Transparencia y rendición de cuentas, fuentes básicas de legitimidad del Estado: Miguel Barbosa


Discurso pronunciado por el senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante promulgación de la Ley General de Transparencia.

 

Miguel Barbosa Huerta (MBH). Señores titulares de los poderes de la Unión; señores integrantes del Gabinete legal y ampliado; titulares de los órganos autónomos; señoras y señores.

 

Ninguna democracia niega información a sus ciudadanos. En el mundo actual, la transparencia y la rendición de cuentas son fuentes básicas de legitimidad del Estado.

 

La sociedad demanda a sus autoridades detener la corrupción y combatir la impunidad. Una de las respuestas del Congreso de la Unión a estas exigencias fue la aprobación de la Ley General de Acceso a la Información Pública, que transparenta los datos en posesión  del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, los organismos autónomos y los fideicomisos e incluye a los partidos políticos, los sindicatos y los particulares, que reciben o ejercen recursos públicos.

 

Aprovecho para reconocer la participación de los 128 senadores y senadoras, pero desde luego de los coordinadores parlamentarios, del Senador Emilio Gamboa Patrón, del senador Fernando Herrera, del senador Carlos Puente, de Don Manuel Bartlett aunque haya votado en contra; y desde luego de la participación de las y los senadores del PRD.

 

Hago un reconocimiento de los constructores desde el Senado de esta propuesta, y me detengo de manera muy particular para hacer a la senadora con licencia hoy Procuradora General de la República, Arely Gómez.

 

A la senadora Laura Rojas, al senador Javier Corral, crítico pero constructor también, al Senador Alejandro Encinas, al Senador Pablo Escudero, a todos ellos, a Armando Ríos Piter que por ahí está sin cabello en esta reunión, también constructor. Un Presidente del Senado debe de ser cuidadoso con su Senado y es lo que pretendo hacer, perdón por el alargamiento.

 

Con la promulgación y aplicación de esta ley, como nunca antes, la información estará a disposición de quien desee consultarla o solicitarla, garantizando este derecho fundamental.

 

Esta ley se construyó con el consenso de las fuerzas políticas y la opinión de  otros poderes; se atendieron las observaciones y opiniones de diversos sectores de la sociedad, del IFAI y de los especialistas en la materia.

 

Esta ley es producto de una buena práctica legislativa, que ojalá pudiera replicarse en otros temas de relevancia nacional.

 

En representación de la Cámara de Senadores del Honorable Congreso de la Unión, acudo a esta ceremonia, con la esperanza de que la promulgación de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información marque una nueva etapa en la vida pública de México.

 

Su aplicación y cumplimiento deben representar un antes y un después en nuestra vida institucional.

 

Debe representar, el adiós a la opacidad gubernamental y la vigencia plena de este derecho en la federación, en los estados y en los municipios; en la vida sindical y en los partidos políticos y desde luego en los procesos electorales.

 

La aplicación de esta ley y el cumplimiento de su contenido deben traducirse en que México deje de ser un país en donde se niegue o se oculte información y por el contrario, se consolide como un régimen  transparente y que rinde cuentas a la sociedad.

 

Debe significar la consolidación de la autonomía de los órganos garantes. La autonomía del IFAI de los Poderes de la Unión, ¿de quién?, de los poderes o del ejercicio del poder; la autonomía de los órganos garantes de acceso a la información de los estados, ¿de quién?, de los gobernadores; no más control en los órganos que deben garantizar el acceso a la información y protección de datos.

 

Nadie puede pretender administrar el acceso a la información que es de la sociedad, por medio del control del órgano garante. Ese tiempo afortunadamente llegó a su fin.

 

La presencia de los Poderes de la Unión y de la titular del órgano garante de acceso a la información en esta ceremonia de promulgación, expresan la voluntad del Estado mexicano de cumplir con este importante propósito.

 

El gran reto es que los servidores públicos en todos los niveles y ámbitos, incluidos los partidos políticos, los sindicatos, los fideicomisos y los particulares que ejercen recursos públicos, conciban a la transparencia como una aliada y no como un obstáculo que debe evadirse.

 

La cultura política mexicana debe asumir a la transparencia como un valor, un valor sencillo, basta recordar que en materia de acceso a la información llegamos, por cierto, con dos siglos de rezago.

 

Los avances han sido notables en una década y media, sin embargo, la transparencia debe colocarse en el ADN de los servidores públicos.

 

El Senado de la República está comprometido con la transparencia. Cumpliremos puntualmente con las obligaciones que nos establece la ley.

 

En el Senado se construyó la ley y desde el Senado se establecieron sin presión ni sugerencia de nadie las obligaciones de transparencia a que están obligadas las cámara del congreso de la unión que incluyen no solamente a los órganos de cada una de ellas, incluye a los grupos parlamentarios e incluye desde luego a las y los senadores en lo individual.

 

Junto con este nuevo ordenamiento, debe señalarse la aprobación, por parte del Congreso de la Unión, del Sistema Nacional Anticorrupción, lo cual constituye un paso muy importante para combatir este flagelo de nuestra vida pública. Culminado su proceso de referéndum en los estados e iniciado su funcionamiento, éste rendirá resultados tangibles a la población.

 

En el Senado, seguiremos  trabajando en las reformas que faltan para la obtención de mejores resultados contra la corrupción.

 

Siguen la construcción de la Ley Federal de Transparencia y Protección de Datos y  la Ley de Archivos; así como los ordenamientos que deriven de la reforma constitucional anticorrupción; dos nuevas leyes y modificaciones a seis ya existentes.

 

Estas reformas forman parte de la agenda que desarrollará el Senado de la República a partir de septiembre de este año y estas propuestas, escuchen lo que voy a decir, formarán la Agenda Ciudadana por lo que resta de 2015 y 2016 esta  va a ser la agenda ciudadana esa va a ser la agenda de las organizaciones civiles, esa va a ser la agenda de la sociedad.

 

En las entidades federales deberán aprobarse las leyes estatales de transparencia correspondientes. Por eso se hizo una ley general apara que no sea voluntad de los congresos locales formar leyes parciales o leyes incompletas tendrán que ajustarse a los términos de la ley general que se aprobó.

 

Ninguna ley por si misma garantiza la solución de un problema social. El ordenamiento general, debe acompañarse de la convicción general; oigan lo repito: el ordenamiento general, debe acompañarse de la convicción general.

 

Rumbo a las elecciones del 7 de junio, reitero mi exhorto a los candidatos y a los partidos políticos para que en lo que resta del proceso, realicen campañas transparentes, lo que serviría para tener una jornada electoral transparente y resultados transparentes.

 

La transparencia es como la fidelidad. Se es o no se es fiel.  Se es o no se es transparente; no un poquito transparente o un muchito transparente; no un poquito fiel o un muchito fiel, se es no se es. La ciudadanía demanda de los partidos políticos transparencia absoluta en la disputa por el poder.

 

Una demanda similar es la que exigen los trabajadores con sus organizaciones sindicales.

 

El horno no está para bollos. Por una parte, los desafíos del crimen organizado a la autoridad en algunas regiones del país; por la otra, el descontento social ante demandas no resueltas, no pueden poner en riesgo nuestra normalidad democrática. De conformidad con las leyes y el respeto a los derechos humanos, deben garantizarse las condiciones para  la jornada electoral del próximo 7 de junio.

 

Señoras y señores:

 

México no es un país de corruptos. La inmensa mayoría de las mujeres y hombres que habitamos y queremos a nuestra nación, estamos por el combate a la corrupción y  a la impunidad.

 

Y así observo y así estoy convencido que se desarrolla un esfuerzo institucional desde todos los ámbitos de gobierno en el combate contra la corrupción.

 

Se promulga esta ley con la firme convicción de que la transparencia y el acceso a la información se conviertan en parte fundamental y viva de nuestra vida pública.

 

Muchas gracias.