Lo más importante para ser ministro de la Corte es la independencia para ser un contrapeso efectivo del poder: Luis Humberto Fernández


Intervención en comisión del senador Luis Humberto Fernández Fuentes, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la comparecencia del candidato ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alejandro Jaime Gómez Sánchez.

 

Luis Humberto Fernández Fuentes, (LHFF): Gracias, presidente. Buenos días.

 

Temas muy concretos. Lo más importante para ser ministro de la Corte, desde mi punto de vista obviamente, se puede refutar y esperaría eso, son dos cosas: ser independiente para ser un contrapeso efectivo del poder y capacidades técnicas para realizar este trabajo.

 

En este sentido, analizamos su hoja de vida, su historia y nos muestra un abogado eficiente, talentoso, pero siempre al servicio del poder. No vemos alguna señal de independencia. Le suplicaría, nos podría ayudar a encontrarlas, ¿Qué evidencia puede presentar que es un profesional independiente?

 

Un ejemplo, para no dejarlo tan abstracto, podría ser que nos mencione tres hechos o tres veces o una, cuando menos, en las cuales haya obrado contra la instrucción del presidente, el gobernador, entendiendo que le reconocen alguna jerarquía o jefatura política, por diferencia de conciencia o si hay una identidad absoluta entre estas conciencias.

 

Usted afirma que las garantías de objetividad las da un marco jurídico, yo afirmo, y si es el caso espero refutación, de que este marco jurídico es oscuro, es de privilegios, alimenta las complicidades y que todo está hecho para servir al poder. Habría que cambiarlo.

 

Parecería que la afirmación es que como no es requisito constitucional ser independiente, el Senado no debería de cuidar la independencia. El tema no es menor. Usted señala que es un tema de colaboración entre poderes, yo afirmo que estamos hablando de ser un contrapeso de los poderes.

 

La Suprema Corte es para limitar al poder, no para servirle. O estaríamos hablando de que debemos esperar un juez de legalidad y no de justicia.

 

Ese sería mi primer punto.

 

El segundo punto, hay un clásico de la administración pública, del doctor Omar Guerrero, que habla del funcionario, el diplomático y el juez. En este libro, que es una obra obligada de todos los servidores públicos, don Omar describe con puntualidad que los trabajos del Estado requieren de tres tipos de actores: el juez, el funcionario y el diplomático.

 

Pero que éstos tienen una naturaleza diferente: lo que es válido para el diplomático, no es válido para el juez ni para el funcionario ni son piezas intercambiables, porque tienen una ética y una formación diferente.

 

La pregunta específica: ¿Ha hecho usted alguna sentencia? y si no fuera el caso, ¿Esperará aprender a hacerla como ministro de la Suprema Corte?

 

En síntesis, y con esto concluyo, nos gustaría saber qué es lo que lo califica, además de su propio dicho o el dicho de sus amigos, como un juzgador independiente, ¿cómo acreditar que el Estado mexicano ganaría un buen ministro y no que un grupo o una secta ganaría un buen servidor?

 

Muchas gracias por sus contestaciones.

 

SEGUNDA INTERVENCIÓN

 

Agradezco mucho la respuesta.

 

Entonces nada más a partir de su respuesta, podríamos entender que todos los casos controvertidos en los que hemos venido hablando fue instrucción del gobernador o del presidente y se obró en absoluta armonía.

 

Y si nos puede abundar un poco más del caso que usted mismo ejemplifica en abstracto de qué caso le viene a la memoria del que usted está hablando, ese sería.

 

Y la otra parte que quedó al último, que sería la parte medular, es cómo sabemos nosotros que votaremos a favor o en contra y este es un espacio para la propaganda y la promoción, cómo nos acredita que va a ser un ministro independiente y que el Estado va a ganar un buen ministro y no el poder de un buen servidor.
Nada más le replantearía esas dos preguntas y le agradezco mucho de antemano sus respuestas.

 

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