Miguel Barbosa reconoce a los trabajadores de Fonatur


Palabras del Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, senador Miguel Barbosa Huerta, durante la ceremonia de reconocimiento a trabajadores de Fonatur, que realizan labores de mantenimiento y limpieza en el recinto legislativo.

 

Miguel Barbosa Huerta, (MBH): Buenos días, amigas, amigos, colaboradores en esta Sede, compañeros de trabajo del Senado de la República.

 

Decirles que hay un ambiente de equipo; debe haber un ambiente de respeto en la labor que ustedes desarrollan, es muy importante, y la reconocemos como tal.

 

Quiero decirles que, si en algún momento el descuido, el inmediatismo o, ¿por qué no decirlo?, la arrogancia de alguien las ha agredido, les ofrezco una disculpa como Presidente del Senado.

 

Y decirles que el activismo que se desarrolla luego en esta institución tan importante, vuelve invisibles a los que hacen posible el trabajo de nosotros.

 

Me da mucho gusto estar aquí como Presidente del Senado y acompañado de muchos senadores sensibles –y no porque alguien no lo sea, ¿eh?– reconozco que este equipo se da a partir de una disposición o una actitud de los coordinadores parlamentarios; del senador Emilio Gamboa Patrón, excelente amigo nuestro, especial amigo mío; del senador Jorge Luis Preciado, del senador Jorge Emilio González, del senador Manuel Bartlett.

 

Y esta mañana decimos que estamos quienes podemos estar y no porque seamos los únicos sensibles: Luis Sánchez, Fidel Demédicis, Marcela Guerra, Lorena Cuellar, Adolfo Romero Lainas, Isidro Pedraza, Fernando Mayans, Alejandro Encinas –por eso luego se la creen, ¿eh? – No, yo también le aplaudo.

 

Pero también quiero dejar, de verdad, una constancia para una senadora que luego me incomoda cuando habla, pero que la queremos mucho. Aquí está su suplente, ¿cómo te llamas? Carmen Ojesto, y me refiero a Layda Sansores.

 

Hemos, en la Mesa Directiva, autorizado un pequeño bono para ustedes, que será… Pero de ello se va a encargar nuestro amigo administrador, nuevo administrador del Senado, pero que ya conoce tanto, que la verdad parece que él lo ha organizado de siempre: Roberto Figueroa, que aquí está presente.

 

Así es que, solamente –pásale Roberto–. Quiero contar algo que hoy me dejó sorprendido. Ustedes están en áreas específicas, nos conocemos los que compartimos el área, nos saludamos, yo las bromeo; ahí en el Belisario Domínguez y hasta hay un fantasma chacorrero que ha espantado por ahí a… Ya saben a quién.

 

Hoy que entré el elevador cuando llegué, alguien que venía con su cubeta y sus cosas para limpieza, me dijo: “¿Me salgo, senador, del elevador?”. Nunca me lo habían preguntado. ¿Por qué dices eso?; ¿por qué me lo dices? No manches. No, tienen nuestro respeto y en nombre del Senado de la República, de los coordinadores parlamentarios, de los 128 integrantes, mujeres y hombres de esta institución, deseamos que en este tiempo, en esta época, estén lo mejor posible sus casas, encuentren una paz interior que solamente se consigue cuando se hace reflexión de lo que uno hace. Que haya bienestar, sin duda, lo necesario para poder tener esta época navideña, esta época de fin de año en unas condiciones emotivas adecuadas.

 

No estamos pasando por un buen momento como país, pero sin duda que, si prevalece la buena fe que existe, si prevalece el propósito de estar mejor cada vez como sociedad, si somos solidarios ante la injusticia, si somos solidarios ante la desigualdad, si provocamos en nuestro compromiso una mejor condición para todos, estamos abonando desde nuestro trabajo a este propósito.

 

Yo les deseo, a nombre del Senado, una Feliz Navidad y un buen año. Les deseo que se cumplan propósitos; es imposible que se cumplan todos.

 

Salud, salud, salud, salud, no de algo líquido, líquido, líquido, pero mucha salud y mucha felicidad.

 

Felicidades.

 

Me apellido Barbosa, ¿ya lo saben, verdad? Quiero mi porra.

 

Gracias. Felicidades.