El Estado mexicano debe proteger a nuestras niñas y niños en escenarios de violencia: Lorena Cuéllar


Intervención de la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, del Grupo Parlamentario del PRD, para referirse a diversos dictámenes de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.

 

Lorena Cuéllar Cisneros,  (LCC): Con su permiso, señor presidente;

 

Compañeras y compañeros Senadores,

 

Quiero dar la bienvenida a estos dictámenes de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.

 

Las propuestas que se ponen a votación el día de hoy tienen en común el hecho de defender los derechos humanos de nuestras niñas y niños y salvaguardar su seguridad, buscando prevenir y erradicar la violencia en su contra.

 

Para nuestra infancia, la violencia en México es un factor determinante de la deserción escolar, miles de niñas, niños y adolescentes crecen en un contexto de violencia cotidiana que deja secuelas profundas e incluso termina cada año con la vida de muchos de ellos.

 

De acuerdo con el Informe Nacional sobre Violencia y Salud elaborado por el Secretario General de las Naciones Unidas, dos niños con menos de 14 años mueren cada día a causa de la violencia en México.

 

Por estas razones, y tomando en cuenta que el Artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño pide la adopción de medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para proteger a los niños y niñas contra toda forma de violencia y abuso, considero que la aprobación de estos dictámenes trae consigo la posibilidad de remediar y prevenir que se vuelvan a dar escenarios tan dramáticos como el de Casitas del Sur o Mamá Rosa.

 

Sin duda el Estado mexicano necesita proteger a nuestras niñas y niños en escenarios de violencia, crimen y abuso, que se viven a lo largo del país.

 

Y por supuesto que los más vulnerables son aquellos que enfrentan a una situación de orfandad y terminan en albergues que no son adecuadamente supervisados por el Estado.

En esto, el Senado tiene  una función elemental en vigilar para asegurar que se apliquen de forma fiable el marco jurídico contra la violencia.

 

Es por eso que buscar conocer las acciones que ha implementado el gobierno para prevenir y reducir la mortalidad por homicidios de niñas, niños y adolescentes es sin duda un primer paso para reconocer la necesidad que tenemos de acciones para asegurar la seguridad de las personas que conformarán el futuro de nuestro país.

 

En este contexto, quiero referirme de manera muy particular a cómo este tipo de medidas apoyan la problemática que vivimos en nuestros estados.

 

De acuerdo con el INEGI, Tlaxcala es el segundo estado con menor número de alojamientos de asistencia social en nuestro país, con apenas 34 espacios de este tipo, sin embargo, no tenemos mayor información en términos de sus condiciones conforme a lo que mandata la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

 

Cabe destacar que esta información fue dada a conocer apenas hace un par de semanas y se trata de un censo de este tipo que es llevado a cabo por primera vez en nuestro país.

 

Esto es alentador en muchos de nuestros estados, pero debemos ir más allá para garantizar los derechos de nuestros infantes.

 

Como dato adicional, quiero compartirles que en Tlaxcala la tercera parte de la población son menores de 14 años y desafortunadamente el maltrato ha tenido un drástico aumento en los últimos años.

 

Por otra parte, y siguiendo con la temática de estos dictámenes, recientemente el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, señaló que Tlaxcala es uno de los estados con la tasa más alta de mortalidad infantil; es muy triste decirlo, pero quiero alertar en esta tribuna que hoy mi estado es inapropiado y peligroso para la niñez.

 

En un mundo ideal no es necesaria ninguna política para cumplir nuestra función de agente protector pues todas las niñas y niños tendrían las mismas oportunidades de ejercer sus derechos.

 

Como legisladores, el que discutamos estos puntos habla de fallas que tenemos como sociedad y en donde estamos obligados, ya no tanto a eliminar las fallas, pero sí de corregirlas.

 

Por eso mi voto será a favor de estas propuestas y reitero la felicitación a mis compañeras y compañeros Senadores de la Comisión de Derechos de la Niñez y Adolescencia.

 

Es cuanto, señor presidente.