Intervención en tribuna de Dolores Padierna en el tema de Ministros de la SCJN


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA VICECOORDINADORA DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD EN EL SENADO, DOLORES PADIERNA LUNA EN EL TEMA DE MINISTROS DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Sen. Dolores Padierna Luna: Gracias presidente.

Hoy la Corte está llamada a ser un verdadero poder independiente que represente solo el interés de la justicia y detenga y revoque los excesos de las autoridades con la población, garantizando el respeto y la protección de los derechos humanos de todas y de todos los mexicanos.

 

Por lo que necesitan perfiles personales y profesionales capaces de asumir este gran reto y alcanzar tan alto honor,  hay dudas de que los perfiles propuestos cumplan con estos requisitos y que asuman realmente un compromiso con México, con las y los mexicanos por encima de las instrucciones o intereses del Ejecutivo Federal.

 

Desde meses antes de que se presentaran las ternas, la sociedad civil elevó la exigencia de evitar que se designaran a Ministros o Ministras a quienes  fueran impuestos a la impartición de justicia.

 

La designación de Eduardo Medina Mora como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en marzo pasado, aún en contra del reclamo de amplios sectores de la sociedad, generó mucha indignación en la población, así como en los propios órganos de impartición de justicia, decisión que incluso fue impugnada por los colegios de impartidores de justicia.

 

Evidenciando que el nombramiento de las y los Ministros de la SCJN recae en el Senado de la República, entonces, esto tiene una trascendencia mayúscula que va más allá de velar el cumplimiento meramente formal de lo que establece la Constitución como requisitos.

 

El nombramiento de ministras o ministros no puede limitarse a un palomeo, sino de un escrutinio estricto de cara a sus decisiones previas, a sus perfiles personales y a sus compromisos con grupos, con sectores políticos o económicos o con el poder preponderante del Presidente de la República.

 

En esta décima época, el máximo tribunal ha adoptado como  eje fundamental de sus decisiones la interpretación del artículo 1º Constitucional ampliando las obligaciones generales de proteger, respetar, garantizar y promover los derechos humanos como una obligación de todos los servidores públicos que conformamos el Estado Mexicano.

 

La terna para sustituir al ministro Juan Silva Meza, fue integrada por abogados sin trayectoria jurisdiccional aunque una larga historia en materia administrativa pública en el Poder Ejecutivo federal.

 

Esa es la razón por la cual los integrantes de la terna ninguno hizo un ejercicio de análisis, de interpretación jurisdiccional para responder los cuestionamientos de las y los senadores, sus posiciones quedaron en la justificación de sus decisiones o en la ambigüedad y en la abstracción.

 

Pero, más allá de la valoración personal y profesional de los candidatos, nos parece relevante hacer una reflexión sobre la necesidad de modificar el método de nombramiento de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

 

Ya el senador Encinas presentó una iniciativa para que sea mediante una convocatoria pública a la sociedad para el Senado y se erija para elegir de manera directa a los mejores perfiles y las más altas trayectorias.

 

Sin embargo, en esta ocasión el Senado debiera hacer una valoración de carácter sustancial, aplicar nuestro criterio y nuestra experiencia, ante poner la prevalencia ante una Corte autónoma, independiente, una Corte de juristas, progresistas convencidos de la defensa de los derechos humanos.

 

No podemos aceptar que el Senado solo sea una oficina de  control de documentos y validar una candidatura palomeada por el Ejecutivo.

 

En nuestro partido debatimos y decidimos hoy por la mañana que no debemos renunciar a ejercer precisamente  lo que nuestra Constitución nos llama a hacer que es garantizar la autonomía de uno de los poderes del Estado, uno de los principales pilares del Estado Mexicano.

 

Reflexionamos que sólo fortaleciendo a nuestras instituciones se logrará recuperar la confianza en ella y sólo ante poniendo la defensa y protección de los Derechos Humanos lograremos salir de esta grave crisis que día a día lamentablemente se agudiza más.

Es cuanto, gracias.

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