Intervención del Senador Armando Ríos Piter durante la reunión de la Comisión de Hacienda, para cuestionar a funcionarios de SHCP por tema de bebidas azucaradas


·         ¿Qué pasa con esta Secretaría de Hacienda que no tiene capacidad de utilizar los ingresos –que no han sido pocos los que le ha dado este Congreso- para impulsar el crecimiento? Y sí les pediría que no me den una respuesta de que el mercado internacional ha sido muy volátil, porque ha sido volátil en los últimos 20 años.

·         Saber cuál fue el impacto real en términos de inversión en bebederos; si no hubo el 100 por ciento, saber por qué no lo hubo.

·         Aquí no hay ningún proceso de sustitución, aquí lo que hay es directamente es un impacto en beneficio para la industria refresquera, que tiene aquí donde está su focus de mercado a los niños.

·         Les vamos a estar regalando –si es que así lo aprueban algunos- 50 centavos a las empresas refresqueras. Porque ni va a ser en beneficio de la política pública de salud, ni va haber una caída en el precio en beneficio del consumidor, ni va haber un efecto sustitución en cuanto a la cultura de alimentación.

·         Dado que ésta es una política pública que discutimos hace dos años, con ustedes, como parte de una visión para bajar la obesidad en el país, si quisiera escuchar las observaciones por parte de la Secretaría de Hacienda.

 

Armando Ríos Piter: Con su permiso señor presidente. Bienvenidos, bienvenida a los funcionarios de la Secretaría de Hacienda.

Yo quisiera solamente hacer una pregunta, bueno son dos preguntas; una general y una particular sobre refrescos.

La general. Es la tercera o cuarta ocasión que nos reunimos con varios de ustedes para ver el tema de los ingresos, y obviamente los ingresos no se entienden si no hay egresos, si no sirven como un instrumento para impulsar la demanda agregada, o para que el gasto público sirva para detonar áreas específicas de la economía.

Yo ahora que vino el Secretario le decía en mi exposición, para el 2013 se aprobó un crecimiento del 3.5, terminamos con 1.8 por ciento. En el 2014, 3.9, cerramos con 2.7, para este año la cifra que se aprobó fue 3.7 y la expectativa oscila alrededor del 2 por ciento; 2.4 me van a decir ustedes, pero 2 por ciento, 2.4.

¿Qué pasa con esta Secretaría de Hacienda que no tiene capacidad de utilizar los ingresos –que no han sido pocos los que le ha dado este Congreso- para impulsar el crecimiento? Y sí les pediría que no me den una respuesta de que el mercado internacional ha sido muy volátil, porque ha sido volátil en los últimos 20 años.

Si esa va a ser la respuesta les pediría entonces que me dijeran que la política fiscal en este país simplemente no sirve, y que dependemos del mercado y del contexto internacional, punto.

Si quisiera saber porque pues la tasa de recursos que les ha dado este Congreso, no ha sido menor; se cuenta en varios miles de millones de pesos, y bueno por lo menos el año pasado o este que va corriendo, tuvimos coberturas, entonces ¿Por qué el gasto no sirve o no funciona en este país? Es por ineficiencia, es por ataduras, por dinámicas inerciales, es por corrupción –como dice el World Economic Forum, que por lo menos deja una hipótesis ahí- si quisiera una respuesta correcta por parte de los funcionarios de Hacienda.

Ahora yendo a la parte de ingresos, quisiera esta primera intervención -si es que va haber más después aprovecharía- pero quisiera presidente, concentrarme en el tema de las bebidas saborizadas.

Estaba revisando una nota del Reforma, del 21 de octubre de 2015 –la quiero citar porque son datos específicos que redactó dicho diario- pero también se basa en el informe del poder del consumidor.

Yo he escuchado de ustedes que la argumentación que acompañaron los diputados para querer bajar este impuesto a los 5 gramos de azúcar, es supuestamente para hacer una reconversión, o para buscar una sustitución en las fórmulas; aquéllos refrescos que tienen más de cinco gramos, tendrían a partir de estos 50 centavos, un incentivo para transformar fórmulas.

Bueno, esa es la explicación que yo he escuchado; cuando cito este artículo -les voy a decir- no quiero hacer promoción de estas bebidas, pero por eso estoy citando la fuente: las bebidas que hoy tienen menos de un gramo por cada 100 mililitros son –de esta lista que sacó el Reforma- jugos Ami, que tiene un gramo de azúcar por cada 100 mililitros, los frutsis, el Jumex Pao Pao, E- Purita, Nestlé agüitas, Bonafont Kids; uno un gramo de azúcar, 1.8, 2.0 y 2.4.

Es decir, son precisamente las bebidas enfocadas a los niños, las que hoy tienen menos de 5 gramos. Sí me parece importante destacar que no es cierto que haya específica o exclusivamente un efecto sustitución.

Entiendo la argumentación técnica, pero hay que identificar que la realidad del mercado hoy tiene a las bebidas que claramente están destinadas a los niños, que están en esa condición de menos de un gramo por cada 100 mililitros.

Y quiero poner esto en el contexto por una razón; hace dos años y medio, cuando hicimos la discusión sobre este impuesto, cuando algunos de nosotros –como el senador Mario Delgado, un servidor y otros- empujáramos que fuera de 2 pesos por litro, varios de los detalles que tuvimos en este debate –y me cuento entre los que empujaron mucho este, creo que lo puedo decir con capacidad suficiente para decir: empujamos que estuviera este impuesto- decíamos: no conocemos la elasticidad, no sabemos cómo va a estar, digamos, el mercado.

Hoy tenemos a la Secretaría de Hacienda –y es a donde yo quiero dirigir mis preguntas- ya con una evidencia no tan robusta, pero cuando menos de dos años, en evidencia de cuál es el efecto sustitución en términos de consumo de bebidas saborizadas, por otras como agua potable.

Tenemos una identificación real de cuál fue el potencial recaudatorio. Tercero, deberíamos de tener -y es la pregunta o es de las cosas que yo quisiera saber- es capacidad de saber ¿Cuál fue, digamos, el universo de atención, especialmente respecto a bebederos y otros instrumentos para consumo de agua potable en escuelas, que fue parte de los compromisos que quedaron suscritos durante el debate de la reforma fiscal?

Entonces sí quisiéramos saber; hubo una masa presupuestal -por lo menos, y tal vez escuchar cuál es la que se tiene proyectada para este año- de alrededor de 20 mil millones de pesos. No es poquito dinero; es más dinero que el que se gasta en el Procampo, o lo que fue el Procampo, es un billetononón.

Saber cuál fue el impacto real en términos de inversión en bebederos; si no hubo el 100 por ciento, saber por qué no lo hubo. Es decir, la Secretaría de Hacienda tiene capacidades recaudatorias, pero específicamente en los IEPS, debe de tener alguna suerte de sistema de seguimiento para la búsqueda que al final de cuentas tiene el IEPS, que es en este caso desinhibir consumo y generar un proceso de transformación de la cultura del consumo, y en otros patrones de consumo, de ingesta calórica.

Entonces, las tres cuestiones son: una, la capacidad recaudatoria que se proyecta para el 2015, ¿Cuál fue el efecto sustitución visto en el mercado?

Segundo ¿Por qué o hasta dónde llegó el tema del gasto público en materia de bebederos? Y las consideraciones de por qué se llegó a tal meta.

Y tercero ¿Qué opinan de que las bebidas que van a tener este beneficio, sean las bebidas que están destinados a los niños? que es donde inicia el proceso –y aquí lo pregunté a gente del instituto de salud- el proceso de habituación respecto al consumo dulce o azucarado, saborizado. Es donde se inicia el proceso de habituación de este tipo de consumos.

Entonces, aquí no hay ningún proceso de sustitución, aquí lo que hay es directamente es un impacto en beneficio para la industria refresquera, que tiene aquí donde está su focus de mercado a los niños, y donde en realidad lo que vamos a tener es una condonación de impuestos que se va a convertir en un ingreso adicional para esas empresas.

Porque yo les puedo asegurar –y les pongo cien a uno- que ninguna de estas bebidas va a bajar en precio 50 centavos. Ninguna, y se los apuesto, si es que se quisiera mantener como los diputados y las diputadas, lo hicieron esta caída, no va a haber un cambio en el precio de estas bebidas para el próximo año.

Entonces les vamos a estar regalando –si es que así lo aprueban algunos- 50 centavos a las empresas refresqueras. Punto. Porque ni va a ser en beneficio de la política pública de salud, ni va haber una caída en el precio en beneficio del consumidor, ni va haber un efecto sustitución en cuanto a la cultura de alimentación.

Sé que me pueden responder: eso lo hicieron los diputados y las diputadas. Pero dado que ésta es una política pública que discutimos hace dos años, con ustedes, como parte de una visión para bajar la obesidad en el país, si quisiera escuchar las observaciones por parte de la Secretaría de Hacienda, y en representación del gobierno federal.

Muchas gracias.

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