Cuba-EU Inicio de la Distención/ La Jornada


Después de más de cinco décadas de guerra fría, de intervención, de bloqueo económico, de disputas diplomáticas, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba muestran signos claros de distensión.

Desde el 17 de diciembre de 2014 los mandatarios de ambos países anunciaron un nuevo rumbo y cinco medidas iniciales: restablecimiento de relaciones diplomáticas, incrementar los niveles de remesas de 500 a 2 mil dólares por trimestre, facilitar transacciones financieras, revisar la clasificación de Cuba como “estado promotor del terrorismo” y la liberación de tres cubanos retenidos al tiempo que un contratista norteamericano (Alan Gross), encarcelado en la isla, fue liberado.

La ruta trazada desde finales de diciembre avanzó con el discurso de Barack Obama ante el Congreso norteamericano, el pasado 20 de enero. “Nuestro cambio de política hacia Cuba tiene el potencial para terminar con un legado de desconfianza en nuestro hemisferio”, afirmó el mandatario de Estados Unidos. U reiteró que “estamos poniendo fin a una política que debería haber terminado hace tiempo. Cuando uno hace algo que no funciona durante cincuenta años, es hora de probar algo nuevo”.

Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos adopta una posición de distensión clara y de autocrítica evidente a cinco décadas de bloqueo económico que afectó a la población cubana, pero no doblegó a su sociedad y a su gobierno que defendieron su autodeterminación.

Al día siguiente, el 21 de enero, iniciaron las negociaciones. Los buenos deseos se enfrentan a diferencias importantes, sobre todo, en materia migratoria. La delegación de Washington rechazó una de las principales peticiones de Cuba al confirmar que su país seguirá otorgando un estatus especial a los cubanos que ingresen a territorio estadounidense. En otras palabras, pretenden mantener la Ley de Ajuste Cubano.

La agenda continuará con negociaciones para restablecer los vínculos diplomáticas, la posible apertura de viajes y de comercio. La principal demanda de Cuba, la derogación del embargo económico, se enfrentará a una dura oposición republicana en el Congreso, ya que controlan ambas cámaras y no cederán frente a su disputa con el presidente del Partido Demócrata.

El inicio de la distención es, sin duda, un proceso histórico que puede modificar sustancialmente las relaciones no sólo de los dos países sino de toda la región de América Latina. Sin embargo, no se pueden lanzar las campanas al vuelo cuando el “diablo está en los detalles” y las resistencias ideológicas, visiones unilaterales, pretensiones imperialistas y cálculos electorales y geopolíticos pueden empedrar el caminos.

En este contexto, es necesario recalcar que a esta distensión entre ambos gobiernos no sería posible sin la presión internacional de distintos gobiernos y parlamentos de destacadas personalidades como intelectuales, Premios Noble, organismos no gubernamentales, El Vaticanos y las propias Naciones Unidas que han jugado en estas circunstancias un papel fundamental como mediadores, como las voces de la razón frente a la política intolerante que ha afectado a tres generaciones de cubanos.

Frente a esto signos y a los desafíos que se plantean es necesario que la sociedad civil, los medios de comunicación, los intelectuales, los artistas y legisladores de todos los países de América Latina estemos pendientes y formemos parte de un “cordón de distensión” para que esta oportunidad única no desemboque en una nueva frustración regional y en una indeseada escalada de desacuerdos.

En el caso de México, las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos cobran una importancia sustancial porque involucra el tema de “la frontera marítima no resuelta en el Golfo de México”, donde se encuentran yacimientos petroleros importantes, como el hoy de Dona, y que podría generar vulneración a la soberanía mexicana y nuevos intentos para entregar nuestros recursos naturales a la potencia norteamericana.

Desgraciadamente, el gobierno mexicano que siempre jugó un papel fundamental como intermediario entre Estados Unidos y Cuba abandonó desde hace más de una década esa diplomacia de principios, inspirada en la Doctrina Estrada y en el compromiso por las naciones latinoamericanas

La presión de la opinión pública y de la sociedad mexicana, así como de los legisladores y políticos que estamos a favor de una distensión con dignidad y respeto a la soberanía tendremos que redoblar nuestros esfuerzos. El objetivo fundamental será lograr el retiro inmediato del bloque económico a Cuba y conseguir el máximo beneficio para la población cubana y la latinoamericana.