La Ciudad de México es un espacio de todos: Zoé Robledo


Intervención en tribuna del Senador Zoé Robledo A., del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar a favor del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman, se adicionan y se derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de reforma política de la ciudad de México.

 

Zoé Robledo A., (ZRA): Con el permiso de la Presidencia. Compañeras y compañeros:

 

Hace un rato que estaba platicando con un compañero legislador, que le tengo un enorme aprecio, él escuchó que yo estaba en la lista de oradores y me dijo: “Y tú por qué vas a participar si eres de Chiapas. No tienes vela en este entierro”.

 

Yo le diría, con mucho respeto y afecto, que yo como Senador tendría razones suficientes para subir hablar en este dictamen, como integrante de dos de las comisiones dictaminadoras: como Secretario de la Comisión de Estudios Legislativos, Primera, y como integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales, pero no lo voy a hacer en ninguna de estas dos condiciones, lo hago en mi calidad de provinciano, en mi calidad de chiapaneco.

 

Porque a final de cuentas, la Ciudad de México es un espacio de todos, capitalinos o avecindados, y así lo hemos adoptado, así nos hemos adaptado a esta condición.

 

Ya Efraín Huerta, que era de Guanajuato, le había declarado su amor a la ciudad, y eso que no era de acá, entonces sí se vale preocuparse por la ciudad aunque uno sea de fuera.

 

Por eso creo que es importante recordar algunos datos.

 

Primero, 49 por ciento del total de quienes inmigran legalmente en el país lo hacen a esta ciudad, y esta ciudad tiene, entre sus habitantes, 37 por ciento de personas que no nacieron aquí. Para el caso deberíamos de estar discutiendo si de los 100 Diputados constituyentes 37 tuvieran que ser de provincia, toda vez que eso sí sería una representación mucho más efectiva.

 

Pero más allá de eso, yo sí quisiera plantearles, compañeras y compañeros, que estamos ante una votación histórica, histórica porque estamos comenzando un proceso de construcción constitucional desde cero, algo que no hemos visto desde hace 40 años, desde el 9 de enero de 1975, fecha en que se promulgaron las constituciones de los estados de Baja California Sur y de Quintana Roo, los cuales habían sido territorios hasta el 8 de febrero de 1974.

 

Seguramente muchos compañeros legisladores, compañeras legisladoras, recuerden, estarían, quizás, empezando su desarrollo y su carrera política en ese entonces, y hay que recordar que en aquel entonces fue el Senado de la República el que nombró a los gobernadores provisionales, que tuvieron como única y principal responsabilidad, convocar a los congresos constituyentes.

 

Estos, a la vez, tuvieron y eligieron a 7, solamente a 7 Diputados cada uno, y las decisiones las tomaron, hay que decirlo, en un contexto de total hegemonía política. No voy a cuestionar ni a calificar cómo habrá sido el proceso de constituyente de esos dos estados hace 40 años, pero es fácil imaginarlo.

 

Simplemente revisando, haciendo una breve revisión hemerográfica, veía yo esta nota de El Universal del 25 de agosto de 1974, que decía: “El licenciado Luis Echeverría, Presidente de la República, someterá a la consideración del Congreso de la Unión una iniciativa para que los territorios de Baja California Sur y de Quintana Roo se transformen en estados libres y soberanos de la Federación, al iniciarse el próximo periodo ordinario de sesiones del Poder Legislativo”.

 

El primer magisterio dio a conocer la noticia, allá en Los Pinos, en una reunión de trabajo, en la que participaron los gobernadores de tres entidades, representantes de diversos sectores de las mismas y tres Secretarios de Estado, los cuales tributaron al Jefe del Poder Ejecutivo Federal una cerrada ovación cuando dio a conocer su acuerdo.

 

Quizá eso es lo que nos hace falta en esta en esta reforma para que todos tributen un estruendoso aplauso, que tuviera que venir del Ejecutivo. Qué bueno que no fue así, qué bueno que esta construcción se dio a partir de la conjunción de varias iniciativas de diferentes grupos parlamentarios.

 

Yo no quiero creer que esa es la verdadera motivación de quienes están hoy en contra, y que están en contra confundiendo términos de representación popular con designación que confunden y que no alcanzar a leer que sí va haber participación ciudadana en el constituyente.

 

Se han escuchado una serie de imprecisiones que preocupan y que revelan las verdaderas intenciones de querer lastimar el trabajo acucioso de 5 comisiones legislativas del Senado de la República.

 

Estamos construyendo un proceso constitucional muchísimo más plural, será un ejercicio rico en opiniones, y no debemos de olvidar que esta Ciudad de México sigue siendo casa de todos, asiento de los poderes federales, y ahora, adicionalmente, se le reconocerán todas las facultades inherentes a la calidad de entidad federativa.

 

Finalmente, compañeras y compañeros, yo sí quisiera que recordáramos y que tuviéramos muy en cuenta algo de literatura sobre el tema de cómo hacer constituciones, cómo y por qué hacer constituciones.

 

Yo me voy a permitir recomendarles este libro de Gabriel Negretto, “Creando Constituciones: Presidentes, Partidos y Elección Institucional en América Latina»

 

Es una revisión desde 1900 hasta el 2008, de procesos de creación y de reforma constitucional en todo el continente. Y qué es lo que apunta, creo que vale la pena traerlo a colación en esta tribuna el día de hoy.

 

La hipótesis de Negretto es que las constituciones han pasado de ser un instrumento de legitimidad del gobierno a un mecanismo de selección institucional. Y eso es lo que deberíamos de estar discutiendo.

 

Lo valioso de esta hipótesis es que he estudiado las instituciones en contextos de debilidad institucional, quizá como en el que nos encontramos el día de hoy actualmente, y que es, en este tipo de contextos políticos y sociales cambiantes, en los que los cambios institucionales profundos son menos costosos y generan menor incertidumbre.

 

Yo les preguntaría si no es eso lo que queremos para los ciudadanos del Distrito Federal.

 

Por eso, porque ese contexto es el que vivimos, es que los cambios constitucionales son hoy, más que nunca, necesarios para incrementar la probabilidad de éxito democrático y estabilidad institucional.

 

De otra manera, la crisis política empezará a crecer en su viabilidad y será nuestra responsabilidad haber hecho inconveniente mantener estas instituciones vigentes.

 

Para muchos la Constitución es la suma de decisiones políticas fundamentales. Yo pienso que la Constitución es una delimitada y clara lista de responsabilidades y de dispositivos de autolimitación y arreglos para evitar abusos de poder, ni más ni menos.

 

Qué bueno que han traído a tribuna, los legisladores de otros partidos, los temas de transparencia, de anticorrupción, de participación ciudadana. Bienvenidos a la preocupación permanente, que desde hace 2 años hemos intentado contagiarles, al parecer ya lo logramos.

 

Qué bueno, y eso simplemente para mí es el primer producto positivo de esta legislación.

 

Hace algunos años Cuauhtémoc Cárdenas dijo: “Después de luchas emancipadoras, imperiales, reformistas, revolucionarias, que cambiaron su perfil y modificaron su aspecto durante casi dos siglos, la ciudad se transforma, pero mantiene la reserva de sus recursos y el vigor de su gente”.

 

Que ese vigor se vea plasmado en el próximo constituyente, que con ideas, los que les toque representar al Senado, lo hagan con la calidad que han expresado desde esta tribuna, porque capitalinos o provincianos, residentes o visitantes tenemos mucho que decir y hacer por la ciudad, al final de cuentas es cierto la Ciudad de México es el gran acontecimiento nacional.

 

Por su atención, compañeras y compañeros, muchas gracias.

 

 

 

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