Llama Benjamín Robles a hacer realidad la visión de nación que tenía Benito Juárez


El senador Benjamín Robles Montoya lamentó las condiciones adversas  en las que se desarrolla la niñez en México e hizo un llamado a mejorar esta situación como lo habría deseado Benito Juárez.

 

Al referirse a la conmemoración del natalicio del Benemérito de las Américas, el legislador del Grupo Parlamentario del PRD sostuvo que Juárez se transformó en el símbolo mexicano, “el hombre en el que todo buen patriota desea llegar a convertirse”.

 

“Se convirtió en raíz, en parte de nuestra identidad, en el antepasado cuya herencia modeló los principios de cada individuo, de cada uno de nuestros pueblos; una niña o un niño de Oaxaca, de Tepic o de Campeche, puede decir hoy, sin temor a equivocarse, que es descendiente de la cultura de Benito Juárez”, agregó.

 

En ese sentido, lamentó todavía se les ofrezca a los jóvenes una vida complicada y compleja, “se les impide disfrutar plenamente de los derechos que les corresponden, se les niega la posibilidad de educarse con calidad y de forjarse en hogares sin violencia”.

 

Y es que, Robles Montoya señaló que las cifras de explotación y trabajo infantil en condiciones peligrosas son alarmantes y no es ninguna sorpresa que en el campo se trate a las y los jóvenes del país en condiciones similares a la esclavitud.

 

Además, expresó su preocupación por la enorme cantidad de jóvenes migrantes que abandonan sus comunidades por falta de oportunidades de trabajo.

 

“Por lo tanto, si algún homenaje estamos dispuestos a rendirle a Juárez, éste tendría que ser allanarle el camino a nuestros jóvenes y que ninguno pase por los derroteros que ya debió superar, hace más de 200 años, el Coloso de Guelatao”, afirmó Robles.

 

Por ello, hizo un llamado a los senadores a hacer realidad la esperanza de Juárez, a llevar libertad y derechos a los individuos y a las familias, a asegurase de que nuevos mexicanos aprendan los valores de la igualdad, la justicia y la tolerancia.

 

“Que la educación sea el ingrediente que les asegure comer cada día con satisfacción y renovado espíritu”, dijo.

 

Para ello, subrayó, se tiene que implementar un sistema de reglas y normas que no sea una camisa de fuerza para los ciudadanos y sus instituciones, sino que propicie la armonía y la buena convivencia.

 

“Es decir, que no funcione sólo para vigilar e impedir, para sospechar y castigar, sino que incentive la honestidad, potencie la eficiencia e incentive el desarrollo”, explicó.

 

Finalmente consideró si Juárez nos enseñó algo, es precisamente a superar una niñez pletórica de carencias y de tumbos; “por eso nuestra primera motivación debería ser cambiar y mejorar las condiciones de vida de la infancia de México”.