Industria refresquera debe pagar por daños que ha causado a la salud de mexicanos: Mario Delgado


  • Obesidad le cuesta a México alrededor de 80 mil millones de pesos
  • Refrescos son ahora el equivalente a lo que fue el cigarro en el siglo pasado
  • Impuesto a refrescos se debe utilizar para programas de salud y no solo como medida recaudatoria

“Tras la creación del impuesto a refrescos se ha dado un cambio en los patrones de consumo, tal y como lo comprueba el estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad de Carolina del Norte, en donde se demuestra que en 53 ciudades de más de 50 mil habitantes se redujo la compra de refrescos 6% en los primeros meses de 2014, porcentaje que en diciembre de ese mismo año alcanzó un 12%”, explicó el Senador Mario Delgado Carrillo.

El legislador, subrayó que la Secretaría de Hacienda (SHCP) no puede ser indiferente, ya que el diseño de este impuesto apuesta a que un aumento en el precio provocaría una reducción por parte de los consumidores de bebidas azucaradas. Y señaló que el criterio para establecer el instrumento fiscal fue el tratar de atacar uno de los gravísimos problemas que tiene este país, es decir, la epidemia de obesidad, por lo que considera que es correcto establecerlo de manera gradual.

“México es el principal consumidor de refrescos a nivel mundial y tenemos que darle un ejemplo a otros países de cómo esta industria que provoca un daño a la salud debe asumir su responsabilidad, por ello proponemos que lejos de reducir el impuesto, éste sea aumentado al doble como lo propone la Organización Mundial de la Salud”, expresó Delgado Carrillo.

Asimismo, exhortó al legislativo a trabajar en equipo con el fin de lograr que los productores refresqueros empiecen a entender el enorme daño en salud pública que están provocando, razón por la que de manera imperativa debe empezarse a hacer cargo de los graves efectos que sus productos han causado en la salud de los mexicanos, pues considera que no se les puede dar trato especial cuando a México por lo menos la obesidad le cuesta alrededor de 80 mil millones de pesos, cifra que para el 2017 llegará a 150 mil millones de pesos.

“Los refrescos son ahora el equivalente a lo que fue el cigarro en el siglo pasado, por el impacto en salud pública y por los esfuerzos de la industria en ocultar los daños que este provoca, situación que debemos modificar de manera urgente, con un impuesto que la SHCP utilice para programas de salud y no solo como medida recaudatoria”, finalizó Mario Delgado.

 

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