La precampaña de los presidentes de los partidos / Milenio


  • Lo que en estos momentos se requiere es la regulación de los tiempos oficiales que definen los partidos.

Los presidentes nacionales de los partidos han iniciado sus precampañas rumbo al 2018, mueven sus piezas y  hacen declaraciones para ganar presencia en la opinión pública.

 

Los presidentes nacionales de los partidos son figuras públicas y voceros de las fuerzas políticas que representan. La llegada de Manlio Fabio Beltrones Rivera a la presidencia del CEN del PRI estuvo enmarcada en un amplio despliegue informativo y propagandístico. La designación de Andrés Manuel López Obrador a la dirección formal de MORENA fue normalizar una situación que ya había.

 

Los perfiles, las trayectorias y  los intereses que representan estos personajes los colocan en el centro de la polémica.

 

Los líderes nacionales de MORENA y del PRI protagonizan un intercambio de opiniones y acusaciones en torno a una nueva reforma electoral. Cruzan dimes y diretes sobre abusos de los tiempos oficiales, de la necesidad de piso parejo para la próxima elección y de la pertinencia de una nueva reforma en esta materia.

 

En este tema, queda claro que no se pretende volver al esquema anterior de contratación de publicidad o incluso, de un esquema híbrido. Lo que en estos momentos se requiere es la regulación de los tiempos oficiales que definen los partidos.

 

A final de cuentas, los beneficiarios de la ausencia de regulación serán sus dirigentes nacionales, porque  éstos los pueden utilizar de manera discrecional.

 

Por la vía de los hechos, la polémica en el tema electoral entre los presidentes nacionales de MORENA y el PRI, podría derivar en una polarización política que  favorezca mutuamente a estos dos personajes en sus pretensiones de competir por la Presidencia de la República en 2018.

 

Beneficios, porque López Obrador continuaría promoviendo su imagen en los tiempos oficiales, criticando al gobierno y diferenciándose de las otras fuerzas de izquierda. Mientras que Beltrones Rivera aventajaría a otros aspirantes a la candidatura presidencial del PRI con miles de promocionales, desplegando un juego de sombras en contra de su homólogo de MORENA y presentándose ante los priistas como el único de los aspirantes a competir palmo a palmo con el líder real y ahora, formal de MORENA.

 

Andrés Manuel quiere quedarse con todos los votos de izquierda pero sin las dirigencias partidarias, a las cuales ha despreciado en múltiples ocasiones. Manlio Fabio supone que con el voto duro del PRI, entre el 28 y 30 por ciento, más lo que le puedan aportar sus aliados, PVEM y el PANAL, le bastaría para asegurar el triunfo en 2108.

 

Mientras tanto, el presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, pretende incluirse en la polémica, pero lo hace mal y tarde. Esta estrategia sólo admite dos protagonistas. Por su parte, el nuevo presidente del PRD, Agustín Basave,  hasta este momento está fuera de la discusión de los temas de la agenda nacional, situación que debe corregir. El resto de las direcciones partidarias se ubicarían en torno a Andrés Manuel o en torno a Manlio Fabio Beltrones.

 

Una eventual polarización política y electoral entre Andrés Manuel y Manlio Fabio Beltrones no favorecería el desarrollo de la democracia, sino que abriría una espiral de polarización, donde sólo se escucharían  las descalificaciones y no las propuestas. Una campaña de buenos contra malos, del todo o nada y lo más importante, que limitaría las posibilidades de elección de los ciudadanos. XXX TWITTER @MBarbosaMX