Zapatos para soñar – Revista Siempre


 

Este año a mis amigos de la política, de los medios, incluso a mis familiares les regalé algo sin precio: NADA.

 

¿Cómo fue esto? Me explico.

 

A finales de 1969, John Lennon rentó varios espectaculares y compró planas completas en algunos periódicos y revistas para publicar un lema,War is over (If you want it), La guerra ha terminado (si tú quieres). Nueva York, Tokio, Roma, Atenas y Londres son las ciudades donde Lennon a través de su creatividad no solamente reafirmó su vocación pacifista, además intentaba hacer visibles y evidentes las brutales consecuencias de la guerra, para aprender, para no olvidarla, para no repetirla y, especialmente, para detenerla.

 

Inspirado en esa campaña, este año, a mis compañeros senadores, a los integrantes del gabinete, a los compañeros periodistas, académicos, lideres religiosos, ministros de la Suprema Corte, incluso a mis familiares, quise compartirles un regalo distinto a los que habitualmente se envían en estas fechas: Les regalé NADA.

 

No más botellas de vino, corbatas y quesos finos. Este año, decidí, junto con mi esposa Marifer y nuestra pequeña Julia que regalaríamos NADA.

 

En vez de todo eso, decidí que juntos, haríamos algo por los niños de la Sierra Madre de Chiapas, les llevaríamos un obsequio pero además, lo más importante, los haríamos visibles a la mente, el corazón y el interés de muchos amigos que toman decisiones y que pueden ser agentes de cambio para está realidad y para que entre todos, trabajemos para que tengan un futuro mejor.

 

¿Y por qué en la Sierra Madre de Chiapas? Los municipios de esa región constituyen son de los más pobres en nuestro estado. Durante las décadas de los setenta y noventa se dio alguna preocupación, pero fueron esfuerzos que no continuaron como se debió.

 

Aún en el siglo XXI la Sierra sigue siendo poco conocida. Algunas estadísticas de hace algunos años incluso señalaban  que en esa región se encuentra el municipio más rico del país (Bellavista), lo que constituye una penosa falsedad, ya que en ese municipio lo abundante son las carencias.  Ni siquiera aparece en algunos mapas del estado.

 

La Sierra Madre de Chiapas siempre ha sido una región aislada y poco comunicada, sus caminos son escasos y su construcción una demanda permanente de la población.

 

Ya casi al finalizar el siglo XX las carreteras eran mínimas a pesar de que los serranos las solicitaban permanentemente y sus solicitudes tenían diferentes destinatarios. Le mandaron cartas al gobierno federal y al del estado, sin mayores respuestas. Le escribieron a Pedro Infante y a Cantinflas pidiéndoles ayuda para construir algunas brechas, aunque con resultados parecidos.  Inclusive, algunos ciudadanos de Siltepec y Bellavista fueron a un centro espiritista en 1960 para pedirle a las almas su apoyo para un camino. El resultado de esta “gestión” ante el inframundo fue que los espíritus se burlaron de los solicitantes… eran espíritus chocarreros.

 

A falta de oídos receptivos, se juntaron para hacer caminos por su cuenta.  Fueron hazañas realmente portentosas. Los habitantes de la Sierra construyeron brechas a pura mano y machete –eso sí, bien agarrado-. En buena medida lo lograron, de El Porvenir a Siltepec y a La Grandeza-Bellavista. Iguales esfuerzos se hicieron en Bejucal, pese a las difíciles condiciones de aquellas personas.

 

Los serranos no desmayaron en sus peticiones. Finalmente, en los años ochenta, estuvieron a punto de mandar una carta al Presidente… de Estados Unidos, ante el abandono por parte del gobierno mexicano.  En la Sierra Madre, las instituciones perdieron la vergüenza… Pero pese a todo, los serranos mantuvieron la paciencia y la dignidad…..

 

Por eso, en este fin de año, he decidido suspender los regalos a mis amigos y familiares. A nombre de ellos, voy a llevar zapatos a las niñas y niños más pobres de la zona serrana. Es muy grave, pero muchos de ellos andan descalzos o con zapatos muy dañados en un suelo agreste por donde quiera que se le vea. Los zapatos llevan el mensaje en el sentido de que no los hemos olvidado y que sus condiciones de vida son un asunto preocupante que debe pasar de la preocupación a la ocupación a fondo.

 

¿Un par de zapatos resuelve todos sus problemas? No. Es apenas un gesto de amistad y solidaridad que busca hacerlos presentes ante los ojos sensibles de personas como quien lee esta columna hoy, para hacerles saber que existen niños descalzos que pueden dejar de estarlo. En lugar de un regalo material pensé que mis amigos valorarían más recibir el regalo de saberse parte de un pequeño pero sincero esfuerzo: que mil niños y niñas chiapanecos sepan lo que se siente estrenar un par de zapatos.

 

Este 2015 murió un chiapaneco que nos enseñó el poder de la imaginación: Eraclio Zepeda. Él nos contó de un hombre que para recorrer Chiapas se construyó unas alas de carrizo y palma para poder volar. Estos zapatos quizá no son alas, pero sí pueden convertirse en una herramienta para que esos niños y esas niñas también puedan marchar, como en nuestro Himno a Chiapas, –con paso gigante- por el bello y sinuoso camino en el que persiguen los sueños. XXX Twitter @zoerobledo