Un nuevo periodo / Revista Siempre


PRD define agenda legislativa

Miguel Barbosa Huerta
El pasado 29 y 30 de enero, el Grupo Parlamentario del PRD en el Senado de la República realizó su sexta reunión plenaria para definir su agenda y estrategia legislativa que inicia este 1 de febrero.
En esta reunión se definió nuestra agenda legislativa, se fijó nuestra posición política respecto a temas de coyuntura y, desde luego, se reafirmó la voluntad de nuestro grupo para sacar los pendientes del anterior periodo ordinario.
Consideramos que a partir del 1 de febrero las comisiones, primero, y después el pleno, deben desahogar los asuntos de transparencia, es decir, la Ley General y la Ley Federal de Transparencia, y continuar el proceso legislativo de la reforma política del Distrito Federal, una negociación que está cerrada y que constituye una deuda del Congreso con la población de la capital.
Con los insumos de las audiencias públicas, realizadas hace unos días, existen las condiciones para dictaminar las propuestas legislativas constitucionales que realizó el titular del Poder Ejecutivo en materia de seguridad pública y derecho.
Y desde luego, para agotar los temas relacionados como la ley sobre la Fiscalía General de la República, así como el modelo anticorrupción, que llegarán de Cámara de Diputados.
De manera muy concreta, sin que el proceso legislativo se detenga, la propuesta que haremos en la Junta de Coordinación Política será que estos asuntos se desahoguen a más tardar en la primera quincena de marzo.
Observo que después del 15 de marzo, el contexto legislativo estará cargado del escenario electoral en relación con las elecciones federales y locales en 17 estados para el primer domingo de junio.
Resulta de primordial importancia que el Grupo Parlamentario del PRD en el Senado contribuya, desde la izquierda, con una agenda y una estrategia legislativa definidas, junto con la dirección del partido y los diputados, para superar la crisis que se ha instalado en nuestro país.
Somos representantes en el Senado, en uno de los poderes del Estado mexicano, de un proyecto de nación y de una tendencia política que prioriza la igualdad, los derechos humanos, la justicia, la democracia y libertad.
Una posición que ha quedado clara desde septiembre de 2012 y que ahora ratificamos en esta plenaria.
No es tiempo de restar, es tiempo de sumar, de contribuir a la unidad de las izquierdas para que compañeras y compañeros con afiliación o no a una fuerza política o de manera individual, compartamos un proyecto, un compromiso y una línea de acción en beneficio de nuestra nación.
Transcurrido el primer mes del año, queda claro que existen enormes retos como mantener la vigencia del Estado de derecho, estabilizar la economía, propiciar el crecimiento económico y realizar las elecciones del 7 de junio en condiciones de normalidad democrática.
En 2015 se pondrán a prueba a las instituciones, no sólo en su capacidad de resistencia, sino principalmente, en su potencial para generar confianza y credibilidad en la sociedad.
Pero también, este año pondrá a prueba al PRD y no únicamente en sus preferencias electorales, sino en aspectos tan importantes como su credibilidad, sus convicciones democráticas y su compromiso para combatir la corrupción y la impunidad.
En 2015, los poderes que integramos alguna de las instituciones del Estado mexicano tenemos la oportunidad de demostrar a la población que podemos combatir la corrupción.
La economía está estancada o ha registrado crecimiento mediocre, lo cual ha provocado la permanencia de la pobreza entre la mayoría de la población y un incremento significativo en la desigualdad. En materia económica se debe dar un cambio sustancial. Desde hace años se sabe que el actual modelo de crecimiento económico se agotó.
Este año debe marcar el inicio de un viraje en el proyecto económico, en el cual se acentúe el aspecto social y en este nuevo rumbo debe enfatizarse la necesidad de la creación de más empleos y mejores remuneraciones. El debate que comenzó en 2014 y que no se concluyó, debe continuarse y arribar a resultados contundentes en 2015.
Las elecciones de junio tienen una relevancia especial por varios motivos. Se realizan con nuevas reglas electorales, nuevos árbitros y con mayores niveles de fiscalización y transparencia electoral, pero también nos enfrentamos a un contexto de conflictividad social en varias regiones del país.
Más allá de estos fenómenos regionales, en este proceso el sistema electoral mexicano enfrenta uno de sus mayores retos: blindar las elecciones de la infiltración del crimen organizado.
Los partidos políticos, en los procesos de selección de candidatos, que ya han empezado, deben demostrar que son capaces de mantenerse ajenos a los embates de las bandas delincuenciales. Lo que está en juego no es solamente un conjunto de gubernaturas y la integración de la nueva legislatura de la Cámara de Diputados. Lo que se define es la credibilidad en los partidos y en las instituciones de la democracia mexicana.
@MBarbosaMX
Presidente de la mesa directiva del
Senado de la República