México y Brasil tienen la obligación de trabajar juntos en la unidad latinoamericana: Miguel Barbosa


Discurso pronunciado por el senador Miguel Barbosa Huerta, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la visita de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

 

Miguel Barbosa Huerta, (MBH): Señoras y señores:

 

En el preámbulo de la constitución brasileña se establecen con claridad los nobles objetivos de esta nación. Compartimos plenamente los propósitos de asegurar el ejercicio de los derechos sociales e individuales: la libertad, la seguridad, el bienestar, el desarrollo, la igualdad y la justicia como valores supremos de una sociedad fraterna, pluralista y sin prejuicios, formada en la armonía social y comprometida en el orden interno internacional en la solución pacífica de las controversias.

 

Volteamos la vista hacia Brasil y contemplamos la majestuosidad de América, país continente, conglomerado infinito de almas y voluntades.

 

El Río Amazonas y sus afluentes entre selvas que son los pulmones del mundo. Nos maravillamos con su arquitectura, con su industria con el desarrollo de una nueva fuente de energía, nuevas fuentes de energía.

 

El portugués es un idioma hermano del español, cuando se escucha conmueve, endulza el oído. La cultura y la literatura brasileña están en tierra mexicana.

 

Joaquim Machado de Assis, Mario de Andrade, João Cabral de Melo Neto, Cecilia Meireles, Paulo Leminski, Silvio Romero, Chico Buarque, Rubem Fonseca, Jorge Amado y Paulo Coelho, son algunos ejemplos del sentimiento, la fuerza y la vitalidad de las letras brasileñas.

 

Con Brasil, los mexicanos compartimos la alegría por la música, la samba y el bossa nova de ustedes; los sones y el bolero de nosotros; expresiones brasileñas y mexicanas de la alegría y el amor.

 

Nos une la pasión por un deporte; la alegría y la tristeza por el rodar de un balón. El éxito o la derrota deportiva, la fábrica de sueños en batallas épicas de 90 minutos.

 

En el Mundial de Fútbol de 1970, México adoptó a la Selección Brasileña como si fuera propia.

 

Pelé, Jair, Tostao, fueron algunos de los héroes de aquella Copa del Mundo; lo mismo ocurrió en 1986.

 

En el pasado Mundial, realizado en Brasil, sentimos su derrota como propia.

 

Tenemos la firme convicción de que la Selección Brasileña volverá muy pronto a levantar la Copa del Mundo.

 

Y al respecto, señoras y señores, en lo que corresponde a México y el fútbol: no fue penal.

 

América es nuestro hogar. Latinoamérica es la región en que nuestros pueblos han construido con esfuerzo, trabajo, sueños y una voluntad inquebrantable, naciones que reclaman por propio derecho su lugar en la comunidad internacional.

 

Nos gusta hablar, pensar y trabajar por una Latinoamérica unida, no únicamente como un deseo de las mujeres y los hombres que lucharon por las independencias de nuestras naciones, sino como una necesidad para enfrentar el presente y el futuro.

 

México y Brasil tienen la obligación, la responsabilidad de trabajar juntos en la unidad latinoamericana.

 

Excelentísima señora Dilma Rousseff, Presidenta de la República Federativa de Brasil:

 

Esta Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión de los Estados Unidos Mexicanos, se reúne en Sesión Solemne en su honor.

 

Le damos la bienvenida a usted y a su comitiva al Congreso Mexicano.

 

Resulta positivo que para la política exterior de México, se enfatice la relación con Latinoamérica, particularmente con Brasil.

 

Excelente desempeño, señor Canciller José Antonio Meade Kuribreña.

 

México y Brasil son las dos economías más grandes y las poblaciones más numerosas de la región.

 

Juntos, sumamos el 62 por ciento del Producto Interno Bruto y el 48 por ciento de las exportaciones latinoamericanas.

 

Nuestros países son los motores económicos de Latinoamérica, porque unidos representamos más de dos terceras partes de las 500 empresas más importantes de esta parte del Continente. Nuestros países deben hacer a un lado las rivalidades regionales.

 

No debemos desgastarnos en construir fronteras artificiales en materia económica o comercial. No considero pertinente que se hable de Centroamérica o Sudamérica como regiones y proyectos diferentes; México y Brasil deben ser aliados, sumar esfuerzos en nuestras relaciones con Estados Unidos, con Canadá, con Europa, en el incremento de los intercambios comerciales con África, Asia, China, Japón y Oceanía.

 

Comprendamos de una vez: somos aliados, no adversarios. Somos aliados, no adversarios.

 

Presidenta Rousseff, México reconoce y celebra los esfuerzos y resultados de su Gobierno, de verdad que sí. Respetamos mucho al Brasil, a su Gobierno y a usted. Así como el trabajo previo del presidente Lula en materia de lucha contra la pobreza.

 

Durante las últimas décadas, Brasil ha dado muchas lecciones al mundo, que se podrían resumir en la demostración de que es posible modernizar la economía y al mismo tiempo promover y garantizar los derechos sociales básicos de la población.

 

Combatir la desigualdad y lograr la justicia social, son los grandes desafíos de nuestros países. Hambre cero para Brasil, hambre cero para México y hambre cero para toda Latinoamérica. Discriminación cero para todas y para todos los latinoamericanos.

 

En nuestros países la corrupción es un flagelo que daña significativamente a la sociedad, debilita a las instituciones y afecta a la economía. Hoy, a unas cuantas horas, en México se promulga la forma constitucional para crear el Sistema Nacional Anticorrupción; reformas a nuestra Carta Magna para combatir la corrupción. Se trata de un avance significativo en esta materia, que esperamos dará resultados tangibles para toda la sociedad.

 

Desde hace dos décadas las naciones latinoamericanas iniciaron su transición hacia la democracia y realizaron trascendentes reformas a sus economías en aspectos estratégicos, como el sector energético. La reforma estructural que falta consolidar en la región, es la correspondiente al combate a la corrupción y a la impunidad.

 

México y Brasil por sus historias, poblaciones, gobiernos y papel que desempeñan en esta parte del mundo, deben sumar esfuerzos para erradicar la corrupción que impide el desarrollo pleno de nuestras naciones. Para el Congreso mexicano y para todo el pueblo de México, es un honor recibir la visita de usted, la presidenta Rousseff.

 

Su presencia en este Salón de Plenos constituye la más clara muestra del entendimiento entre nuestras naciones. Nuestras naciones son amigas, son socias y son aliadas estratégicas, nuestras naciones.

 

En 2003, al recibir el Premio Príncipe de Asturias, el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva dijo: “Si valorizamos la democracia en nuestras sociedades, no podemos dejar de buscar a nivel internacional el perfeccionamiento de la convivencia democrática entre las naciones; La responsabilidad nuestra ante las generaciones futuras, actualizar los procedimientos y composición de esos organismos, armonizándolos con la realidad de nuestros días”.

 

Señora Presidenta, sea usted bienvenida a este recinto legislativo. Así como es casa de todas y todos los mexicanos, también es casa de nuestras amigas y amigos brasileños, usted una de ellas.

 

Muchas gracias.

 

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