¿Es acertado hacer un recorte de personal a PEMEX? / Publimetro


Considerar que una crisis económica, como la que vivimos actualmente los mexicanos, se afronta con el despido de trabajadores es equivocado. 
«Ahorrar» dejando sin sustento a miles de familias no sólo no contribuye a solucionar la grave situación económica en la que se encuentra el país, sino, por el contrario, agudiza seriamente el problema. 
Desde la discusión de la reforma energética advertimos que lo que pasaría después de aprobarla sería el despido de trabajadores y hoy se vuelve una realidad. 
Hace unas semanas decíamos en este mismo espacio que para hacer frente a la crisis económica por la que atravesamos, el Gobierno Federal debe ajustar el gasto que realiza en los grandes privilegios con los que cuentan los funcionarios, los altos salarios y prestaciones de las que gozan, antes que hacer recortes al gasto social como el de las pensiones a adultos mayores. 
De igual forma, el despedir trabajadores no sólo no es la solución, sino que agravará la ya de por sí difícil situación en la que viven millones de mexicanos, generando un mayor descontento social. 
No se puede reactivar nuestra economía si no incentivamos el consumo interno, pero mientras no se generen las condiciones para que nuestros trabajadores puedan mejorar su nivel salarial, seguirán condenados a seguir subsistiendo con lo mínimo indispensable. 
Por ello, esta decisión no sólo no es acertada, sino que resulta preocupante que se pudiera replicar en otras dependencias y seguir enviando trabajadores a la calle. 
El talón de Aquiles de este Gobierno es el manejo de la economía. En ese contexto la mayor falta de pericia ha estado ligada al gasto público. Desde qu inició la presente administración los cuestionamientos que el Gobierno recibió de expertos y di la opinión pública fueron respect a un enorme subejercicio de recu sos (cercano a los 107 mil milloni de pesos) que bien podrían habe detonado la economía entre 201: y 2013. En su momento, criticarn el subejerdeio de casi 10 mil millones de pesos de la Secretan»; de Comunicaciones y Transporte! el caso de 21 programas destinados a Pueblos y Comunidades Indígenas que no llevaban ni el 70% de ejercicio a finales de 201; o el «Seguro de Vida para Jefas di Familia» que debía estar beneficiando a 15 mil niños huérfanos, pero a duras penas llegaba a 48 niños que perdieron a su madre en ese periodo. 
Después llegó la Reforma Fiscal que terminó por asfixiar la economía de las familias, pero llenó las arcas del Gobierno, prueba de ello es que ahora una familia, en promedio, paga 42% más impuestos. 
Podría resultar obvio que cuan do los recursos escasean en un hogar, la primera medida a tomar es «apretarse el cinturón» lo mismo podría pensarse del Gobierno. Sin embargo, el gasto público es una herramienta precisamente para generar crecimiento económico, por eso habría que analizar a detalle las decisiones que tome el Gobierno actual. La medida más dolorosa es el recorte de personal que termina por afectar a los mismos de siempre; debiera pensarse mejor en recortar gasto superfluo como los 6.3 millones de pesos diarios en propaganda o el gasto en combustibles y en obras de relumbrón con poca eficiencia. 
Lo que debemos exigir es que el Gobierno gaste, y gaste bien, que utilice el erario para fomentar la inversión y que reduzca la tendencia de endeudamiento. 
Alarma que el presidente Peña Nieto ha optado por aumentar la deuda, hasta noviembre de 2014 los pasivos contratados ya sumaban más de 69% de los solicitados el sexenio pasado. El Gobierno federal debe preocuparse más en generar crecimiento y en controlar el déficit fiscal que en implementar paliativos.