Los pueblos indígenas son quienes enfrentan mayores obstáculos para ejercer sus derechos: Isidro Pedraza


Intervención en tribuna del senador Isidro Pedraza Chávez, del grupo parlamentario del PRD, para referirse a diversos dictámenes de la Comisión de Asuntos Indígenas.

 

Isidro Pedraza Chávez, (IPC): Gracias, presidente; compañeras senadoras, compañeros senadores.

 

Vengo hoy a argumentar en los tres puntos de acuerdo que presenta la Comisión de Asuntos Indígenas; uno que tiene que ver con la Secretaría de Desarrollo Social, como ya oyeron, para la instrumentación de un programa de instancias infantiles; otro que tiene que ver con el Conafe, para que considere  a los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Estado de México y Puebla y desarrolle mecanismos que hagan posible la igualdad de oportunidades; y un tercero dirigido a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, a fin de que informe sobre los programas y acciones que realiza en la Península de Yucatán en apoyo a las comunidades mayas y también al Consejo de la Cultura y las Artes para que incremente las medidas diseñadas para preservar y fortalecer la cultura maya.

 

En la medición de la pobreza que realiza el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social, que conocemos como el Coneval, informa que el 93.9 por ciento, más de nueve de cada diez indígenas del país tiene carencias en al menos uno de los seis derechos sociales que se evalúan: alimentación, salud, educación, vivienda, seguridad social y servicios básicos.

 

El 70.9 por ciento tenía al menos una carencia y son pobres por ingreso, es decir, su ingreso no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas; y el 64.2 por ciento tiene tres carencias o más, es decir, viven en situación considerada de pobreza extrema.

 

Hay otras cifras que ilustran la desigualdad de nuestros pueblos indígenas, el índice de analfabetismo en la población hablante de una lengua indígena es de 27 por ciento, casi cinco veces y media más que el de la población hispanohablante.

 

Dos de cada tres niños de entre seis y 14 años de edad no están en la escuela, son indígenas. De los indígenas que tuvieron la oportunidad de asistir a una escuela, el promedio de escolaridad es del 5.1 años, el resultado es que el 50 por ciento sólo terminó la escuela primaria contra el 10 por ciento de los hispanohablantes.

 

Ni hablar de los grados escolares superiores, le porcentaje disminuye, aunque no existen datos estadísticos confiables sobre escolaridad superior en población de habla indígena.

 

Es relevante citar el informe sobre desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas de 2014, en el que reitera la preocupación por la vulnerabilidad de las minorías étnicas que tienen acceso limitado a los sistemas de justicia y a los servicios del Estado.

 

Según este informe, los pueblos indígenas representan el cinco por ciento de la población mundial, pero en México, de acuerdo al censo más reciente, es un porcentaje mayor que es del 14.9 por ciento, casi el triple de lo que se considera el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

 

Y en efecto, como lo señala el informe, son quienes tienen que enfrentarse a mayores obstáculos para ejercer sus derechos o para reclamar la protección de las instituciones del Estado.

 

Adicionalmente, la Encuesta Nacional de Jornaleros, que la Secretaría de Desarrollo Social realizó en 2009, encontró que había poco más de dos millones 40 mil personas dedicadas a actividades agrícolas por jornada.

 

Aunque los datos pueden haber variado, la encuesta señala que el 40 por ciento de los obreros eran de origen indígena.

 

Están muy alegres, compañeros, hoy.

 

Y que había crecido el número de jornaleros. El 42 y medio por ciento de los jornaleros encuestados eran mujeres. Sabemos que el trabajo agrícola se ha feminizado y podemos inferir que estas cifras han cambiado en los más de cinco años que han transcurrido desde que se realizó la encuesta.

 

Así pues, las familias crecen en los campamentos anexos a los campos de cultivo en los que laboran sus progenitores; no hay servicios médicos, no hay atención a las madres ni a los recién nacidos; las madres se deben reintegran en cuanto pueden, a la labor de la cosecha, muchas veces con el crío en el rebozo o dejándolo al cuidado de sus hermanos mayores o de otros niños del grupo laboral ya que no hay escuela para los niños mayores y adolescentes.

 

Estas situaciones nos dan una idea de la necesidad de atender a este numeroso contingente de trabajadores que ya vemos que es casi la mitad hombres y mitad mujeres y que hay que preocuparnos por los niños y las niñas que no aparecen en la encuesta pero que están ahí, con grandes necesidades y sin voz.

 

Por eso, la pertinencia del punto de acuerdo que hoy se presenta y que seguramente van a aprobar ustedes, donde se exhorta, como lo señala el punto de acuerdo, el programa de estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras, cuenta con un presupuesto de 228 millones 451 mil 533 pesos destinados al desarrollo integral de los pueblos indígenas.

 

Entonces, las reglas de operación del Programa de Estancias Infantiles, no contemplan a las mujeres con actividades agrícolas ni a sus hijos.

 

Por eso consideramos que debemos exhortar a la Secretaría de Desarrollo Social a que incluya en las reglas de operación del programa la atención a estas familias.

En el segundo punto se refiere a oportunidades educativas y exhorta al Consejo Nacional de Fomento Educativo a que haga posible la igualdad de oportunidades para que niños y jóvenes indígenas accedan al Sistema Educativo Nacional.

 

Ya ilustramos con las encuestas y con las cifras de la deserción escolar y la gran desigualdad que existe entre población indígena y niños hispano hablantes.

 

Por eso el punto de acuerdo se enfoca a una acción incluyente que se enmarca, son tres asuntos, compañeros, así que no me voy a apurar…que se enmarca en el objeto del CONAFE, de atender la educación inicial de las comunidades en las que no existen instalaciones escolares y que brindar asesoría pedagógica, a quienes se encargan de la educación de los menores.

 

El dictamen de este punto de acuerdo señala que las necesidades planteadas por el proponente son similares a en seis estados de la República: Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Estado de México y Puebla. Los de mayor número de localidades como lo explicó aquí el senador Eviel Pérez Magaña, que de seguro ni oyeron y por ello, la comisión incluyó estos estados en el exhorto.

 

Y el tercer punto que se refiere al pueblo maya, a su cultura, a su historia y a la obligación del Estado de proteger su herencia cultural que es patrimonio de todos los mexicanos.

 

Los mayas de Yucatán son el segundo pueblo indígena de México en términos numéricos y son los herederos de una deslumbrante cultura de la América Precolombina.

 

La península ocupa un sitio privilegiado entre las regiones con presencia indígena, por su riqueza humana y cultural. La división política de la región en tres estados, no divide la matriz cultural común antigua y fuertemente arraigada en la población.

La cultura maya se extiende en algunas áreas de Chiapas y fuera de las fronteras nacionales hacia Centroamérica, constituyendo uno de los núcleos indígenas de mayor peso cualitativo del México contemporáneo.

 

La lengua maya fue la lengua oficial en el estado en la segunda mitad del siglo XIX. Actualmente, es hablada por los nativos peninsulares y por una gran parte de la población mestiza que la utiliza como elemento de integración en las relaciones sociales.

 

En las zonas agrícolas maiceras, hay un alto porcentaje de población hablante de maya. La cultura maya es una riqueza heredada por las actuales generaciones.

El Estado mexicano a través de sus instituciones tiene la obligación de proteger la riqueza cultural, que es una cultura viva y vigente.

 

Por eso apoyamos en la Comisión de Asuntos Indígenas, la iniciativa de la senadora Beristain y reiteramos hoy, aquí, el apoyo al punto de acuerdo para proteger la cultura maya.

 

Es cuanto, compañeros. Muchas gracias por su atención.