Intervención en tribuna de Dolores Padierna para presentar posicionamiento sobre la Reforma Política del Distrito Federal


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA VICECOORDINADORA DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD EN EL SENADO, DOLORES PADIERNA LUNA PARA PRESENTAR POSICIONAMIENTO SOBRE LA REFORMA POLÍTICA DEL DISTRITO FEDERAL

 

Sen. Dolores Padierna Luna: El día de hoy el Senado de la República salda una deuda histórica con los habitantes de la Ciudad de México.

 

Algunas  fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión  habíamos demorado sin razón el cumplimiento del compromiso de reconocer derechos plenos a los ciudadanos de la capital de la República. No había ninguna razón que justificara una falta que sólo ponía en evidencia que la voluntad política de algunos para consolidar la democracia no es del todo genuina.

 

Gracias a esta reforma, la capital de la República logrará su autonomía política y administrativa; la Ciudad de México se igualará en derechos con el resto de las entidades del país, al tiempo que se mantiene como la capital de todas y todos los mexicanos, como el corazón de nuestro gran país.

 

El lugar común dice que los capitalinos han alcanzado la mayoría de edad política. Nada más falso. Los habitantes de la Ciudad de México nunca hemos dejado de ser mayores de edad políticamente hablando, pero nos topamos siempre con la mezquindad y el talante autoritario de quienes han estado en los más altos cargos del país, que siempre negaron, por temoro por cálculo político, una reforma de elemental justicia y vital para la democracia mexicana.

 

En estos tiempos oscuros que sufre nuestro país, en esta época en la que soplan nuevos aires autoritarios, la aprobación de la Reforma Política de la Ciudad de México, con el acuerdo y concurso de todas las fuerzas políticas, es un buen mensaje para el conjunto del país y, obviamente, para las y los capitalinos.

 

Una tribuna, que ha sido el escenario de múltiples debates, de apasionadas polémicas en torno a los grandes temas de la agenda nacional, es hoy escenario de acuerdos y consensos como lo prueba esta reforma. Por ello debe reconocerse la voluntad y el trabajo que hemos puesto todas y todos.

 

La Reforma Política de la Ciudad de México es pieza esencial del programa político de las izquierdas, del compromiso que tenemos con los habitantes de esta gran urbe. Hemos sido la gran fuerza reformadora del país y de la capital y hoy lo reafirmamos, cumplimos y vamos ir hacia adelante en 2016, como lo plantea la reforma para elegir y concretar el Congreso Constituyente de la Ciudad de México.

 

Derechos plenos, legitimidad política, autonomía política, eficacia administrativa, todos estos conceptos están contenidos en el espíritu y en la letra de esta reforma.

 

La Ciudad de México se mantendrá como la capital de la nación, como  sede de los poderes federales, lo cual será reconocido en términos constitucionales y también tendrá efectos presupuestales.

 

La Ciudad de México se convertirá en una entidad federativa con autonomía política y administrativa, contará con tres poderes locales, con los órganos autónomos que establece la Carta Magna, con una administración centralizada y con una hacienda unitaria. Contará con su Constitución local, una vez que los ciudadanos elijan a los diputados del Congreso Constituyente.

 

El jefe de Gobierno tendrá el mando de las instituciones de seguridad pública de la Ciudad y, por tanto, la facultad de nombrar y remover al titular que tenga el control directo de la fuerza pública.

 

Se creará, por mandato constitucional, un Consejo de Desarrollo Metropolitano para atender con las entidades vecinas la problemática de la Zona Metropolitana del Valle de México y la Ciudad será parte del poder constituyente del país como lo establece el artículo 135 constitucional.

 

Se  restituye la figura de los gobiernos colegiados y electos en la Ciudad a través de  alcaldías en las demarcaciones territoriales. Tales órganos de gobierno serán integrados por un alcalde y concejales, electos por voto universal y por planillas. Habrá concejales de mayoría relativa y de representación proporcional.

 

La Constitución de la Ciudad de México definirá el número, nombre y extensión territorial de las demarcaciones, además de sus facultades.

 

Por lo pronto, en 2018 se elegirán las Alcaldías a partir de las 16 demarcaciones existentes. No habrá más gobiernos unipersonales en las delegaciones, sino órganos colegiados, además de representación de las fuerzas políticas con presencia en cada territorio. Se permitirá la reelección por un solo periodo consecutivo a partir de 2018.

 

Celebramos, como se debe, los avances que representa esta reforma y reconocemos su alto valor histórico, pero también creemos  que un demócrata  genuino podría enorgullecerse que una parte de los constituyentes lo sea electo, eso está muy bien, pero no es correcto que otra parte sea por designación y no sea electa; la designación equivale a una elección de segundo grado y es a leguas una regresión en términos de derechos políticos y civiles o bien si los designados aprueban una Constitución, la Constitución debiera ser refrendada por la ciudadanía de la capital.

La tutela y el centralismo no tienen lugar en una verdadera democracia.

 

El Distrito Federal es el epicentro de la vida política, económica y cultural de toda la nación; este territorio cuenta, orgullosamente, con una porción importante de la ciudadanía crítica, activa, progresista, la más libertaria del país. Gracias a esa ciudadanía es que arribamos a esta reforma. Seguiremos insistiendo en que los derechos de los habitantes no pueden ser reducidos a objetos de regateo. Los acuerdos cupulares no sobreviven en el tiempo. Permanece lo que se conquista en las urnas bajo la libre democracia.

 

 

Compañeras y compañeros senadores:

 

La Ciudad de México es la ciudad-nación, un espacio donde las transformaciones, los conflictos y los avances del país se expresan en gran intensidad.

 

La Ciudad de México fue el escenario principal de la gesta estudiantil de 1968, que terminaría por erosionar profundamente los pilares de un sistema hegemónico y autoritario. Diecisiete años después, los habitantes de la Ciudad dieron una lección de ciudadanía, de valor y de solidaridad a un régimen que no tuvo sino torpes balbuceos frente a la tragedia de los terremotos. Luego, en 1988, la capital del país fue el epicentro de una contienda que cambiaría para siempre el mapa político y electoral del país. En estos hechos y muchos más, todos de trascendencia histórica, la Ciudad de México ha sido el actor central.

 

Así fue en 1996, cuando se conquistó la reforma que permitió la elección por voto directo del Jefe de Gobierno y de las y los jefes delegaciones, y que convirtió a la Asamblea en un órgano legislativo real. En 1997, la mayoría ciudadana decidió que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fuese el primer Jefe de Gobierno electo, ninguno de estos logros podrá ser borrado, está en la historia.

 

¡Que vivan los derechos plenos para los habitantes de la Ciudad de México!

 

¡Que viva la Ciudad de México!

 

¡Que viva la Reforma Política de la Ciudad de México!

Es cuanto.

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