transmitir largas entrevistas, mismas que el ex presidente nacional del PRI puede aprovechar para relatar su versión de los hechos, ante esto surgen preguntas como: ¿Acaso aquí no pasó nada? ¿De verdad borrón y cuenta nueva? ¿El expediente Moreira seguirá cerrado?

 

Hasta el momento, ninguna autoridad mexicana ha expresado su decisión de revisar el caso Moreira. En Coahuila, las autoridades se encuentran controladas por el gobernador y a la vez  por el hermano de Humberto Moreira, porque obviamente no se abrirá ninguna investigación o se revisará este expediente. A nivel federal, el tema no es diferente: silencio, escuetos comunicados del PRI y ninguna acción de la autoridad.

 

Hace unos días, la detención de Moreira golpeó la campaña de éxito que el Gobierno Federal desplegaba con toda su fuerza por la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, pero ahora se opta por el silencio y apuesta por el olvido.

 

Lamentablemente, en México la impunidad de una persona está garantizada por su pertenencia o cercanía al poder o por su nivel económico. La acción de la justicia llega hasta las puertas en donde viven los gobernadores, los altos funcionarios o los dueños de las principales fortunas. Existe un grupo de intocables. ¿Quiénes son estos intocables? Se trata de personas, mujeres y hombres que pueden hacer lo que se les dé en gana porque no serán alcanzados por la justicia, entre ellos la familia Moreira.

 

La impunidad es un sistema que funciona con base en la complicidad, porque se instala en los niveles más altos de algunas de las personas que ocupan alguna responsabilidad pública y mayor nivel económico, la impunidad poco a poco permea al resto de la estructura social y política. De acuerdo al Informe de Impunidad, elaborado por el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia de la Universidad de las Américas de Puebla, México ocupa el lugar 58 de 193 Estados miembros de las Naciones Unidas en esta materia.

 

¿Todo está perdido? De ninguna manera debe tolerarse la permanencia y aumento de la impunidad. Se pueden hacer varios cambios. Este mismo informe advierte sobre la necesidad de México de contar con más jueces. Nuestro país cuenta con sólo 4 jueces por cada 100 mil habitantes, cifra por debajo del promedio global. Croacia, país con el índice más bajo de impunidad, cuenta con 45 jueces por cada 100 mil habitantes.

 

El honor de Humberto Moreira significa impunidad. XXX TWITTER: @MBarbosaMX

 

ENTRESACADO: ¿Acaso aquí no pasó nada? ¿De verdad borrón y cuenta nueva? ¿El expediente Moreira seguirá cerrado?